NO PUEDO DECIRTE SÍ...

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No puedo decirte sí,
sin apenas conocerte,
ni puedo decir que no,
porque ello es evidente.

Tendré, entonces, que aguantarme,
y aunque mucho me doliere,
caminaré de tu mano
para ver lo que me ofreces.

Puede que sean pamplinas
en la noche efervescente,
saturadas de ternura
intentando lo que quieres.

Porque querer y poder
son dos cosas diferentes,
se quiere, aquel que se ama,
aunque no puedas tenerle.

Así piensan los obreros
y lo mismo los burgueses,
"pobres-ricos, ricos-pobres,
prisioneros de quereres"

Prisioneros de la vida,
del trabajo y los placeres,
de la risa y de los llantos
con suspiros incipientes.

Ambos piensan como yo,
como el viento que nos mece,
que es la brisa de los mares
y es el beso del nordeste.

Caminaré por mis sueños
como hice desde siempre,
intentando hacer amigos
junto al campo tan alegre.

Verde campo y verdes mares,
proclamad siempre ese verde,
el color de vuestros ojos
y el amor de quien los lleve.

...Un pastor con sus rebaños,
un mocoso, un mequetrefe,
un pirata paticojo,
ya murmuran entre dientes.

"...No puedo decirte sí,
sin besar antes tu frente,
ni puedo decir que no
sin saber bien como eres..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/02/12

BUSQUÉ DE NIÑO LA VERDAD...

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Busqué de niño la verdad
bajo el manto celeste de los cielos,
y la busqué también en la cima de los montes,
allí donde la nieve los hacía inaccesibles.
Pero también seguí la pista, a la verdad,
por los mares y las playas,
por desiertos y lejanos continentes
y hasta subí en un globo,
para ver mejor desde el cielo,
si estaba cerca de mi patria
y bajé a las profundidades de la tierra
y los océanos
y subí también hasta la luna,
sin poder verla ni tocarla.


Un día la verdad, aquella que buscaba,
la que hizo que creciera tras sus huellas
y suspiros,
se me apareció en forma de un cuaderno polvoriento.
Eran unos versos y un poema inacabado,
era un grito a la vida y a la muerte
de una voz desesperada
que luchaba por tratar de expresar sus sentimientos
con la pluma.
Era un alma que lloraba y, con sus lágrimas,
escribía aquellas líneas desgarradas
que llegaban a mis manos.


Y leí y leí.
Me emborraché de la verdad que se me había mostrado,
hasta entonces, tan esquiva
y comprendí, de pronto, aquel poeta malherido,
el que dejó el poema inacabado
entre el llanto de sus ojos.
Porque él había buscado el amor y la libertad
y eso, en esta vida,
era algo incompatible.


Rafael Sánchez Ortega ©
28/02/12

SE ESCUCHABAN LAS CIGARRAS...

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Se escuchaban las cigarras
bajo la luna en septiembre.
Era un rumor tembloroso,
un susurro casi tenue,
un suspiro inacabado
en la noche de aquel viernes.

Las estrellas encantadas
escuchaban sin moverse
a la música sin nombre
de cigarras y claveles,
que los niños, como niños,
han soñado desde siempre.

Un hermoso cervatillo
ha bajado hasta la fuente,
que en la noche también canta
con el agua de la nieve,
de ese hielo de los montes
que resbala por sus sienes.

Hay un roble solitario
que en la noche se adormece,
y no escucha a las cigarras
ni a los cantos que le ofrecen,
y tampoco escucha al agua,
donde el cervatillo bebe.

Se escuchaban las cigarras
susurrando en el presente,
con su ritmo sostenido
como brisa del nordeste,
era un canto inacabado
que perdura y que no muere.

Yo escuchaba a las cigarras
junto al niño-adolescente,
y he soñado con sus sueños
por los campos siempre verdes,
y en la orilla de los ríos
entre sauces y laureles.

