6.311 - DUELE EL SILENCIO...
Duele el silencio,
escapa de la noche
y roza al alma.
Brumas siniestras
y labios que musitan
una oración.
Pero el silencio
congela las palabras
que están marchitas.
Estás herido
tu cuerpo se estremece
y hoy estás solo.
Buscas la luz,
con música del cielo
y las estrellas.
Pero los cielos
están enmudecidos
y no contestan.
Se fue el amor,
y te dejó muy solo
con unos sueños.
Lloran tus ojos,
se empañan las pupilas,
y duele el alma.
Y es que el silencio
refleja el triste otoño
que va contigo.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/08/25
6.310 - IBAS DESCALZA...
Ibas descalza,
andando por la arena,
junto a las olas.
Mirabas lejos,
quizás al horizonte,
tras las resacas.
Me cautivó.
la eterna interrogante,
del ¿qué buscaba?
Quizás un sueño,
tal vez a una persona
a quien amabas.
Y es que las olas
traían en su espuma
mil ilusiones.
Eran suspiros,
susurros de los cielos
y las estrellas.
...Quise un milagro,
tenerte entre mis brazos
y darte un beso.
Pero el verano
de luz y de colores
ya terminaba.
Seguí mirando
tus pies sobre la arena
que te besaban.
Y deslicé
mis ojos hacia el cielo
pero no estabas.
Todo era un sueño,
pasión de un peregrino,
que agonizaba,
en su verano.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/08/25
6.309 - UN NUEVO DÍA...
Un nuevo día
temblando se presenta
ante mis ojos.
Me faltas tú,
extraño tus caricias
sobre mi cuerpo.
Y es que la brisa,
del mar y del nordeste,
hoy no ha venido.
Miro a las nubes,
también al horizonte
y luego al cielo.
No veo nada,
tan solo algunas olas
y las resacas.
Digo tu nombre
y juego con sus letras
y hasta sonrío.
Grito a los cielos,
les pido que me digan
en donde estás.
¿Qué ha sucedido
que hoy no me despiertas
con tus caricias?
Y es que mi mar,
el mar con el que sueño
hoy está ausente.
Me siento triste,
preciso tu presencia
en este agosto.
Algo me dice
que el sol está brillando
sobre las nubes.
"Y aunque hoy mi mar
no cante entre las olas,
tu sol me alcanza".
Rafael Sánchez Ortega ©
25/08/25
6.308 - FUERON RESCOLDOS...
Fueron rescoldos
de llamas y pasiones
los que quedaron.
¡Grandes incendios,
terrenos calcinados,
tierras sin nombre.
Y en contrapunto
dos cuerpos enzarzados
en su pasión.
La vida sigue,
el fuego se desborda
y arden los bosques.
Y mientras tanto
los cuerpos en los lechos
sacian su amor.
Quedan rescoldos
de fuegos y veranos
otra vez más.
En la humareda
de llamas y suspiros
se busca al sol.
Ese "rescoldo"
de luz y de esperanza
con su candor.
De aquel verano
conservo su agridulce
"fuego y amor"
No sé si puede
caber en unos versos
tanto rescoldo.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/08/25
6.307 - POR QUÉ SERÁ...
¿Por qué será
que vuelven los recuerdos
de aquellos días?
Y aquel verano,
igual que tantos otros,
sigue latente.
No los olvido,
tampoco tu presencia
y compañía.
Porque en aquellos,
entre charlas y sendas,
nos conocimos.
Y compartimos
vivencias y sonrisas
y hasta descansos.
Y es que recuerdo
los ratos y el descanso
en las campiñas.
Allí, tumbados,
envueltos en silencio,
mirando al cielo.
Había paz
y magia, contenida,
en nuestras almas.
Y así viví,
sintiendo tu presencia
y tu amistad.
Por eso siguen
latiendo esos veranos
dentro de mí.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/08/25
6.306 - A TUS RECUERDOS...
A tus recuerdos
rescato del silencio
para adorarlos.
Fueron hermosos
momentos, con arpegios,
indescriptibles.
Hoy, en su música,
renuevo tu presencia
y aquellos bailes.
En las corales
traíamos resacas,
salitre y algas.
Y nuestros besos
con ellas se enredaban
y compartían.
Vivimos ratos
sintiendo que el presente
nunca acababa.
Pero los sueños
terminan con la noche
y sale el sol.
Nos despertamos
un día en nuestro lecho
y estamos solos.
