AÑORO TUS CARICIAS...

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Añoro tus caricias
de noche bajo el fresno,
allí, donde las algas,
mostraban su reflejo.

Un parque silencioso,
un banco más bien quieto,
y en él nos encontramos
hablando nuestros dedos.

Hablaban sin palabras,
quizás con el deseo,
palpando lo impalpable
que eran nuestros cuerpos.

Tus ojos en mis ojos,
mis manos en tu pelo,
tus labios que buscaban
los míos con anhelo.

Y allí nos encontramos,
desnudos con los elfos,
las hadas que bailaban
al paso de los ciervos.

No sé qué fantasía
nació de aquel encuentro,
más sé de los suspiros
surgidos de los sueños.

De pronto susurraste
diciéndome: "te quiero",
y yo, muy sorprendido,
besé tus labios tiernos.

Besé la piel tan suave
que baja por tu cuello,
y luego, en un segundo,
también besé tus senos.

No sé que caracolas
bajaron de los cielos,
haciendo, en un instante,
que ambos nos riéramos.

Y así de sorprendidos
siguieron nuestros besos,
buscando las estrellas
un poco más adentro.

Arriba, tras las nubes,
temblaban  los luceros,
y abajo, en aquel banco,
cayeron muchos velos.

Perdimos la inocencia
hambrientos y sedientos,
saciando nuestras ansias
de amarnos sin recelo.

"...Añoro tus caricias
y el néctar de tu sexo,
robado de tus labios,
de noche y con un beso..."

Rafael Sánchez Ortega ©
31/07/13

POR CAMINOS POLVORIENTOS...

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Por caminos polvorientos
voy buscando las quimeras,
que surgieron hace años
entre rosas y azucenas.

Hay espinas mortecinas,
margaritas que no tiemblan,
girasoles que se inclinan
y se cubren con la niebla.

Son senderos indulgentes
que trazaron en la piedra,
los pastores de cañadas
que cruzaban las aldeas.

Sin embargo, en todos ellos,
hay señales de las huellas,
con los pasos que dejaron
peregrinos y poetas.

Por caminos polvorientos
surge el barro en la dehesa,
alcornoques descarnados
y hasta juncos y malezas.

Porque así son los caminos
de los hombres en la tierra,
unas veces son calzadas
y otras sendas encubiertas.

Más hay sendas, cuyo nombre,
te conduce a las estrellas,
son las letras de los versos
que se juntan en poemas.

Y es allí, la fantasía,
donde nace y te embelesa,
pues te arroba en los suspiros
y te mece en sus mareas.

"...Por caminos polvorientos,
hoy te busco, mi princesa,
y lo hago sin palabras
porque espero tu respuesta..."

Rafael Sánchez Ortega ©
30/07/13

PIENSO...

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Pienso en las estrellas
que se duermen en la noche
y en los sueños que dejamos
olvidados en el alma.

Son retazos y recuerdos de un pasado
que no vuelve aunque quede su nostalgia.

Y es entonces cuando digo
que el presente es lo que importa
y tus ojos de canela que me buscan
y me llaman
con pupilas impacientes para hablarme
sin palabras.

"...Es bonito amanecer con esos sueños
de la noche y con tu nombre
entre los labios y en el alma..."

Rafael Sánchez Ortega ©
21/07/13

TRATÉ DE RESTAÑAR...

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Traté de restañar aquellas lágrimas
cubriendo a tus pupilas con mis besos,
no sé si conseguí cerrar la fuente
del río inagotable de tu pecho.

Más sé que te marchaste de mi lado,
buscando singladura en tu velero,
marchabas con las olas de la vida
y el aire que soplaba a sotavento.

Y allí se separaron dos caminos
y entonces me quedé con tu pañuelo,
mojado por el llanto de tus ojos
y ansiado por mis manos y mis dedos.

No veas fetichismo en aquel acto,
tampoco la lujuria y el deseo,
quería retenerte sin palabras
y sólo me quedaba tu recuerdo.

Traté de restañar de tus pupilas,
las lágrimas rebeldes en exceso
y pude constatar que no cesaron
cayendo débilmente hasta los suelos.

Allí se cimentaron con la tierra
sembrando margaritas por los cienos,
con rosas convertidas en diamantes
y alondras que alegraban los alberos.

No pude conseguir que me quisieras,
confieso mi fracaso en tal empeño,
ni pude conseguir que tú me amaras,
¡amor de mis amores, verdadero!

Sobraban muchas cosas en mis actos,
poemas mal rimados en sus versos,
sobraba sencillez en mi persona
y el alma que te di, conmigo dentro.

"...Traté de restañar de mis pestañas
el dulce escalofrío de tus besos,
cambiando las personas y las piezas
perdida la partida en el tablero..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/07/13

QUIERO SENTIRTE AQUÍ, EN MI COSTADO...

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Quiero sentir aquí, en mi costado,
la seda de tu tacto, dulcemente,
el labio con el beso tan osado
y el roce que me dejas con tu frente.

Más quiero imaginarte, ser amado
viniendo con tu sed hasta mi fuente,
y en ella recoger con sumo agrado
el néctar que destila tan ardiente.

Espero restañar aquellos giros
que borren de tu pecho la amargura.

No quiero que te agobien los lamentos,
y menos el temblor de los suspiros.

Deseo que te inunde la ternura
y vivas como nunca este momento.

Rafael Sánchez Ortega ©
27/07/13

MARCARÉ LOS VESTIDOS CON TU NOMBRE...

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Marcaré los vestidos con tu nombre,
me dijeron tus labios de cereza,
y te haré sonreír, a cada instante,
cuando rocen tus dedos las cenefas.

Yo sentí que mi cuerpo estremecía
y temblaba, a la vez, con las estrellas,
porque tú me decías esas cosas,
con tu cara tan seria y tan sincera.

Pero luego, que el tiempo ha transcurrido,
y recuerdo despacio aquella escena,
me arrepiento de haberme subyugado
por tus frases cargadas de inocencia.

Eran simples palabras solamente,
eran frases y sílabas concretas,
que decían tus labios a los cielos
y que yo, hice mías sin más señas.

No se puede marchar a los destinos
sin marcar a las almas y poetas,
porque existe una regla entre los hombres
que se dicta y se escribe con poemas.

Es la marca de amor inabordable,
con su tinta invisible y tan secreta,
es el ritmo que marcan los relojes
y es la ola que llega en la marea.

Son pequeños detalles a los ojos,
son, quizás, unas simples menudencias,
pero es, la hermosura de la vida,
y el bordado sutil de la paciencia.

Es amor, simplemente, sin palabras,
ilusiones que nacen y que llevan,
ese nombre marcado en las costuras,
y el tatuaje que surge de las venas.

