NO PUEDO SOPORTAR LA HIPOCRESÍA...
No puedo soportar la hipocresía
que emana en la penumbra de la iglesia,
por seres ambiciosos y cobardes
que mienten sobre Dios y la tristeza.
Es fácil convertir la incertidumbre
en foco de atención a la palestra,
y es fácil confundir los sentimientos
de gentes y personas que allí rezan.
No culpo a las personas de esta causa
que llevan su oración entre la lengua,
confían en un halo de esperanza
que traiga a sus oídos la respuesta.
Yo culpo, como antaño al fariseo,
que miente en el amor y lo que encierra,
y miente ante el espejo de su vida
que encierra sus mentiras con cadenas.
Si buscas el Amor no te preocupes
y mira simplemente en las aceras,
o mira por las noches a los cielos
y puede que lo encuentres en la estrella.
Si quieres confesarte los pecados
empieza enumerarlos y no temas,
a Dios le encontrarás en cualquier parte
y acaso, sin querer, le tendrás cerca.
Evita la soberbia de las gentes
y sé tú el receptor de la leyenda,
aquella que entregaron hace años,
un día, en un Belén, allá en Judea.
Las ropas dignifican a los hombres
y ocultan desnudeces y vergüenzas;
pasamos por la vida en un segundo
para ir a reposar entre tinieblas.
"...No puedo soportar la hipocresía
que anula el corazón y la conciencia,
el hombre debe amar y ser amado
buscando en el Amor la llama eterna..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/12/13
que emana en la penumbra de la iglesia,
por seres ambiciosos y cobardes
que mienten sobre Dios y la tristeza.
Es fácil convertir la incertidumbre
en foco de atención a la palestra,
y es fácil confundir los sentimientos
de gentes y personas que allí rezan.
No culpo a las personas de esta causa
que llevan su oración entre la lengua,
confían en un halo de esperanza
que traiga a sus oídos la respuesta.
Yo culpo, como antaño al fariseo,
que miente en el amor y lo que encierra,
y miente ante el espejo de su vida
que encierra sus mentiras con cadenas.
Si buscas el Amor no te preocupes
y mira simplemente en las aceras,
o mira por las noches a los cielos
y puede que lo encuentres en la estrella.
Si quieres confesarte los pecados
empieza enumerarlos y no temas,
a Dios le encontrarás en cualquier parte
y acaso, sin querer, le tendrás cerca.
Evita la soberbia de las gentes
y sé tú el receptor de la leyenda,
aquella que entregaron hace años,
un día, en un Belén, allá en Judea.
Las ropas dignifican a los hombres
y ocultan desnudeces y vergüenzas;
pasamos por la vida en un segundo
para ir a reposar entre tinieblas.
"...No puedo soportar la hipocresía
que anula el corazón y la conciencia,
el hombre debe amar y ser amado
buscando en el Amor la llama eterna..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/12/13
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