He escuchado a las cigarras
junto al viento del nordeste,
con los rayos de la luna
que besaban los cipreses,
y en la tierra y en el cielo,
y en la vida y en la muerte.

"...Se escuchaban las cigarras
y temblaban los rabeles,
y en los cuerpos de los hombres
se perlaban muchas frentes..."

¡cuántos sueños destrozados
en la noche de aquel viernes!

Rafael Sánchez Ortega ©
27/02/12

SI PREGUNTO A LAS PIEDRAS POR TU NOMBRE...

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Si pregunto a las piedras por tu nombre
seguro me responden con silencios.
Silencios por un tiempo ya pasado
que oculta la hermosura de tu cuerpo.

Silencios por las brisas y relentes
dejados por las olas en sus besos,
silencios por los ojos que brillaban
mirando las estrellas y luceros.

Silencios por los rezos compartidos
uniendo con los dedos tantos sueños,
silencios por las charlas de la noche
surgidas desde el fondo de los pechos.

Silencios sin palabras emitidas
que vuelven con el eco y los recuerdos,
silencios que se buscan y se anhelan
dejando por respuestas más silencios...

"...Si pregunto a las piedras por tu nombre
seguro que me dicen: no está lejos,
se encuentra, como siempre, en tus latidos,
y en ese corazón, que está sufriendo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
27/02/12

VENGO CON LAS TINIEBLAS DE LA NOCHE...

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Vengo con las nieblas de la noche
y el corazón encogido por las lágrimas.
He sentido el acoso de la oscuridad
que me abrazaba fuertemente,
que me impedía caminar hacia tu lado
y no quería dejar que me escapara de ese abrazo.


Vengo temblando, ¡ya lo ves!,
y tiemblo como un niño bajo el manto de la noche.
Quisiera ser un árbol para dejar de tener miedo,
quisiera ser un río para seguir indiferente
el curso de la vida,
quisiera ser el mar tan impasible y tan oscuro,
para refugiarme por las playas y las costas
a dormir la pesadilla de la vida.


Pero vengo temblando y con la niebla y soy así,
un pobre hombre que corre tras el día
que se marcha en el ocaso y no lo alcanza.
Vengo para dormir en las tinieblas
y rasgar las telarañas del recuerdo y del pasado,
para intentar dejar allí, ancladas y olvidadas,
tantas lágrimas vertidas,
tantos miedos y suspiros
y tantas miradas elevadas al cielo
en busca de una mano y una ayuda.


Pero aquí estoy, con los miedos y las dudas,
con recuerdos que no quiero se repitan,
y vengo a ti, a tu lado,
a decirte que te quiero y que te amo,
a exclamar a pleno grito lo que siento
y no importa que la noche me confunda
con sus miedos y temblores.


Vengo a ti amor, con lo que soy
y lo que tengo
y aquí quiero dormir, si tú me dejas.


Rafael Sánchez Ortega ©
27/02/12

ESCRIBIR UN POEMA NUEVAMENTE...

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Escribir un poema nuevamente
y cerrar nuestros ojos un instante,
es igual a ese beso intermitente
que nos dice, en silencio, que adelante.

Es tomar el suspiro dulcemente
de los labios ansiosos del amante,
y plasmar ese beso tan ardiente
en los versos, de forma emocionante.

Escribir un poema con sentido
es volcar el aroma y la fragancia,
a través de unas letras a tu amada.

Es saciar el ardor de tu latido
y salvar con los versos la distancia,
mientras habla, en silencio, la mirada.

Rafael Sánchez Ortega ©
27/02/12

NOSTALGIA DEL MAR.

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Llevo un tiempo sin verte,
sin escuchar tu voz tan melodiosa,
sin saborear en mis labios la sal
de tu vientre
y mi piel, también reclama, la brisa
del nordeste.


Te necesito mar, te necesito,
y siento que tu falta es angustiosa
y que llena de zozobra mi camino
por la vida
en esta espera a que tu vengas a mi lado,
a cuidarme como sabes,
a dejarme el dulce abrazo de tus olas,
y arrancar las telarañas de mi alma.