"...Marcaré los vestidos con tu nombre,
musitaron tus labios en la niebla,
y creí, sin dudar, lo que decías
y soñé con castillos y princesas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
28/07/13

¡QUIÉN PUDIERA...!

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¡Quién pudiera ser cascada,
ser corriente y ser ribera
de ese río impetuoso,
que desborda tus pupilas
con sus pétalos de nieve...!

¡Quién pudiera ser marino y navegante
de ese barco que navega
por la sangre de tus venas
y que busca un horizonte, sin fronteras,
para amarte sin descanso!

"...¡Quien pudiera estar ahí, precisamente,
en esta hora y a tu lado!..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/07/13

DUELE EL CORAZÓN...

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Duele el corazón en estas horas,
cuando la luna bosteza perezosa,
cuando las estrellas bailan en las aguas,
cuando dormitan las cigarras en sus cantos.

Y duele el corazón cuando está herido,
cuando sangra y no es posible
detener la hemorragia de esa flecha
que penetra en el costado.

Duele el corazón y se estremece
la pupila temblorosa de algún niño
que aún soñaba con princesas.

Y duele el corazón del infeliz enamorado
que esperaba deslumbrar con sus palabras
los oídos que creía le escuchaban.

Duele el corazón, porque agonizan,
utopías que nacieron de la nada,
como frutos de suspiros y susurros
recogidos de unos labios.

Y duele el corazón, sin una lágrima,
cuando agota los latidos y se para
a buscar la soledad por su pecado,
por haberse enamorado simplemente,
por creer que aquel amor, era en verdad,
un sentimiento inmaculado y verdadero
que llegaba, hasta su lado,
en una entrega sin palabras.

Rafael Sánchez Ortega ©
20/07/13

VUELVO A TI, CON MIS RECUERDOS...

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Vuelvo a ti, con mis recuerdos,
y una carga de nostalgia,
veo piedras, siento besos
y susurro: "Salamanca"

Fue un romance sin fronteras
de dos almas que temblaban,
que buscaban dulcemente
su destino en la distancia.

Y sus pasos les llevaron
a un rincón lleno de magia,
donde el mundo se detuvo
y callaron las palabras.

Porque el tiempo corrió lento
y se hablaron las miradas,
se dijeron tantas cosas
que borraron muchas lágrimas.

Hoy regreso a los recuerdos
y lo hago con gran calma,
aunque sienta en las pupilas
unas gotas encantadas.

El rocío brota pronto
y se baja por la cara,
a calmar la sed tremenda
de unos labios, con su agua.

Brota y corre, en los recuerdos,
un suspiro que se escapa,
una mano temblorosa
que a la tuya roza y ama.

Porque fue la fantasía,
realidad entre la nada,
y vivimos los silencios
y gozamos las mañanas.

"...Vuelvo a ti, con mis recuerdos,
y aunque un mundo nos separa,
no me olvido de tus besos
susurrando: Salamanca..."

Rafael Sánchez Ortega ©
27/07/13

SI TIENES UNA PREGUNTA...

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Si tienes una pregunta
yo te ofrezco la respuesta,
si la sé y está en mi mano,
aunque decirla me duela.

Es la vida un recipiente
donde bullen mil ideas,
alegrías infantiles
con sus lágrimas y penas.

Es un vaso cristalino,
un espejo que refleja,
es un mundo de preguntas
e inquietudes muy diversas.

Tú preguntas en silencio
con mirada muy aviesa,
y preguntan tus latidos
y la sangre de tus venas.

Hay un algo inconfundible
que devuelve, con la niebla,
la respuesta que precisa
toda alma en su tormenta.

Y es el eco de los cielos
quien remueve las galernas,
los ciclones del oeste
en la voz de la conciencia.

Y es la savia de los mares,
el salitre y las mareas,
quienes riegan a los cuerpo
con caricias por las venas.

Un suspiro inconfesable,
una lágrima dispersa,
y unas gotas de rocío
en los ojos dan la cuenta.

Porque quieres que te digan
todo aquello que te afecta,
si es verdad que a ti te aman
unos ojos que veneras.

Unos labios seductores,
ese pelo con su trenza
y la linda caracola
que te ofrece sin reservas.

"...Si tienes una pregunta
yo quisiera responderla,
no quisiera que tus miedos,
por mi culpa, te perdieran..."

Rafael Sánchez Ortega ©
26/07/13

ERAN BONITOS TUS OJOS...

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Eran bonitos tus ojos
dando dulzura a la tarde,
y era bonita tu boca
con su sonrisa admirable.

Yo te miraba sin prisas
mientras pensaba en el baile,
con romería y verbena
para en el mismo abrazarte.

Te buscaría a los ojos,
te tomaría del talle,
y bailaría contigo
hasta rendido cansarme.

Eran bonitos tus ojos
bajo la noche indomable,
donde fogosas estrellas
nos enviaban señales.

Ambos salimos afuera
a pasear por las calles,
con nuestros cuerpos sudados
y susurrando saudades.

Eran los pechos que hablaban
y suspiraban los mares,
y era la voz de dos niños
que se decían amantes.

Eran bonitos tus ojos
que con el alba cerraste,
yo te miré con ternura
y con mis labios besarte.

Tú te quedaste en silencio
y sin dudar un instante,
me respondieron tus labios
para en los míos ahogarse.

Ambos logramos dormirnos
y descansar nuestra sangre,
de la pasión consentida
y las caricias amables.

"...Eran bonitos tus ojos,
como pequeños corales,
yo los besé sorprendido
y ellos quisieron amarme..."

Rafael Sánchez Ortega ©
25/07/13

PORQUE...

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Porque me gusta verte y sentirte,
aunque no te vea con mis ojos
pero sí con mis sentidos.

Porque quiero tenerte entre mis brazos,
aunque mis brazos no puedan sentir
el calor de tu cuerpo.

Porque deseo besarte fuertemente,
aunque mis labios no puedan recoger
el temblor de tus labios.

Porque me gusta desnudarte cada noche,
aunque tenga que imaginar tu figura
y esas prendas que voy quitando,
lentamente de tu cuerpo,
para saborear con mi vista sus senderos.

Porque quiero pintar en tu piel ya desnuda
y escribir tu nombre junto al mío,
aunque mis dedos solo puedan rozar el teclado
y también a mi piel,
imaginando que es la tuya.

Porque intento convertir tus suspiros
en una prolongación de los míos,
aunque esos ayes me hagan cerrar los ojos
e imaginarme que tus labios
los dicen en mi oído.

Porque estás y no estás en mi alma,
aunque deba retener los susurros del mar
que regresa violento
y esas olas de amor que me azotan sin pausa.