Y entonces vamos
en busca del recuerdo
y el ser amado.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/08/25
6.305 - SE MARCHITARON...
Se marchitaron
las flores que plantamos
en el verano.
Era evidente
que el tiempo y la distancia
hicieran esto.
No fue por falta
de lluvia de los cielos
ni por mis lágrimas.
Pedí a las nubes
las gotas necesarias
para salvarlas.
Y de mis ojos
calleron hasta el suelo
llantos ahogados.
Pero los besos
los sueños y promesas
quedaban lejos.
Eran relatos,
pequeños girasoles
entre azucenas.
Mas al jardín,
precioso, que creamos,
llegó el otoño.
Se evaporó
la magia y el encanto
que lo cubría.
Hoy, una alfombra
de flores, marchitadas,
es su recuerdo.
(Deben dormir,
las rosas, azucenas
y girasoles)
¡Dormir, morir...!
Rafael Sánchez Ortega ©
21/08/25
6.304 - TENÍA MIEDO...
6.303 - LLORABA EL SAUCE...
Lloraba el sauce
muy triste y solitario,
en aquel huerto.
Cerca, en el bosque,
se alzaban los robles
con viejas ramas.
Y tú lo viste,
llorando a nuestro sauce
y te hizo llorar.
Se formó un nudo,
de pena y de tristeza
dentro de ti.
Te aproximaste,
temblando, con cariño,
para abrazarle.
Entonces viste,
tu nombre, en él tatuado
sobre su tronco.
Te estremeciste,
pensando que mi mano
era la autora.
Y la verdad
estaba en la palabra
que había escrita.
Reconociste
el mote cariñoso
que nos unía:
"sarbalapnis"
Rafael Sánchez Ortega ©
19/08/25
6.302 - DE TUS SILENCIOS...
De tus silencios
evoco los recuerdos
día tras día.
Fueron instantes
tan bellos, que vivimos
y compartimos.
Y nuestros ojos
suplían a los labios
y así se hablaban.
Porque los labios
ansiosos se buscaban
con gran pasión.
Y nos amamos,
sin prisas, sin palabras,
bajo los tilos.
Hoy, los silencios,
son ecos de un pasado
que yo recuerdo.
No sé, si tú,
los guardas todavía
dentro del alma.
Y es que los versos,
que juntos comenzamos
fueron al cielo.
A ese lugar
precioso, de la infancia,
y de los sueños.
Y nos regalan
suspiros del otoño
con sus colores.
Por tus silencios,
tus besos y caricias
sigo cautivo.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/08/25
6.301 - VUELVE LA LLUVIA...
Vuelve la lluvia
a las flores sedientas
de los jardines.
Besos de seda
para pétalos tiernos
que las desean.
Tú te sonríes,
y en sueños la contemplas,
casi la tocas.
La lluvia llega
y tú viajas con ella
sin darte cuenta.
Es en el sueño
con versos que ahora escribes
para un poema.
Versos y besos,
del hombre con la lluvia,
cantan amor.
Y sin palabras
se escriben y se abrazan
solo ellos dos.
Vuelve la lluvia,
renacen los sentidos
y el corazón.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/08/25
6.300 - MADRUGA EL SOL...
Madruga el sol,
te da los buenos días
y te despierta.
Abres los ojos,
sonríes a la aurora
que te acaricia.
Comienza el día,
de nuevo la mañana
te invita a amar.
Es el regalo
que dejan los latidos
en nuestra sangre.
Se llama vida,
se mezcla con los sueños
y va contigo.
Así que arriba:
levántate del lecho,
toma el café.
Luego al trabajo
o tal vez al estudio,
niño o adulto.
Pero saluda
al sol que da la vida
y te la ofrece.
Vívela siempre
llevando la sonrisa
entre tus labios.
Y que ella ofrezca,
a todos los que encuentres,
tu corazón.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/08/25
6.299 - EL CARACOL...
El caracol
despierta con la lluvia
que dan los cielos.
Va con su casa
a cuestas, y su paso
tan singular.
Hay muchos cuentos,
relatos infantiles,
de caracoles.
Hoy los recuerdo,
me arrancan la sonrisa
y me enternecen.
Las narraciones
de amigos y mayores
junto a la lumbre.
Aquel abuelo,
sentado en la cocina
junto a las brasas.
La del amigo
charlando en el recreo
sobre esta historia.
"...Érase un río
y un caracol, llegaba,
hasta su orilla.