Porque siento que me invade la nostalgia
de tu ausencia,
de saber que estás muy lejos en distancia,
y muy cerca, a la vez, en mi recuerdo,
y es ahí donde se forjan las galerna
de mi alma,
donde crujen las cuadernas de la nave
de mi vida,
donde nacen los suspiros que suplican
por tu vuelta
y por ver tu manto verde tan querido.


Rafael Sánchez Ortega ©
26/02/12

SILENCIO DEL MAR.

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El silencio del mar es como el silencio
del guerrero que cansado de la batalla
busca el descanso para reponerse,
para volver de nuevo a la lucha
y escalar los arrecifes con bravura
mientras arroja las olas a la costa
para que arañen los cantiles.


Yo busco ese silencio en la tarde
y lo sigo con mi vista en la línea
que separa el horizonte de los cielos,
y es allí donde me pierdo y me confundo,
donde mezclo lo que veo con mis sueños,
donde veo las gaviotas y palomas compartiendo
el mismo plato de comida...


Sin embargo las gaviotas son las aves
de los mares,
las que vuelan sobre el agua embravecida
de la costa y de las olas,
son eternas compañeras en las playas
y los puertos
y conocen a marinos y sirenas.


Las palomas son las aves que se escapan
de las almas y los sueños,
son susurros que se funden con el viento
y proclaman los latidos de los pechos
que se aman;
son, en fin, las portadoras de mensajes,
las que arrancan las sonrisas de los labios,
las que hacen que los rudos corazones
aceleren más su marcha,
las que llevan a tus labios ese beso
que te mandan sin palabras.


Rafael Sánchez Ortega ©
26/02/12

DESPERTAR ANTE EL MAR.

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Despierto y me estremezco al saber
que estás tan cerca,
que mis ojos ya perciben la blancura
de tu pelo,
que a mi mano llega el beso
que le mandas con las gotas de las olas.


Y es entonces cuando quiero que comience
la jornada,
que se paren los relojes por un tiempo,
que me dejen contemplarte en esta hora
tan temprana,
mientras sube la marea y el nordeste
se despierta y nos manda, hasta nosotros,
el regalo de la brisa de los mares.


Yo recojo la canción de los marinos
y también de las sirenas.
Yo percibo entre tus aguas
las historias que han contado los autores de otros tiempos,
y comprendo, como ellos,
el embrujo de tus mares,
la belleza y la bravura de ese lecho
donde duermen y descansan,
donde viven los silencios más profundos,
donde surgen esas algas y corales
que, con formas caprichosas,
nos envuelven con su magia y colorido.


Y es entonces cuando pienso
que es un sueño todo esto,
esta vida, este mar
y mi presencia ante su orilla
en la playa en que te miro
de mi vida.


Rafael Sánchez Ortega ©
26/02/12

YO NO FUI VIOLINISTA EN EL TEJADO...

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Yo no fui violinista en el tejado
ni tampoco un amante sin principios,
he tenido de siempre gran cuidado
de evitar los profundos precipicios.

Más no pude lograr ser alcanzado
por estigmas y grandes maleficios,
en un mundo quizás tan fracasado
donde curan heridas con cilicios.

Y llegamos al tiempo del presente
donde todo se cambia y modifica.
Es aquí donde crecen los enanos
en un tiempo mediocre y tan carente.
Este mundo precisa un "picapica"
y que Dios le acaricie con sus manos.

Rafael Sánchez Ortega ©
25/02/12

HERMOSO ROSTRO...

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Hermoso rostro con la lágrima prendida
que destila dulcemente hacia los suelos.
Yo quisiera preguntarte, en este instante,
¿por qué lloras?,
¿por qué busca tu mirada, más allá
de este universo,
la esperanza.
¿Por qué ahora, con tus años,
te sumerjes en el agua de tus ojos
y no luchas por aquello que deseas,
contra el daño que ha causado,
del que sólo son testigos,
esas perlas diminutas que ahora afloraran
a tus ojos?


