¡CUÁNTA INTENSIDAD EN TU POEMA...!
¡Cuánta intensidad en tu poema
por decirme que me quieres...!
y ofrecer la sinfonía
que desgranan los claveles.
Porque suelen ser así las notas
que nos dejan los cipreses,
y a la vez las margaritas
con sus pétalos perennes.
Pero todo está en la sangre rota
congelada por la nieve,
en el río de pasiones
jaleando tus quereres.
Hay un corazón gastado y frío,
una válvula que siente,
y unas sombras que se agitan
con recuerdos en las sienes.
Pero busco a dios dentro del alma
le pregunto ¿Qué me ofrece?,
si la vida va pasando
y se acerca ya la muerte.
***
...Hay un hilo de silencio a la pregunta,
el silencio y el vacío me responden,
es de noche y es muy tarde, lo confieso,
aunque quiero oír la nota que se esconde,
la pregunta sin respuesta de las olas,
la canción almibarada de aquel joven
que hace tiempo caminaba por el mundo
y arrastraba con su gracia a todo el orbe.
Quiero ver al campesino por los campos
que amanece con su paso y su desorden.
Quiero verle destripar la helada gleba
y sudar y perjurar con los terrones.
Quiero ver a las cigüeñas en sus nidos
que despiertan y que salen de las torres.
Quiero ver como planean por el aire
con sus alas blanquecinas como soles...
"...Pero quiero la presencia de tu cara,
de tu pluma, de tus dedos y sabores,
y ese sello inconfundible en los poemas
que tú sabes imprimir y nunca escondes..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/12/13
por decirme que me quieres...!
y ofrecer la sinfonía
que desgranan los claveles.
Porque suelen ser así las notas
que nos dejan los cipreses,
y a la vez las margaritas
con sus pétalos perennes.
Pero todo está en la sangre rota
congelada por la nieve,
en el río de pasiones
jaleando tus quereres.
Hay un corazón gastado y frío,
una válvula que siente,
y unas sombras que se agitan
con recuerdos en las sienes.
Pero busco a dios dentro del alma
le pregunto ¿Qué me ofrece?,
si la vida va pasando
y se acerca ya la muerte.
***
...Hay un hilo de silencio a la pregunta,
el silencio y el vacío me responden,
es de noche y es muy tarde, lo confieso,
aunque quiero oír la nota que se esconde,
la pregunta sin respuesta de las olas,
la canción almibarada de aquel joven
que hace tiempo caminaba por el mundo
y arrastraba con su gracia a todo el orbe.
Quiero ver al campesino por los campos
que amanece con su paso y su desorden.
Quiero verle destripar la helada gleba
y sudar y perjurar con los terrones.
Quiero ver a las cigüeñas en sus nidos
que despiertan y que salen de las torres.
Quiero ver como planean por el aire
con sus alas blanquecinas como soles...
"...Pero quiero la presencia de tu cara,
de tu pluma, de tus dedos y sabores,
y ese sello inconfundible en los poemas
que tú sabes imprimir y nunca escondes..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/12/13
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