PORQUE...
Porque hay besos prohibidos,
sin censura, condenados,
que se emiten en la tarde
y se roban de los labios.
Porque emigran golondrinas,
en otoño, hacia otro lado,
sin saber si en su destino
es invierno o ya verano.
Porque suenan las fontanas
con su líquido tan claro,
y esas gotas transparentes
van camino y río abajo.
Porque sueño con tu cuerpo
y me quedo delirando,
y si pienso en tu figura
ya no sé ni lo que hago.
Porque hay tardes que oscurece
y anochece más temprano,
y se encienden las farolas
de la calle y a tu paso.
Porque salen las estrellas
de tu pecho hacia lo alto,
y se quedan pensativas
y hasta lloran mis pecados.
Porque suenan las campanas
avisando del rosario
y allí van las viejecitas,
a la iglesia, sin pensarlo.
Porque el beso de la lluvia
lentamente va calando,
las aceras y las calles
gota a gota y sin descanso.
Porque callan las cigarras
cuando el frío es acusado,
y se envuelven en los sueños
juveniles con tu manto.
Porque miran mis pupilas
a tus ojos como faros,
y allí ven tus sentimientos
y te dicen que te amo.
Porque sientes el galope
de la sangre en el costado,
y mi mano es esa brida
que precisas en tu mano.
Porque buscas la sonrisa
generosa y sin engaño,
te la presto y te la cedo
de mis labios a tus labios.
"...Porque quiero estar contigo
y a tu lado caminando,
y robarte el dulce beso
tan prohibido, del que hablo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/12/13
sin censura, condenados,
que se emiten en la tarde
y se roban de los labios.
Porque emigran golondrinas,
en otoño, hacia otro lado,
sin saber si en su destino
es invierno o ya verano.
Porque suenan las fontanas
con su líquido tan claro,
y esas gotas transparentes
van camino y río abajo.
Porque sueño con tu cuerpo
y me quedo delirando,
y si pienso en tu figura
ya no sé ni lo que hago.
Porque hay tardes que oscurece
y anochece más temprano,
y se encienden las farolas
de la calle y a tu paso.
Porque salen las estrellas
de tu pecho hacia lo alto,
y se quedan pensativas
y hasta lloran mis pecados.
Porque suenan las campanas
avisando del rosario
y allí van las viejecitas,
a la iglesia, sin pensarlo.
Porque el beso de la lluvia
lentamente va calando,
las aceras y las calles
gota a gota y sin descanso.
Porque callan las cigarras
cuando el frío es acusado,
y se envuelven en los sueños
juveniles con tu manto.
Porque miran mis pupilas
a tus ojos como faros,
y allí ven tus sentimientos
y te dicen que te amo.
Porque sientes el galope
de la sangre en el costado,
y mi mano es esa brida
que precisas en tu mano.
Porque buscas la sonrisa
generosa y sin engaño,
te la presto y te la cedo
de mis labios a tus labios.
"...Porque quiero estar contigo
y a tu lado caminando,
y robarte el dulce beso
tan prohibido, del que hablo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/12/13
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