Y si es alguien el causante de tus lágrimas,
yo te digo que abandones esa lucha,
y no sufras por aquel que te haya herido,
ni tampoco por la mano que te ofende.
Sólo atiende a los latidos de tu pecho
y procura que no sangre más la herida.


Dignifica tu persona y camina hacia adelante.
Tu desprecio hacia ese miedo
debe ser la salvación de tu mirada,
el cristal tan puro y limpio
que te haga abrir los ojos,
y que veas en el cielo y en la tierra
que hay un mundo que te espera,
que te llama,
que reclama tu presencia.


Que hay personas que desean ayudarte,
a pesar de tantas otras que proclaman
ser amigas de palabra.
Pero tú y sólo tú serás la dueña
de tus actos.
La perfecta bailarina de tu vida,
la que tienes la varita de tu alma,
la que puede dar cobijo ó despedir
los sentimientos,
la que puede emocionarse y hasta amar
al ser amado,
la que debe de evitar que la atropellen
y la arrollen las personas y los tiempos.


...Porque eres diferente y tú lo sabes.
Es por eso que te pido que te enjuagues
esas lágrimas traidoras y que busques
tantas letras, que las nubes van dejando,
por los cielos con tu nombre.


Rafael Sánchez Ortega ©
25/02/12

ANDAR, ANDAR, ANDAR...

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Andar, andar, andar... Con la mirada
fijada en el camino y en las gentes,
sin saber quienes son, y a dónde van,
las sombras que destilan los cipreses.

Andar detrás del viento y de las nubes
dejando las estelas de los meses,
buscar entre sus mantos y vestidos
la huella del incienso y de las preces.

Andar con pasos cortos y cansados
pisando las riberas y los muelles,
y ver el balanceo de las barcas
ancladas y amarradas junto al puente.

Andar tras una infancia ya agotada
soñando con romances y claveles,
y luego, despertar, en un momento,
volviendo a los harapos del presente.

Andar y cabalgar con el destino
en esos caballitos de juguete,
sabiendo que los globos de colores
no existen ni perduran para siempre.

Andar con temporales y tormentas
sufriendo las galernas inclementes,
y un día recibir el dulce alivio
del beso de la lluvia y de la nieve.

Andar por los cuadernos que describen
poemas de juglares y donceles,
y ver en esas letras el donaire
y el dulce escalofrío que contienen.

Andar tras la promesa que te dieron
los labios juveniles e inocentes,
tratando de encontrar su contenido
y el beso enamorado y tan alegre.

Andar en el silencio de la noche
y oír las campanadas de las nueve,
sabiendo que se cierran las ventanas
del alma y de tu casa para siempre.

"...Andar, andar, andar... Con la mirada
fijada en esta vida, que es tan breve,
y siempre respetar el fiel suspiro
del tiempo que nos besa lentamente..."

Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 24/02/12

ME OLVIDÉ DE BESARTE...

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Me olvidé de besarte
y también de tus besos,
que sabían a gloria
y ahora ya no los tengo.

Se quedaron anclados
como viejos veleros,
tras volver a la ría
sin timón y sin remos.

Se quedaron prendidos
nuestros sueños en ellos,
con la brisa y nordeste
que cuajaron recuerdos.

Me olvidé de besarte
en los labios sinceros,
que eran una caricia
y ahora muero por ellos.

Se quedaron helados
los jazmines del huerto,
y también los rosales,
y los lirios eternos.

Se quedaron temblando
nuestros sueños tan bellos,
tiritando de frío
por temor a perderlos.

Me olvidé de besarte
y buscar el deseo,
en tus labios preciosos
que ahora son un recuerdo.

Se quedaron llorando
los gorriones sin vernos,
y también las gaviotas
que ya van de regreso.

Se quedaron dormidos
y volaron al cielo,
tantos sueños forjados
con amor en los pechos.