Porque quiero tus ojos azules mirando a los míos,
aunque sea a través de los mares
y en el cielo teñido de azul de la tarde.

Porque quiero acercarme a tu alma,
sentir sus latidos, vibrar con tu sangre,
aunque tenga que andar mil caminos,
correr sin descanso y luego bajar a la playa
a mirar las mareas.

Porque... Sí, por eso mismo que piensas
y te oculto celosamente,
aunque me duela hacerlo
ya que no quiero que sufras un día,
cercano o lejano,
cuando acabe este sueño.

Rafael Sánchez Ortega ©
18/07/13

NO SÉ POR QUÉ RAZÓN...

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No sé por qué razón
recuerdo la textura de tus senos,
el blanco sinuoso de los mismos
y el dulce escalofrío de mis besos.

Recuerdo que la noche se acercaba
y estábamos los dos en blando lecho,
desnudas, frente a frente nuestras almas,
desnudos, piel con piel de nuestros cuerpos.

La fiebre desataba sensaciones,
pasiones alocadas y tormentos,
allí se deshacían las galernas
mezcladas, con suspiros y jadeos.

Sudaban nuestros cuerpos tibiamente
por todos los rincones y senderos,
las manos transformaban, con su magia,
el lindo recorrido de los dedos.

No sé por qué razón
hoy quiero recordar aquel momento,
tus manos en mis manos, simplemente,
mis labios en tus senos con un muerdo.

Entonces se volvieron con dulzura
tus dedos, recorriendo mi cabello,
buscabas retener las sensaciones
y el dulce escalofrío del deseo.

Buscabas el placer de las resacas
y el pulso de los mares en aumento,
la entraña desvirgada de la costa
sintiendo el oleaje tan intenso.

Querías a mi cuerpo sudoroso
volviendo de ese mundo de los sueños,
saciando y compartiendo aquel instante
y uniéndonos, en uno, sin lamentos.

No sé por qué razón
me quedo en los umbrales del desierto,
recojo los recuerdos uno a uno
y mando mis suspiros a tu encuentro.

Rafael Sánchez Ortega ©
24/07/13

HOY ME SIENTO LIBRE PARA VOLAR...

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Hoy me siento libre para volar
más allá de ataduras y recuerdos,
por los campos y mares sin fronteras
volando sin descanso y en silencio.

Las alas primerizas están rotas,
las plumas han caído por los suelos,
en ellas se quebraron ilusiones,
sonrisas cristalinas del momento.

También se malograron esperanzas,
arpegios encantados con mil besos,
y aromas penetrantes y profundos
surgidos de la tierra y de los cuerpos.

Repican las campanas de las doce,
se mueven las gaviotas por el puerto,
un gato se pasea en el tejado
y un niño vuelve a casa del colegio.

Me quedo con la eterna poesía,
aquella que nos llega de los cielos,
la misma que percibe el campesino
que siembra sin descanso en los alberos.

Me quedo con la música del arpa
que arrancan las sirenas con denuedo,
la misma que destila fantasías
mezclada con salitres marineros.

Hay golpes que resuenan en la fragua
y un yunque nos devuelve su lamento,
la tierra ya se funde con la tierra
formando los metales con el fuego.

Golpea el forjador con tanta saña
que manda los suspiros a los vientos,
de hierros y metales retorcidos
que intenta doblegar con mucho esmero.

"...Hoy me siento libre para volar
más allá de este mundo de los sueños,
oyendo la perfecta sinfonía
de un corazón que vuela hacia lo eterno..."

Rafael Sánchez Ortega ©
23/07/13

ME ROBASTE LA ESPERANZA...

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Me robaste la esperanza
que alumbraba mi destino,
y con ella tantos sueños
se quedaron en suspiros.

Y volvieron a las sombras
sentimientos florecidos,
de una nueva primavera
con las fuentes y los ríos.

Se quedaron sin cascadas
los dibujos de los niños,
y también sus ilusiones
que se fueron con sigilo.

Yo quedé desconsolado
y parado en el camino,
tembloroso y asustado
sin tomar ningún partido.

Me robaste la esperanza,
la ilusión del peregrino,
y con ella tantas cosas
que no sé ni lo que digo.

Me embriagaron los venenos
que me diste y he bebido,
y volvieron las nostalgias
y palabras sin sentido.

Fue una noche junto al lago,
sin estrellas ni testigos,
un susurro que dejaste
y llegó hasta mis oídos.

Me decías que te ibas,
que partías ahora mismo,
en un viaje sin retorno
en un tren al paraíso.

Me robaste la esperanza
y lloré como un mendigo,
suplicando una limosna
de los labios que he querido.

Y dejaste un tierno beso
con tus labios en los míos,
y una rosa con espinas
en mi pecho dolorido.

Yo te vi como partías
a buscar el infinito,
tras las huellas invisibles
que seguías como un rito.

Y te vi desvanecerte
en silencio por el trigo,
y fundirse el horizonte
en la tarde que te has ido.

"...Me robaste la esperanza
y sentí un escalofrío,
me dijiste, que "hasta luego"
más yo sé que te he perdido..."

Rafael Sánchez Ortega ©
22/07/13

DESPUÉS DE UNA NOCHE LARGA...

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Después de una noche larga,
con múltiples vueltas y más vueltas
en la cama,
como si no me dejaras dormir o mejor dicho,
no quisieras que me quedara dormido,
logré buscar un hueco entre tus brazos
y abandonarme al silencio y a las sombras.

Debo de confesar que así lo hice,
y me abracé a la almohada
para sentirte entre ella
y confundir mis pensamientos
buscando tu olor entre sus pliegues
arrugados,
aunque también buscaba tu voz
y tu palabra.

De vez en cuando el recuerdo de tu figura
regresaba a mi lado y me llamaba "tonto",
como para alejar algún fantasma del pasado,
y me decía que seguías cerca
y que no me dejabas
con un sueño entre los labios.

Porque la sensación que guardo,
de esta noche, la que recuerdo febrilmente
y la que conservo
es una sensación inenarrable.

Veo a tu cuerpo desnudo entre mis brazos,
veo a mis dedos recorrer tu cara
y hacer temblar tus labios,
para luego  seguir por la línea del cuello
y rozar la senda que conduce a los hombros;
allí descienden por tus brazos suavemente,
hasta tus manos, y toman tus dedos
entre los míos,
y en un acto impulsivo los llevo
hasta mis labios para besarlos.

De paso observo a la flor de tus senos
temblar ansiosamente
y la escucho pedirme que vaya a su lado,
que acaricie sus pezones,
llenos de vida y misterio
que se ofrecen generosos.