Se preguntaba
a quién pedir ayuda
para cruzarlo.
Y vino un niño,
con sueños en sus ojos,
azul celeste.
Y le tomó
con mano temblorosa
y así le habló:
No tengas miedo.
te paso a la otra orilla,
si es lo que quieres.
Y el caracol,
un tanto sorprendido,
le dio las gracias.
¡Qué bello gesto!
Que tengas buen camino
y el cielo premie!
Este era el cuento
que vuelve a mi memoria
en este día.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/08/25
6.298 - TOMA MI MANO...
Toma mi mano
y escribe en el cuaderno,
si es que se deja.
Haz que mis dedos
se junten con los tuyos
en esa entrega.
Y que los versos
y rimas que destilen
sean estrellas.
Pero si quieres
que escriban otra cosa
hazlo y no temas.
Mira a lo lejos
los barcos y las olas
de la marea.
También el faro
que manda, por la noche,
su luz serena.
Y hasta la infancia
merece que la plasmes
entre tus letras.
Y no te olvides
de otoños muy dorados
y primaveras.
...¡Pero son sueños,
lo sé, mi mariposa
y es un poema!
Rafael Sánchez Ortega ©
14/08/25
6.297 - LAS GOLONDRINAS...
Las golondrinas
llegaron con tus versos
aquel verano.
Y despertaron
los sueños y utopías
adormecidos.
Nacieron letras
con rimas y poemas
que despertaban.
Cantaba el alma,
y el labio susurraba
buscando a Dios.
Y es que en el vuelo,
fugaz, que nos dejaban,
había amor.
Las golondrinas
amaban a la vida
y así pensamos.
Entre sus alas
volamos por el mundo
forjando sueños.
Y nos perdimos
en días y estaciones
inolvidables.
Hoy, la nostalgia,
del tiempo y los veranos
es evidente.
El tiempo pasa
dejándonos recuerdos
de "golondrinas".
Y con tus versos
las vi como partían
hacia otras tierras.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/08/25
6.296 - EN EL SILENCIO...
En el silencio
encuentro las respuestas
de lo que busco.
Están ahí,
esperan que me acerque
y que las oiga.
Entre las piedras
del viejo monasterio,
yacen ocultas.
En los jardines,
tatuadas, en los robles
y las encinas.
En las siluetas
de barcos y traineras
en la bahía.
En la figura
del hombre, envejecido,
con sus recuerdos.
En la paloma
que espera que la manden
con un mensaje.
Y en mis preguntas
que saben las respuestas
y no lo creen.
Y es que la vida
y la tierna poesía
van de la mano.
Son dos hermanas
unidas por su sangre
y sus latidos.
Están en ti,
lector que ahora te acercas
a este cuaderno.
Están en mí,
autor, y entre mis sueños,
y entre mis dudas.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/08/25
6.295 - LUCÍA EL SOL...
Lucía el sol
y un manto, azul celeste,
cubría el cielo.
El mar, también,
copiaba de ese añil,
y se mezclaba.
Un verde azul,
surgía de sus aguas
bajo las olas.
Éstas lucían
sus gasas, blanquecinas,
llenas de espuma.
Y tú, volabas,
tranquila por la orilla,
"mi mariposa".
Un verso suelto
llevabas en tus alas
con mil suspiros.
Buscabas mar,
corales y resacas
sobre la arena.
Y viste sueños,
con nombres y destinos
que recogiste.
Pero no viste
el último suspiro
que te envié.
Y allí quedó,
llorando en el silencio
junto al poema.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/08/25
6.294 - LOS TIEMPOS AQUELLOS...
Los tiempos aquellos
que atrás se quedaron
bordaron mil risas
y otoños dorados.
Nacieron contigo
y en mí se quedaron,
con pasos serenos
y unidas las manos.
Fue un tiempo vivido
sintiendo el abrazo,
y el labio nervioso
buscando tu labio.
¡Qué días tan bellos
de paz, que pasamos,
sin miedo ni prisa
y el tiempo parado.
Hoy, nueve de agosto,
avanza el verano;
son días distintos,
con cielos nublados.
Crecimos, deprisa
viviendo sin lazos,
y aquellos instantes
los fuimos gozando.
Hoy miro la senda
que atrás va dejando
los pies vagabundos
que traza un anciano.
Camino sin rumbo
y lo hago despacio;
mi norte es el cielo,
mi sur tu regazo.