"...Me olvidé de besarte
y hoy añoro tus besos,
con tus labios de niña
tan hermosos yf rescos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 23/02/12

BUSQUÉ EL AMOR EN TIEMPOS DE DESCUENTO...

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Busqué el amor en tiempo de descuento
y recibí la burla y la rechifla,
porque el amor aquel, que yo buscaba
era quimera y pura fantasía.

Era ilusión creada en una infancia,
donde siempre planea la sonrisa,
eran los juegos limpios de los niños
en el jardín dorado de la vida.

Y mendigué el amor, sin darme cuenta,
notando las miradas despectivas,
tomando las migajas que me daban
en medio de la risa y la rechifla.

A medias observaba todo esto
y el alma de mi ser no lo entendía,
sabía que en la tierra existe el odio
igual que la pasión enfurecida.

Sabía que los hombres se provocan
y emprenden mil cruzadas sibilinas,
sabía de los celos y destrozos
de almas cercenadas por la envidia.

Pero yo amaba amor, y te buscaba,
quería la mirada en tu pupila,
quería de tus labios esos besos
robados de tu boca cristalina.

Quería que me amaras simplemente
uniendo nuestros cuerpos con la brisa,
desnudas nuestras almas sin complejos
en medio de los campos y colinas.

Quería descubrirte tal cual eras,
mujer enamorada desde niña,
princesa de los cuentos de colores
y eterna y solitaria sirenita.

Buscaba el corazón de las personas
y en ellos el amor que contenían,
quería emborracharme de su néctar
leyendo sus poemas en cursiva.

"...Pero al final amor, ¡grité y grité!:
"te necesito amor, ven a mi vida"
y entonces desperté del cruel sueño
al lado del cordel y de la encina..."

Rafael Sánchez Ortega ©
21/02/12

ES VERDAD QUE LA TARDE ESTÁ PRECIOSA...

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Es verdad que la tarde está preciosa
y que suenan con gracia los violines;
la acompaña una brisa primorosa
que secunda la paz en los jardines.

Pero el alma del hombre sigue ansiosa
y no escucha los sones cantarines,
él persigue la cara tan hermosa
desprovista de crema y colorines.

Y te busca mi amor, eso lo sabes,
para darte un trocito de su alma.
Él no sabe de luchas intestinas,
ni tampoco de cárceles y llaves.
...Y te busca por tierra y mar, en calma,
recorriendo bahías y colinas.

Rafael Sánchez Ortega ©
21/02/12

COMO UN NIÑO, QUIZÁS ENAMORADO...

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Como un niño, quizás enamorado,
hoy te grito y te busco nuevamente,
pues preciso que vengas a mi lado
a calmar esta fiebre tan ardiente.

Yo te busco mi amor, por mi pecado,
por querer para siempre retenerte
y te digo que sí, que yo he llorado
por tratar de que fueras diferente.

Es por ello que pido me perdones
y me dejes amarte cada día.
Nada pido de ti, tan solo quiero
escuchar en tu patio los gorriones.
¡...Y soñar y gozar de la alegría
de aquel tiempo pasado y quinceañero!

Rafael Sánchez Ortega ©
21/02/12

¿DÓNDE ESTABAS AMOR...?

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¿Dónde estabas amor?, pues te he buscado,
en el largo camino de la vida,
me dejaste a mi suerte, abandonado,
restañando la sangre de mi herida.

He suplido el dolor de mi costado
confundiendo al amor con la bebida,
más no pude a mi pecho enamorado
aliviar de su lágrima vertida.

Es por eso que grito y te pregunto
y el silencio tan solo me contesta.
Se confunde el dolor y la locura
y me hace sentir casi difunto.
Yo te mando mi amor esta protesta
esperando me dones tu cordura.

Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/12

TENÍA PRISA...

