ME PARTE EL CORAZÓN SABER QUE SUFRES...
Me parte el corazón saber que sufres
por causas de la vida tan diversas,
no sé si mi palabra es un calmante
y menos si mis versos y poemas.
Más quiero que proclamen lo que siento,
que griten a la luna y las estrellas,
que acudan a tus labios temblorosos
y dejen, en los mismos, hoy sus fresas.
Ignoro si la fiebre provocada
desciende con los besos y las letras,
más quiero que las veas a tu lado
igual que mariposas soñolientas.
Yo quiero que te arranquen la sonrisa,
que lleven su perfume a tu presencia,
que veas a los sueños de la infancia
si acaso, entre las lágrimas, más cerca.
Me parte el corazón saber que sufres
y pienso en qué podría hacer, si fuera,
el hombre de tus sueños invisible
y el dedo que perfila tu silueta.
Quizás yo temblaría como el niño
que busca en el Quijote a Dulcinea,
quizás murmuraría en un susurro
palabras para el alma en estas fechas.
Yo quiero que percibas mis palabras,
suspires con mis versos, que te ofrezcan,
la hermosa sinfonía de la vida
que dejan las heridas entreabiertas.
Porque es el corazón el que está herido
carente de ilusión y ya sin fuerzas,
la sangre que precisa de energías
y un rayo de esperanza en la vereda.
"...Me parte el corazón saber que sufres
y empaña tu alegría la tristeza,
yo quiero en esta hora estar contigo
y ser tu confidente sin reservas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/13
por causas de la vida tan diversas,
no sé si mi palabra es un calmante
y menos si mis versos y poemas.
Más quiero que proclamen lo que siento,
que griten a la luna y las estrellas,
que acudan a tus labios temblorosos
y dejen, en los mismos, hoy sus fresas.
Ignoro si la fiebre provocada
desciende con los besos y las letras,
más quiero que las veas a tu lado
igual que mariposas soñolientas.
Yo quiero que te arranquen la sonrisa,
que lleven su perfume a tu presencia,
que veas a los sueños de la infancia
si acaso, entre las lágrimas, más cerca.
Me parte el corazón saber que sufres
y pienso en qué podría hacer, si fuera,
el hombre de tus sueños invisible
y el dedo que perfila tu silueta.
Quizás yo temblaría como el niño
que busca en el Quijote a Dulcinea,
quizás murmuraría en un susurro
palabras para el alma en estas fechas.
Yo quiero que percibas mis palabras,
suspires con mis versos, que te ofrezcan,
la hermosa sinfonía de la vida
que dejan las heridas entreabiertas.
Porque es el corazón el que está herido
carente de ilusión y ya sin fuerzas,
la sangre que precisa de energías
y un rayo de esperanza en la vereda.
"...Me parte el corazón saber que sufres
y empaña tu alegría la tristeza,
yo quiero en esta hora estar contigo
y ser tu confidente sin reservas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/13
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