Y eso hago.
Pero son mis labios los que acuden,
y es mi lengua quien recorre cada milímetro
de esa superficie sedosa y cálida
notando como se excitan,
como se estiran,
como tiemblan y como hablan
en ese lenguaje "sin palabras",
pidiendo más y más caricias,
más y más atención y cuidados,
esos pétalos divinos.

Y son tus manos las que acarician mi cabeza
y la aprietan contra ti,
contra tu vientre,
al que me invitan que visite
y me detenga en sus sendas misteriosas,
para dejar allí la humedad
y la saliva que precisan y luego,
continúe un poco más abajo,
hasta tu pubis,
a ese rincón hermoso y mágico
donde guardas el fruto del placer,
y donde ahogas los suspiros y susurros
de mil noches encantadas.

Porque es ahí, ¡precisamente ahí!,
donde mis labios  desean arrancarte
esos ayes de placer y de agonía
en un éxtasis eterno,
sin principio ni final,
mientras tus labios se quedan secos y fríos
precisando el sabor de los míos,
que buscan con pasión a los tuyos,
para transmitirles, y compartir,
el sabor amilbarado de tu sexo.

Rafael Sánchez Ortega ©

17/07/13

CUANDO SIENTAS QUE UNA ESPINA...

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Cuando sientas que una espina
se ha clavado en tu costado,
mira al pecho que se inclina
que es el tuyo, enamorado.

Luego marcha hasta la esquina
con el paso alborozado,
y verás, tras la cortina
lo que pasa por tu lado.

Es un verso, simplemente,
que te llega con la brisa.

Es un labio sugerente
que te entrega una sonrisa.

Y es el beso tan ardiente
de una dulce pitonisa.

Rafael Sánchez Ortega ©
21/07/13

TE HABLO...

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Te hablo a ti, silencio inmaculado,
que abrazas mis sentidos.

Te hablo y te pregunto por las rosas,
temblorosas, que unas manos recogieron.

Te pido que me digas si han llegado
a su destino.

Suplico que contestes a mis labios
con un beso y un suspiro.

Te ruego que me dejes una pizca
de esperanza.

"...Más sé que en el silencio
no hay respuestas y es inútil
suplicar una limosna de su parte..."

Rafael Sánchez Ortega ©
19/07/13

ANALIZO MI VIDA...

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Analizo la vida y no me gusta
porque tiene defectos y carencias,
aunque debo seguir,  mal que me cueste,
las aceras agrestes y con hierba.

Es la vida, me digo, y nada importa,
con sus ciclos que marchan y que llegan,
y debemos vivir esta aventura
intentando reír, aunque nos duela.

Porque es duro el sendero que emprendemos,
el camino que lleva a las estrellas,
el remar contra un mar embravecido
y el luchar con ciclones y galernas.

Pero es duro vivir sin la sonrisa,
que nos deja en las alma los poemas,
a pesar que desgranan ilusiones
en sus versos con lágrimas eternas.

Analizo la vida y no me gusta
porque huelo el aroma de violetas,
que recuerdan, quizás, al camposanto,
con oficios y rezos en la iglesia.

Es la vida, repito nuevamente,
es el blanco y el negro, por entregas,
los capítulos siempre descarnados
que nos toca vivir en toda esencia.

Pero debo decirme "que adelante",
que no importan temblores de aguafiestas,
ni tampoco susurros de las sombras
ni suspiros que surjan de la niebla.

Porque importa vivir intensamente,
cada día, las horas, sin protesta,
y vivir con un sueño en las pupilas
para amar como aman los poetas.

"...Analizo la vida y me resigno
porque soy un juglar por estas tierras,
peregrino que marcha solitario
a escuchar lo que dicen las mareas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/07/13

LUCE EL SOL...

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Luce el sol detrás de la ventana
semiabierta de mi casa.

Un tejado se me ofrece ante la vista
y una antena se destaca, entre las tejas.

A lo lejos veo el viejo campanario, sin campanas,
de mi iglesia.

¡Cuántos sueños han quedado entre sus sombras!,
¡cuántas lágrimas vertidas a su lado...!

"...Sin embargo luce el sol, sencillamente,
y es verano..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/07/13

CANTAN LAS ROCAS...

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Cantan las rocas,
sueña la arena,
bailan los mares
al mismo son.

Yo, fiel testigo,
oigo rumores,
sueño que bailo,
me siento Dios.

Unas sirenas
surcan los mares,
quieren el alma
de ese cantor.

Hay caracolas
donde se escuchan
viejos rumores
y una canción.

Boga que boga
pasan traineras,
crujen los remos
suena otra voz.

Es un marino
de piel morena,
rostro curtido
que es el patrón.

Hablan sus labios,
grita su pecho,
reza su alma
con gran fervor.

Más, a lo lejos,
vienen tormentas,
olas profundas
con un ciclón.

Es la galerna,
temido nombre,
que arrasa y llega
con gran dolor.

Ya las canciones
cesan y mueren,
y las sirenas
dicen adiós.

Soplan los vientos,
rugen las olas
y las traineras
pierden su rol.

Y en este baile,
(ahora maldito),
todos le bailan
con gran temor.

Bailan las olas,
reman marinos,
bajo las nubes
del gran reloj.

Y mientras tanto,
alguien suspira,
reza y se toca
su corazón.

En sus pupilas
baila una lágrima,
danza hacia el suelo
buscando flor.

Y aquella gota,
bendita y tierna,
es un poema
que aquí nació.

Son unos versos,
sin más palabras,
sin más destinos
que el del amor.

"...Cantan las rocas,
sueñan las almas,
bailan los niños
brilla un farol..."

Rafael Sánchez Ortega ©
19/07/13

SE ROMPIÓ LA CADENA DE PLATA...

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Se rompió la cadena de plata
y con ella senderos y puentes,
allí estaban unidos los sueños
en un lazo invisible y muy tenue.

Se quedaron las almas vacías
al faltar esa brisa envolvente,
ese beso fugaz de los mares
y el abrazo de sal que contienen.

Pero todo se vive deprisa
y el amor perseguido se vence,
es así, que repiten, los sueños
ese baile de música breve.

Es un vals que se escucha a las doce,
el tic-tac del reloj que estremece,
una linda figura que surge
y un jardín con alfombra de nieve.

Y es así como surgen los sueños,
de cenizas y lavas candentes,
de pasiones que ahogan las penas
y de mares con olas perennes.

Porque todo renace en la vida
y comienza, se palpa y se muere,
aunque sean los lazos de plata
que a las almas las atan por siempre.

¡Cuánta nota escribió aquel poeta
en cuartillas de tinta celeste...!
¡cuántos versos, llamados suspiros,
escribieron sus dedos los viernes...!

Al final, otra vez, la cadena,
servirá para unir lo evidente,
y unirá los destinos eternos
de las almas que amando se quieren.