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Tenía prisa por llegar hasta tu lado
y sabía que llegaba tarde.
Quería entregarte aquellas rosas
para que vieras en ellas una muestra de cariño.
Pero quería estar cerca de ti,
tenerte a mi lado,
buscar tu mano con la mía temblorosa,
sentir tus dedos enlazados con los míos
y empezar a caminar.
Caminar sin rumbo ni destino,
andar por el paseo y subir hacia la costa,
a ese rincón que ambos conocíamos
y donde hablando, en otras tardes,
habíamos escuchado la música de fondo
de ese mar tan precioso que rompía
en la costa cercana.


Quería ya llegar a tu lado y buscar tus ojos,
mirar dentro de ellos y leer ese sentimiento
que te embargaba y te hacía suspirar
cuando estabas a mi lado.
Queria que tú sintieras mi abrazo,
mi mano rozando tu cabello y tus mejillas,
mis labios buscándo los tuyos
para embriagarnos en un beso eterno
y sin final.


Porque quería emborracharme contigo
y beber la copa insuperable del amor
hasta quedar rendidos,
y luego, tendidos en la hierba,
con tu cabeza apoyada en mi pecho,
mirar al cielo y escuchar los latidos
y los celos de ese mar envidioso
descargando con furia la resaca
que dejaba en la costa.


¡Eso quería amor,
eso quería compartir contigo!,
pero al final todo se quedó en un sueño,
¡un hermoso sueño inacabado!


Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/12

NO ESTABAS ESPERANDO AQUELLA NOCHE...

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No estabas esperando aquella noche
mis pasos y mi sombra en el camino,
entonces comprendí perfectamente
que el sueño no era parte del destino.

Soñaba con la luz de tu mirada,
soñaba con tus ojos tan bonitos,
y entonces ese sueño irreverente
quedaba con tu ausencia destruído.

De pronto se nublaron mis pestañas
temblando por la escarcha y el rocío,
no estabas para darme tu consejo
y menos a entregarme tu cariño.

Las sombras de la noche me abrazaron
cubriendo con silencio aquel vacío,
la eterna soledad ya me pesaba
y era insoportable aquel delirio.

Quería que estuvieras a mi lado,
¡y tanto que notaras mi suspiro!,
que hubiera dado todo lo que tengo
tan sólo por tenerte allí conmigo.

Más tú no estabas cerca, y lo sabía,
marchabas con la noche y el rocío,
buscando más allá de las estrellas
las huellas que esperaban tus latidos.

Los míos se quedaron congelados
ahogándose las rosas con los lirios,
quedaba destrozado por tu falta
surgiendo hasta mis labios un gemido.

Sabía de la noche de los muertos,
también de los cipreses y de Silos,
sabía que las almas no se mueren
y van hasta un lejano paraiso.

Por eso entre mis ojos tan llorosos
brotaron los timbales de los niños,
llegaban con un eco de esperanza
dejando su mensaje en mis oídos.

Decían que la vida es el presente,
que busque en mi zurrón de peregrino,
quizás allí se encuentre la respuesta
que pido en esta noche y necesito.

La luz de las estrellas me iluminan,
me cubren y me abrazan con su brillo,
es fácil que en sus brazos me despierte
sabiendo que el amor no está perdido.

Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/12

TRATÉ DE BUSCARTE EN LA TARDE...

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Traté de buscarte en la tarde
pero el silencio fue la respuesta
a mis palabras.
No contestaste ni nadie lo hizo en tu nombre,
no hubo una señal de tu presencia,
ni siquiera la huella de tus pasos en la arena
y menos el olor de tu perfume
que llegara y me dijera que habías estado allí,
que acudiste como todos los días a ese encuentro,
a ese intercambio de besos y abrazos
mientras yo acariciaba tu melena dorada
y mis dedos recorrían tu cuerpo perezoso
que ansiaba por estirarse en la arena.


Y me quedé mirando las olas que llegaban
y tratando de buscar tras ellas el eco
inconfundible de tus pasos y también
de mis palabras llamándote...
Pero nada vi en la inmensidad del mar azul oscuro.
Ni siquiera una barca rompía la línea del horizonte.
Parecía como si la vida hubiera detenido su curso
y solamente existiera para que tú, mar,
pudieras seguir balanceándote, orgulloso y coqueto,
y mostraras tu fuerza y valentía.