Por eso el recuerdo
mi amor, es tan grato,
que digo tu nombre
sintiendo tu abrazo.
Los tiempos aquellos
muy dentro los guardo,
pues tú vas conmigo
y en ellos te amo.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/08/25
6.293 - FUISTE LA LUZ...
Fuiste la luz
y el faro que buscaba:
"mi poesía".
Y te encontré
presente, por la vida,
y en las personas.
Cierto es, que a veces,
tu encuentro fue en el fango
y en los pantanos.
Así es la vida,
decían los amigos
y con razón.
Y es que en el barro
también hay poesía
y existe amor.
Hay que buscarlo
y tú muy bien lo guardas
con tu silencio.
Por eso muestras
la esencia de la vida
entre tus versos.
Me cautivaste,
llenándome de sueños
y de utopías.
Y así, aquel niño,
hoy hombre, y ya anciano,
pudo escribir.
Fuiste la luz,
repito en estas letras:
"mi poesía",
y así te amo.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/08/25
6.292 - ALGUNOS DÍAS...
Algunos días
recuerdo tu sonrisa
tan seductora.
Entonces siento
un dulce escalofrío
por todo el cuerpo.
Algunas tardes
camino de tu mano
aunque no estés.
Y sí, ya sé,
que tú estás muy lejos,
pero te amo.
Algunas noches
te llevo a la bahía
para bailar.
Yo sé que voy,
contigo, en el silencio
y tu sonrisa.
Algunos ratos
tu mano me acaricia
y yo te abrazo.
Son como sueños,
retazos de ilusiones
y de utopías.
"...Algunas veces
te busco y no te encuentro,
es casi siempre,
pero no importa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/08/25
6.291 - EL OTOÑO ESTÁ EN EL ALMA...
"El otoño está en el alma"
repiten las resacas, en la playa,
con voz apasionada e inconfundible.
Amanece en un verano que prosigue
y que trata de estirarse hasta septiembre,
prolongando los calores del estío
y el galope impetuoso de los pechos
que disfrutan de la vida en vacaciones.
Se oyen voces que nos dicen que es el último regalo,
de este año y del verano,
para dar la bienvenida a un nuevo otoño
y apartar las telarañas de las almas.
Y la luz que ahora nos llega con dulzura,
y que besa y nos abraza con la brisa,
marchará para otras tierras y otros mares
a buscar las siluetas de personas,
que nerviosas e impacientes, se preguntan
"dónde están esos reflejos y caricias
del verano".
Volverán golondrinas, de regreso,
a las tierras y parajes tan lejanos,
que el poeta señalara con sus rimas,
y en sus alas marcharán muchos recuerdos,
con los miles de latidos arrancados
a los ojos y pupilas de los niños
que cambiaron las tristezas por abrazos,
y los miedos y temores de sus padres,
por las risas infantiles que crecían a su lado.
Yo te busco, dulce otoño, cada día,
y lo hago en la almohada, en la mañana,
y te veo entre los pliegues del recuerdo,
y te hablo y te susurro del verano,
y te cuento y te comparto todo aquello
que me viene a la cabeza, pero...
Me despierto en el vacío de mi cuarto
y hasta veo que no estás en la almohada,
y es que puede que el otoño sea un deseo,
en que solo llegue al bosque y se despida del verano...
Quizás está en el alma.
En esa parte donde ya no se espera tanto,
pero se ama más profundamente,
y donde cada hoja que cae empieza a forjar
la alfombra del recuerdo, en una historia,
y cada silencio da paso a una oración
con un nombre y una cara que he amado.
Se camina entre los días dorados y lentos,
con el corazón envuelto en suspiros de ausencia.
Pero no me conformo, sé que estoy en el otoño,
y que va a llegar el invierno, y debo de estar preparado
para soportar el frío, la nieve y la tristeza..
Tiemblan las almas, y también la mía,
cambian de estación y hasta suspiran
recordando lo que fue y lo que pasó,
en otro tiempo, y ahora, ya sin ti, infancia y juventud,
se nota el frío que hace dentro,
Y sí, ya sé que el frío enseña a protegerse, del invierno,
y por eso te busco, fiel otoño,
aunque sea en el recuerdo
porque "el otoño está en el alma"
allí, donde cada hoja que cae y nos deja,
es como un latido perdido en la distancia.
Rafael Sánchez Ortega ©
(Inspirado en CGPT)
08/08/25.






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