"...Se rompió la cadena de plata
y temblaron, sin más, los cipreses,
yo temblé, como tiemblan los niños,
y recé, por amor, muchas veces..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/02/13

ENTRE LAS BLANCAS PAREDES...

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Entre las blancas paredes
vi tu rostro envejecido,
pronunciabas unos nombres
que hoy no están, aquí, contigo.

Eran muchos compañeros
que perdieron su destino.
por la dama tan sombría
que segó los tenues hilos.

Fueron hijos de la vida,
estudiantes con sus libros,
que aprendieron las lecciones
a tu lado, sorprendidos.

Hoy no están entre nosotros
y tú lees un panegírico,
una ofrenda de oraciones
con recuerdos y suspiros.

Al mirarte yo te veo
años antes, con sigilo,
en la eterna primavera
compartida y que vivimos.

Tú eras norte entre nosotros,
el maestro y el testigo,
la cerilla que incendiaba
primaveras y castillos.

Más también, en los recuerdos,
hay canarios escogidos,
que cantaban en las clases
mil canciones con su ritmo.

Es por eso, que confundo,
aquel tiempo tan bonito,
y lo mezclo en los recuerdos
de la infancia que he perdido.

Yo te he visto esta mañana
muy cansado, y muy tranquilo,
con el rostro imperturbable
del maestro ante los niños.

Y no pude remediarlo,
pues sentí un escalofrío,
al saber que mis recuerdos
a los tuyos van unidos.

Somos restos de galernas
y de mares muy bravíos,
que llegamos a las playas
destrozados y hasta heridos.

Y estiramos las espumas
con un canto coralino,
esperando que el invierno
nos acoja con cariño.

"...Entre las blancas paredes
vi tu rostro con el mío,
vi figuras compañeras
que no están y que se han ido..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/07/13

MÁS ALLÁ DE LOS SUEÑOS...

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Más allá de los sueños,
y tu oculta sonrisa,
estarían los mares
y también tus pupilas.

Esos ojos azules
de dulzura infinita,
esas perlas sin nombre
que quisiera hacer mías.

Más allá de los sueños,
y del mar y la brisa,
hay sirenas soñando
y mil olas tranquilas.

El azul verde oscuro
de las aguas con vida,
con salitre y resacas
que se irán a la orilla.

Más allá de los sueños,
y la luz que titila,
hay un faro en la costa
que en la noche ilumina.

Hay un pecho que baila
una danza maldita,
y una sangre que busca
contener una herida.

Más allá de los sueños,
y correr las cortinas,
está un lecho ocupado
deseando una cita.

La visita que espera
es azul en su tinta,
con la mano de nieve
y unos dedos que escriban.

Más allá de los sueños,
estás tú, vida mía,
el poema más lindo
que mis sueños aspiran.

Porque tú, con tus ojos,
me das luz y alegría,
y transformas mi alma
con tu voz y tu risa.

"...Más allá de los sueños
no sé bien lo que haría,
si se funde tu imagen
entre azules y lilas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
16/07/13

HE VISTO CON MIS OJOS LA HERMOSURA...

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He visto con mis ojos la hermosura
del campo engalanado de claveles,
un cielo les brindaba tal belleza
y el viento los mecía suavemente.

Al verlos he pensado que las almas
precisan esa paz que se merecen,
igual que los claveles en el campo
reflejan las caricias del ausente.

Quizás en las etapas de la vida
sucedan estas cosas desde siempre,
belleza sin igual, en los veranos,
e inviernos, con tristeza y con la nieve.

Cabalgan los minutos sin descanso
y marchan los suspiros en corceles,
las flores asombradas, se marchitan,
y el mundo, con su magia, se detiene.

He visto, con mis ojos, la hermosura,
y he visto las arrugas en tu frente;
un poco más abajo están tus labios
que esperan a ese labio que les bese.

Tu cuello, generoso, me provoca,
y el seno, que seduce, se estremece,
quizás está esperando, que unos dedos,
recorran sus pezones dulcemente.

Regresan las pasiones con su magia,
volviendo los deseos tan infieles,
aquellos que buscaron la locura
haciendo que vibraran los más fuertes.

Se vuelven caracolas las arenas
y el yodo y el salitre se nos pierden,
se mezclan con la sangre acelerada
y el sexo inalcanzable del que vence.

"...He visto con mis ojos la hermosura,
-repito mientras siento los placeres-,
la voz tan temblorosa de unos labios
y el dulce escalofrío de tus sienes..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/07/13

NO TODOS LOS AMIGOS...

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No todos los amigos
te prestan un pañuelo,
ni dejan en tus labios
el roce de sus besos.

Será que otros amigos
no son tan verdaderos,
y ocultan sus mentiras
fingiendo sentimientos.

Es fácil que en tu noche
confundas los silencios,
y abraces los que llegan
cargados de deseo,

Es fácil que desdeñes
aquellos más sinceros,
ocultos por la luna
y en brazos de los vientos.

No todos los amigos
te dan un caramelo,
ni buscan en tus ojos
la luz de los luceros.

Quizás, donde no pienses,
estén los sempiternos,
aquellos que te sigan
al fin del universo.

Seguro que no insisten
y acuden muy despiertos,
y van sobre tus huellas
que marcan un sendero.

Un día, no lejano,
sabrán de tu cabello,
también de los suspiros
que escapan de tu pecho.

No todos los amigos
te dicen: "yo te quiero",
lo hacen solo algunos
osados y despiertos.

Más otros que te quieren
ocultan, con recelo,
aquello que en el alma
resurge entre los sueños.

Y forman un poema
que extienden en sus versos,
plasmando tu figura,
tu voz y hasta tu seno.

Y allí, junto a las rosas,
florecen los sonetos,
y vuelan golondrinas
trazando mil bocetos.

"...No todos los amigos
se fijan en tu seno,
ni ven en tus pupilas
los versos que yo leo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
14/07/13

DICEN QUE LLORAN LOS NIÑOS...

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Dicen que lloran los niños
y que los hombres no lloran,
porque se dice y supone,
su corazón una roca.

Más yo conozco poetas
con corazón de personas,
y sí que lloran sus ojos
bajo el trasluz de las olas.

Lloran por cosas pequeñas
y por las grandes y hermosas,
aunque también de alegría
surgen de pronto las gotas.

Llora la dama en su casa
cuando recibe una rosa,
más que la flor, en sí misma,
por ese beso que porta.

Dicen que lloran los niños
y que los hombres se enojan,
que solo arrugan su frente
para evitar la derrota.

Pero conozco pintores
que con paleta y con brocha,
andan plasmando su llanto
en tantas telas que mojan.

Y allí transmiten su encanto,
con los colores y notas,
en una imagen sublime
y en el retrato sin sombras.