Pero entonces ocurrió algo imprevisto.
El cielo se oscureció de pronto
y unas nubes negras aparecieron veloces
encrespando tus olas;
y aquel color azul tuyo, de antes,
se volvió primero verde oscuro
y luego tomó el color plomizo de la muerte.


Era una galerna la que te amenazaba,
la que iba a sacudirte y arrojarte
sin más contra la costa.


Entonces yo pensé que era mía la culpa
por haberte llamado,
por haberte gritado y esperado
y quizás por haberte maldecido
por no haber estado allí, en la orilla,
como todas las tardes para dejar
que te acariciara,
para que besara tus labios celestes
y para que mis dedos jugaran con tus cabellos.


Lloré por ti mar.
Lloré sin poder remediarlo
y te pedí perdón por ello.
Corrí hasta ti tratando de abrazarte,
de protegerte,
de cubrirte, con mi abrazo infantil, de la galerna,
pero tú me rechazaste.


No era mi lucha, ni era mi guerra.
Yo debía un ser espectador y mirar
sin más la batalla,
mirar como ganabas y perdías,
como te destrozabas y resurgías en un combate
que el destino presentaba sin aviso,
sintiendo que un dolor nacía en mis entrañas.


...Y allí me quedé soñando y mordiéndome las uñas,
temblando y llorando,
sin poder ayudarte,
sin poder abrazarte ni besarte aquella tarde,
y al final, sudoroso volví a la vida,
despertando de mi sueño
y de aquella pesadilla.


Y estabas allí mar. A mi lado,
herido y maltratado, pero vivo aún,
deseando mi abrazo,
buscando mis besos.


y mis labios temblaron al escuchar un nombre
que las olas susurraban dulcemente
en su resaca.


¡Mi nombre...!


Rafael Sánchez Ortega ©
18/02/12

TENÍA EL CORAZÓN TAN AGOTADO...

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Tenía el corazón tan agotado
que iba proclamando su agonía,
buscaba la posada con el lecho
y un poco de calor y de comida.

Arriba sollozaban las estrellas
en medio de la noche oscura y fría,
temblaban los luceros en lo alto
huyendo por el monte las ardillas.

Yo estaba ensimismado con mis sueños
y apenas de las sombras percibía,
más vi que se acercaba una persona,
sufriendo y, con dolor en sus mejillas.

Traté de sostenerla con mis manos
diciendo en un susurro que "tranquila",
y ella contestó con un suspiro
cayendo en un sopor que no entendía.

No sé cómo llegué hasta mi casa
ni cuánta la distancia recorrida,
más pude recostarla junto al fuego
tratando que volviera su sonrisa.

Afuera se escuchaban las lechuzas
en medio del silencio y las esquinas;
cantaban las cigarras en el campo
ajenas al abrazo de la brisa.

Pasaron muchos días, lo recuerdo,
y ella fue sanando de su herida,
también sus negros ojos y mirada
cobraron la ilusión y la alegría.

Un día me miró y nada dijo
entonces comprendí que ya se iba,
marchaba para el viaje sin retorno
en busca del camino de su vida.

Entonces yo lloré sin remediarlo
pues algo en mi interior se destruía,
el sueño y la esperanza vacilante
quedaron reducidos a cenizas.

Y ella se marchó tras las estrellas
curada del dolor, restablecida;
y atrás yo me quedaba, despidiendo,
aquel sueño de amor en mi retina.

"...Tenía el corazón tan agotado
por culpa de un amor que no existía,
que sólo con pensarlo me cansaba
haciendo más profunda aquella herida..."

Rafael Sánchez Ortega ©
19/02/12

ABRO EL CUADERNO...

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Abro el cuaderno y veo la página en blanco
esperando mis latidos,
mis pequeñas vibraciones que transmitan vida
y den un color diferente a sus folios.