Quiero creer, que en el cielo,
hay quien temblando se asoma,
y que al mirar a la tierra
siente la lágrima sorda.

Dicen que lloran los niños
y que los ángeles sobran,
que se precisan valientes
y los cobardes estorban.

Más si llorar es premisa
de la locura más tonta,
de enamorarse en el tiempo
de otra sensible persona,

pienso que soy un cobarde
porque he llorado por otra,
porque he querido y amado
con las pupilas ya rotas.

Fueron fontanas sublimes
que derramaron, copiosas,
gotas de yodo y salitre
sin importarles las horas.

"...Dicen que lloran los niños
y que los hombres no lloran,
más yo te digo, que un hombre,
saca el dolor de esa forma..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/07/13

ME ABRAZARÉ AL SILENCIO DE LA TARDE...

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Me abrazaré al silencio de la tarde
para encontrar en él lo que yo ansío,
la hermosa poesía de la vida
temblando en la escollera del destino.

Es fácil que me acosen los recuerdos
y vengan con retales escondidos,
envueltos con minutos de un pasado
ya muerto y enviado hacia el vacío.

Es fácil que hasta lloren las estrellas
y rieguen con sus lágrimas los nidos,
y vuelen las alondras asustadas
buscando las riberas de los ríos.

Quisiera que el silencio fuera eterno,
que nadie interrumpiera su sonido,
la eterna melodía sacrosanta
del hombre en comunión consigo mismo.

Me abrazaré al silencio de la tarde,
-de nuevo eso me digo y me repito-,
para encontrar allí la dulce calma
que enlaza margaritas con los lirios.

Y entonces, es posible, que hasta sueñe,
que vibre con los ojos tan bonitos,
que escuche aquellos versos desgranados
dejados con su voz y en un suspiro.

No quiero más sonrisas ni recuerdos,
si acaso retener unos latidos,
la estrofa que brillaba en sus pupilas
y el verso que brotó del infinito.

Por eso me refugio en el presente,
y mando los recuerdos al olvido,
prefiero en el abrazo tu silencio,
¡oh mar de mis amores y mi amigo...!

Me abrazaré al silencio de la tarde
y olvidaré momentos ya vividos,
yo quiero gobernar, desde el silencio,
el rumbo en que se enfile mi navío.

Yo quiero que se apaguen las farolas
y luzcan cuando pasen los mendigos,
aquellos que suplican las migajas
de un trozo de candor y de cariño.

Yo quiero que renueven las mareas
las naves de la playa, y sus castillos,
que fueron construidos por las manos,
pacientes e inocentes de los niños.

Y quiero que sus labios, tan sedientos,
se mezclen un momento con los míos,
me presten ese aroma inconfundible
del yodo y el salitre prometido.

"...Me abrazaré al silencio de la tarde
y cerraré los ojos con alivio,
para escuchar la nana de las olas
que elevarán mi alma hasta el Olimpo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
12/07/13

HE BUSCADO TUS PASOS EN LA NIEBLA...

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He buscado tus pasos en la niebla
para ver si escuchabas mis latidos
pero solo encontré viejas saudades
en el mundo borroso de los signos.

Se acercaban brillantes caracolas,
caballitos brincando con sus guiños,
y también las sirenas de los cuentos
con sus cantos preciosos y sencillos.

Y entendí que los pasos que buscaba
regresaron de nuevo al infinito,
a ese espacio de sombras y tinieblas
donde habitan los sueños y los niños.

Retornaron de nuevo los recuerdos,
los momentos pasados y malditos,
y volvieron las lágrimas furtivas
a surcar por mis ojos intranquilos.

Regresaron hambrientas las resacas
y rompieron guiones bien escritos,
porque el yodo y salitre de sus mares
agrietó la frescura de los lirios.

Yo no supe guardar las apariencias
y sentí un profundo escalofrío,
presentía que un algo me faltaba,
un abrazo y un beso ya perdido.

Me negaba aceptar las conclusiones
que el presente mostraba con sigilo,
y seguía soñando con princesas
escapadas de cuentos y de libros.

Y allí estaba, en silencio, el horizonte
entre nieblas y rutas de navíos,
transformado en un campo de esperanza
al que iban, sin duda, mis suspiros.

¡Ay amor!, ¿dónde estás que no te veo?...
yo te acoso, te sigo y te persigo,
pero tú, casquivano, independiente
me devuelves otoños amarillos.

"...He buscado tus manos en la niebla
pero un eco me ha dicho que has partido,
aunque sienta tus dedos en mi espalda
y tus labios se junten con los míos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
11/07/13

SE APAGARON...

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Se apagaron las caricias
de los vientos revoltosos,
y con ellas se perdieron
sentimientos y tesoros.

Fue un instante solamente,
una brisa como un soplo,
un latido de los mares
y aquel beso tan ansioso.

Luego vino la resaca,
en el alma de algún loco,
y también las golondrinas
con los sueños y el otoño.

Más no olvido aquella mano
con sus dedos temblorosos,
y aquel labio de azucena
que se abría poco a poco.

Se apagaron las miradas
tan ardientes de tus ojos,
y con ellas, la alegría,
quedó ausente de su trono.

Fue un pasado que recuerdo
y que guardo, cual devoto,
con tu voz y tus palabras
suspendidas en el cosmos.

Luego veo que caminas
y que buscas tu acomodo,
y te fundes con la niebla
que te besa todo el rostro.

Y presiento los latidos
y los pasos presurosos,
mientras buscas una estrella
para darle tus sollozos...

"...Se apagaron las pupilas
tan hermosas que conozco,
se durmieron en la playa
entre sueños muy remotos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
10/07/13

TE CRUZASTE EN MI CAMINO...

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Te cruzaste en mi camino
y te vi tan diferente,
que no puedo remediarlo
y en mis versos apareces.

Sueño y creo fantasías
y hasta rocas y corrientes,
de ese mar embravecido
que tu buscas cuando vienes.

Porque siento que paseas
y hasta huelo lo que hueles,
el salitre de mis aguas
soñolientas que adormecen.

Te imagino paseando,
junto al mar que tanto quieres,
y a tus ojos que rezuman
unas lágrimas silentes.

"Es la niebla", tú te dices,
la que llega y estremece,
con recuerdos y nostalgias
de otros tiempos y otras gentes.

"Quiero ser y no ser agua,
mar y roca entre tus sienes
y ese dulce escalofrío
que confundas con relente.

Pero quiero ser la playa
que te acoja y te serene,
la que temple tus latidos
con su música celeste.

Y esas conchas tan bonitas
que adivino que retienes,
y que llevas a tus labios
de manera muy frecuente"

Todo esto tú te dices
en la arena, cuando vuelves,
donde curas las heridas
y en tu villa, San Vicente.