Poco a poco se va creando un bosque
de contenido,
una jungla espesa donde confluyen pensamientos
y sentimientos y se mezclan con el río
impulsivo de la sangre que aflora,
como un río de lava y una corriente de fuego
que van creando las palabras y las frases.


Levanto la cabeza y respiro hondo.
Busco la ventana y llevo mi mirada lejos,
más afuera de los cristales,
para que vaya a rozar las nubes.


No quiero que ese momento se me escape,
quiero plasmar todo lo que veo,
dejarlo allí, en esa cuartilla inmaculada.
Quiero que allí quede la fuerza del huracán
que asola mi alma
y también la paz que dejan las estrellas
en la noche.


Quiero dormir así, cerrar los ojos,
abandonarme en estos brazos que son la poesía.
Quiero besar sus labios dulcemente
y rozar su pelo con mis dedos.
Quiero sentir el latido apresurado de su seno
y robar el suspiro de su boca.
Quiero buscar la luz de su mirada
y embriagarme de todo lo que encierra
y también de su palabra silenciosa.


Quiero quererte y poder escribirte sin descanso,
hasta que me embriague con tu voz y tu sonrisa
y pueda dormir el sueño eterno
entre tus brazos.


Rafael Sánchez Ortega ©
18/02/12

HACÍA DÍAS QUE NO TOMABA LA PLUMA...

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Hacía días que no tomaba la pluma
y miraba por la ventana para decir "Buenos días",
y quería hacerlo.


Deseaba decir esos "buenos días"
y gritarlo alto para que llegara
a su destino,
a ese lugar donde los sueños se hacen realidad,
donde los niños juegan sin saber que la vida
sigue su curso,
donde los hombres caminan y sonríen y lloran,
y trabajan y hacen un alto en el camino,
y salen en las mañanas de sus casas
y vuelven por la tarde de regreso.
Deseaba decir esos "buenos días
a ese lugar sin nombre en el universo
y que nosotros llamamos nuestro mundo,
nuestra pequeña esfera que flota en el espacio
y se llena de vida en cada instante.


Y deseaba decirlo a través de la ventana
y que llegara mi voz hasta la iglesia
envejecida,
que fuera también a los pinos y a la ría,
que abrazara a las barcas
que dormitan en las aguas
y que siguiera también buscando el alma
de las personas débiles
y me buscara a mí,
para decirme también "buenos días".


Porque yo quiero y necesito ese saludo,
esa palabra, ese grito que surja en la ventana
y que rompa el silencio de la noche
con las primeras luces del alba.


Yo preciso ese "buenos días" de ti amor,
precisamente de ti
y por eso lo grito y lo escucho con el eco
que me lo devuelve, enriquecido,
tras haber rozado la ternura de tu alma.


Rafael Sánchez Ortega ©
18/02/12

AUNQUE NO TE LO CREAS...

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Aunque no te lo creas
he soñado contigo,
y he buscado en el lecho
tu sereno latido.

Es la voz que me llama,
el susurro infinito
de unos labios temblando
y que dicen ¡Dios mío!

Es tu pecho que sangra
el que busca cobijo,
mientras cierras tus ojos
y te duermes conmigo.

Aunque no te lo creas
yo te acepto y te sigo,
y me quedo soñando
en sacarte el espino.

Esa rosa preciosa
¡cuánto daño te hizo!,
y sangraste por ella
por amor y cariño.

Ahora estás descansando
y temblando de frío,
o quizás por la ausencia
de aquel ser tan querido.

Él te daba palabras
con promesas y hechizos,
que nublaron tu mente
como niebla a los lirios.

Más no temas mi niña
ha cambiado tu sino,
ahora estás a mi lado
mientras trazo este escrito.

Mis poemas son tuyos
y también este grito,
el que traza mi pluma
con tus versos marchitos.

Volverán otros tiempos,
y por eso te digo,
que no temas tu suerte
pues tu amor es el mío.

"...Aunque no te lo creas
hoy mi sueño es más lindo,
porque estás descansando
y en silencio te miro..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/02/12