Ese mar que bien conoces
está vivo y es presente,
él te anima y te da fuerzas
y te mece cuando duermes.

"...Te cruzaste en mi camino,
¡oh cantábrico inclemente!,
y tus ojos de turquesa
con su verde me retienen..."

Rafael Sánchez Ortega ©
09/07/13

ES POSIBLE...

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(A Pilar Iglesias Álvarez, autora del poema
de la obra obligada del XLVI Certamen de la
Canción Marinera: "Tu mano").


***

Es posible que callen las gargantas
reteniendo en el pecho los gemidos,
y que sople la brisa del nordeste
removiendo a los juncos y a los lirios.

Pero queda el silencio en las entrañas
y un dolor fuertemente retenido,
como ocurre al abrazo de los vientos
que, al final, se convierten en suspiros.

Es posible que nunca te preguntes
por el tiempo pasado y sus peligros,
ni recuerdes los labios temblorosos
que buscaron los tuyos junto al río.

Pero queda en el alma una campana,
la llamada conciencia de los niños,
que jugaron, quizás, a ser mayores
y rimaron sus versos infinitos.

Es posible que ya ni le recuerdes,
era un hombre de aspecto tan sencillo,
que pasó por tu lado una mañana
y alteró gravemente tus sentidos.

Pero deja que yo te lo refresque
y describa su imagen con sigilo,
era un joven con pinta de poeta
y en su mano llevaba varios libros.

Es posible que ahora te despiertes
y que sepas, con esto, lo que digo,
porque el verde turquesa de sus ojos
te causó sensación por aquel signo.

Pero pronto sus pasos se perdieron
a lo largo y lo ancho del camino,
ya que era, sin más, una amapola
en un sueño, sin duda, peregrino.

Es posible que empieces la jornada
y atrás dejes los sueños y el olvido,
y también las lagunas, tan antiguas,
alumbrando sus aguas con los cirios.

Pero aquella que el pecho suspiraba,
la que guardas con nombre y apellidos,
la laguna silente de tus sueños
seguirá, para siempre, su destino.

Rafael Sánchez Ortega ©
08/07/13

HOY LAS PIEDRAS...

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Hoy las piedras centenarias
han llorado de alegría,
escuchando lindas voces
de sirenas en la orilla.

Eran voces de corales
susurrando melodías,
y también de caracolas
y resacas escogidas.

Con los cantos, el nordeste,
llega y besa con su brisa,
y acaricia las campanas
y adormece las pupilas.

Hoy, las piedras de mi iglesia
han sentido la caricia,
y el susurro de las olas
y el bogar de las barquías.

Un silencio acompasado
rompe y rasga cada esquina,
con suspiros de los hombres,
marineros día a día.

En la tarde que se escapa
hay un verso que tirita,
una salve en un arpegio
y una lágrima furtiva.

Hoy las piedras de mi infancia
han soñado maravillas
y lo hicieron escuchando
el rumor de las marismas.

Ha bajado la marea
y el mar duerme por la ría,
ya se asoman las estrellas
a velar a nuestra villa.

Sube y baja la corriente,
las gaviotas van deprisa,
y hay un eco en las canciones
que embelesa y encandila.

"...Hoy las piedras han escrito
mil renglones y sin tinta,
y lo hicieron inspiradas
de una música marina..."

Rafael Sánchez Ortega ©
07/07/13

SORTEANDO LAS RESACAS...

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Sorteando las resacas
van saliendo las traineras,
a enfrentarse con las olas
y con vientos y mareas.

Un curtido marinero
mira al cielo y parpadea,
sopla el viento del oeste
precursor de la galerna.

Las traineras poco a poco
a la playa van de pesca,
a buscar unos besugos,
salmonetes y fanegas.

Es la historia del marino
que atrás deja la Barquera,
esa ermita tan preciosa
con la Virgen Barquereña.

Los remeros van bogando
y chirrían las cuadernas,
por el viento enfurecido
que arremete con gran fuerza.

El peligro se avecina
mas la pesca es lo que cuenta,
a pesar de tener miedo
de las olas tan inmensas.

Salta y corta por encima
la trainera cual sirena,
y se entrega en un abrazo
a otras olas que le llegan.

Es la historia del marino
entre remos y sal muera,
y oteando la atalaya
de la barra tan inquieta.

Y la mira muchos días
esperando que se duerma,
que apacigüe el oleaje
y las olas queden quietas

"...Sorteando las resacas
canta el remo con gran fuerza,
reza el pecho del marino
una Salve a la Barquera..."

Rafael Sánchez Ortega ©
06/07/13

MIENTRAS GUARDE TU SONRISA...

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Mientras guarde tu sonrisa
en el centro de mi pecho,
buscaré entre los rosales
a la reina de sus pétalos.

A la rosa más hermosa
que ha brotado bajo el cielo,
animando mis pupilas
cada día con sus besos.

Buscaré la mariposa,
altanera con su vuelo,
y el vestido de retales
que nos muestra con salero.

Buscaré la voz sublime
de aquel río soñoliento
que se extiende y que progresa
a su cauce y mar adentro.

Mientras guarde tu sonrisa
mi locura irá en aumento,
con volcanes en el alma
produciendo mil deseos.

Porque la sangre revive
con los suspiros del viento,
y esos instantes preciosos
nos regalan más recuerdos.

Buscaré la caracola
que prendiste en tus cabellos,
y aquel ramo de azucenas
tan bonitas en tus dedos.

Buscaré lo inalcanzable,
el susurro de tu seno
que le hablaba, sin palabras,
a mis dedos tan hambrientos.

"...Mientras guarde tu sonrisa
sentirás cómo te quiero,
cómo busco tu figura
y te cubro con mis besos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
05/07/13

HOY REPICAN CAMPANAS...

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Hoy repican campanas llamando
a los hombres para ir a la iglesia,
y lo hacen sonando sin miedo
por la niña que duerme despierta.

Ha partido quizás de este mundo
a los cielos plagados de estrellas,
y nos miran sus ojos tan tiernos
en señal de su clara inocencia.

Es posible que lleguen los llantos
y que el hombre maduro no entienda,
esta marcha tal vez presurosa
de la niña que va sin maleta.

Porque es cierto que siente su falta,
en la brisa que ausente no llega,
en el beso de sal en los labios
y en el alma que triste se encuentra.

Hoy repican campanas llorando
con su lágrima dulce y traviesa,
y lo hacen dejando los ecos
de un dolor que atraviesa las venas.

Se ha marchado la niña sin nombre
y las rosas destilan su pena,
era hermosa, callada y prudente,
como alondra fugaz y coqueta.

Hay preguntas que todos se hacen
y el silencio devuelve respuestas,
hoy se ciegan los ojos de rabia
y los labios murmuran y rezan.

Un recuerdo cercano y profundo,
un olor de salitre y mareas,
es la huella que queda en el aire:
un incienso de brumas y nieblas.

"...Hoy repican campanas mi niña
y lo hacen sintiéndote cerca,
porque estás en los versos de un niño
que escribió para ti este poema..."

Rafael Sánchez Ortega ©
04/07/13

NECESITO QUE ME ESCUCHEN...

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Necesito que me escuchen,
que me hablen sin palabras,
que me miren simplemente
sin preguntas y sin nada.

Esta noche estoy cansado,
la tristeza me acompaña,
llevo un algo que me quema
y hasta un nudo en la garganta.

Yo quisiera la pupila
que me mire en la distancia,
y que vea mis pecados
y que entienda mi nostalgia.

Esa cosa que me quema
ya me arde en las entrañas,
tengo frío y tengo miedo
y hasta lloro por mis faltas.

Necesito sacar todo
y limpiar después el alma,
con la brisa de los cielos
y el candor de una mirada.

Necesito un corazón
fuerte y sano, por mi causa
con alientos y suspiros
que me digan que me aman.

Necesito la caricia
de los mares en la playa,
que me deje los salitres
cuando lleguen las resacas.

...Pero sé que es pedir mucho
y no es justo lo que pasa,
yo no entrego nada a cambio
aunque quiero estar en calma.

"Necesito que me escuchen..."
hace un rato yo gritaba,
y lo sigo repitiendo
sin abrirse mis ventanas.

Ya la noche va pasando
y las horas se decantan
en fragmentos que son hielo
que me quema con su escarcha.

Tengo amigos, me repito,
que me aplauden y me alaban,
y vendrán con sus sonrisas,
y sus frases acertadas.

Sin embargo tengo miedo,
y es el miedo el que me mata,
agarrota los sentidos
y me ahorca con sus garras.

"...Necesito que me escuchen
y me canten una nana,
y me dejen con mis sueños
mientras cesan ya mis lágrimas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
03/07/13

NO MIRES HACIA ATRÁS...

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No mires hacia atrás, mira adelante,
y sigue al corazón en sus latidos,
verás las puertas blancas del amor
abiertas para ti, en el camino.

No busques la figura caprichosa,
el labio tembloroso y el suspiro,
acaso estén cubiertos de tristeza
y brumas del ayer con gran sigilo.

Olvídate del tiempo y el pasado,
recreos infantiles y amarillos,
con juegos en el patio del recreo
y salas con el tinte gris, sombrío.

Reprime las revueltas mariposas
que vuelan a tu lado con sus guiños,
y embriagan de colores tus pupilas,
cansadas, con los párpados hundidos.

Recuerda que tú vives un presente
y marchas a un futuro sin destino,
allí donde se callan las palabras
y suenan los murmullos de los lirios.

El mundo de los sueños es hermoso
y juegan un papel, allí, los niños,
los seres que despliegan su inocencia,
cual gotas virginales de un rocío.

Recuerda que el presente está pasado,
ahora, cuando mires a lo escrito,
y vuela con tus sueños al futuro
tratando de encontrarte con tu sino.

La voz y la palabra temblorosa,
el labio con el beso prometido,
la mano que venía hasta tu mano
y el vuelo de tus ojos con los míos.

No mires hacia atrás, mira  mis ojos,
tendrás la sensación de que es un libro,
la pieza del cuaderno que buscabas
y un verso con tu nombre, en él, escrito.

Rafael Sánchez Ortega ©
03/07/13

LABIOS...

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Labios dulces, temblorosos, ¡mis labios!...

Que pidieron tantas noches la alegría,
que rezaron y lloraron, solitarios
y en silencio, compartieron la desdicha.

Labios tiernos, juveniles, ¡tus labios!...

Que soñaban las promesas de la vida,
que ofrecían como locos los suspiros
adornados con pasiones y mentiras.

Labios mustios y agrietados, ¡mis labios!...

Que sufrieron por callarse las sonrisas
que tuvieron la osadía de cerrarse
a cal y canto a pesar de tus pupilas.

Labios frescos, sin pecado, ¡tus labios!...

Que inocentes sedujeron fantasías,
que quisieron ser los dueños de mi alma
y acabaron con un beso en las mejillas.

Labios viejos y arrugados, ¡mis labios!...

Que quisieron seducirte con caricias,
que intentaron ser tu alfombra en la mañana
y entregarte entre sus flores poesías.

Labios blancos de doncella, ¡tus labios!...

Que llegaban a mis labios con su rima,
que absorbieron la atención y la mirada
consiguiendo ser un néctar sin espinas.

Labios muertos y apagados, ¡mis labios!...

Que gimieron con pesar en la partida,
que clamaron en la noche sin estrellas
y buscaron el amparo en las esquinas.

Labios vivos, relucientes, ¡tus labios!...
Que llegaron con tu voz enronquecida,
que dejaron esa huella indefinible
de las cosas que se aman día a día.

"...Labios míos, labios tuyos, ¡nuestros labios!
que besaron a otros labios a escondidas,
que juraron compartir sus ilusiones
y acabaron conjugando las desdichas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/07/13

SOPLABA EL AIRE FRESCO EN EL COLLADO...

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Soplaba el aire fresco en el collado
dejando sensaciones muy diversas,
el cuerpo tiritaba y no de frío,
y el alma se encogía en su alacena.

La nieve de tus ojos te dejaba
mensajes blanquecinos y de estepa,
y en ellos abundaban los mensajes
por medio de los versos y poemas.

Hablaban de los puertos tan cercanos,
de un sueño de lavanda y de azucenas,
hablaban con acento de pastores
tus ojos describiendo aquella escena.

Yo quise preguntarte muchas cosas,
y tú me respondiste con paciencia,
la luz de tus pupilas se quebraba
en medio de una noche sin estrellas.

Mirabas al ganado tan lejano
subiendo paso a paso por las cuestas,
las mismas que formaban las canales
pendientes y abundantes con sus zetas.

Buscabas las lejanas alambradas
allí, donde los dioses se recrean,
buscabas el mensaje de los cielos
y el sello inconfundible de su letra.

Había una calima en las montañas,
con nubes muy oscuras y con nieblas,
los robles se mostraban solitarios,
la fuentes goteaban su impotencia.

Entonces escuchaste las canciones
del grillo y las cigarras tan coquetas,
quedaste francamente impresionado
soñando con un coro y sin orquesta.

"...Sabías que ya estabas muy cansado
y el aire en el collado bien refresca,
entonces te tumbaste en el camino
por ver si descansaba tu inocencia..."

Rafael Sánchez Ortega ©
01/07/13