A CAUSA DE SUCESOS IMPREVISTOS...

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A causa de sucesos imprevistos
hay días en que sobran las palabras;
es posible una frase, una lectura,
y todo se transforma en la mirada.

Resuenan los corchetes, en la iglesia,
y el órgano su música resalta,
se elevan los cimbales a las nubes
cambiando su sonrisa plateada.

Susurran las sirenas con las olas
formando mil canciones con su magia,
y un manto de ternura y de inocencia
recubre de caricias a las almas.

La música que surge inalterable
la orquesta de la vida no la para,
y sigue en un crescendo interrumpido
en busca del adagio y la esperanza.

A causa de sucesos imprevistos
los niños, con sonrisas encantadas,
saludan a la luna, en los jardines,
y dan a las palomas sus migajas.

Es fácil que se escuche al buhonero
tocando el acordeón en su gabarra,
y puede que le sigan las gaviotas
al baile de las olas en la playa.

Los niños jugarán con sus cometas
en medio de los árboles y plazas,
tratando de volar mucho más alto
al cielo tan brillante que los llama.

Y mientras, la gabarra presurosa,
prosigue y continúa con su marcha,
dejándonos la música sin nombre
del viejo buhonero que la escancia.

"...A causa de sucesos imprevistos
hoy busco tus ojitos sin tardanza,
los miro con los míos fascinado
y un beso deposito en tus pestañas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
31/12/12

AHORA QUE SE CIERRA EL CALENDARIO...

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Ahora que se cierra el calendario,
y hacemos un balance de la vida,
es tiempo de poner en la balanza
lo malo con lo bueno de la misma.

Se cierran unos días y un pasado,,
se apagan ilusiones ya marchitas,
y quedan mariposas en el alma
en busca del placer y de la dicha.

Volvemos, sin querer, hasta el recuerdo,
y vemos una etapa que termina,
la cifra contadora de los años,
la resta del final que se aproxima.

La etapa que ha pasado está cerrada
y en ella no hay lugar para la brisa,
tan sólo los recuerdos se mantienen
ansiosos de este tiempo que agoniza.

Ahora que se cierra el calendario
volvemos al futuro muy deprisa,
tratando de enmendar tantos errores
con días venideros y folías.

Pensamos que el pasado está pasado,
que importa la experiencia conseguida,
y que ella nos transforma con sigilo
en hombres de conciencia muy tranquila.

Queremos corregir tandos defectos
y ver las primaveras florecidas,
hablando como niños, a las cosas,
y oyendo sus canciones más sencillas.

Queremos los abrazos y los besos
y dar y recibir tantas caricias,
que ahoguen a los miedos del pasado
y errores cometidos en su día.

"...Ahora que se cierra el calendario
yo quiero que se cierren las heridas,
y broten nuevos rayos de esperanza
del año que ya dobla por la esquina..."

Rafael Sánchez Ortega ©
30/12/12

PORQUE TE LLEVO DENTRO...

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Porque te llevo dentro, a ti, te escribo,
mi mar azul y verde con tu magia,
el que acunó las tiernas fantasías
en los años felices de la infancia.

No quiero recalcar entre mis versos
escenas recogidas, ni alabanzas,
dejadas por las manos de poetas
y autores prestigiosos y con fama.

Mas quiero reflejar lo que yo siento,
aquello que me atrae y que me atrapa,
el canto de tus olas que cautiva
y al alma la desborda de esperanza.

Es algo que se vive solamente
y queda recogido con nostalgia,
guardado en una caja bien secreta
que el pecho la protege de las algas.

Porque te siento dentro, a ti te digo,
aquello que transmite la mirada,
cuando te miro ausente y silencioso
en tu llegar diario hasta la playa.

Entonces te imagino en otros mares,
en  costas tropicales y lejanas,
en playas con arenas blanquecinas
y anillos de corales y de nácar.

Olvido las traineras de  mi costa
y vuelvo a los navíos de piratas,
al ron de las tabernas y canciones
y a leños encendidos con sus brasas.

Me voy a los relatos de los cuentos
y sigo los tesoros y la plata,
caudales que corsarios perseguían
de barcos castellanos hacia España.

Porque te veo cerca, en ti confío,
y quiero que me lleves a tus aguas,
al mundo de leyendas y misterios
que llegan con salitres y resacas.

Entonces es posible que me digas
el móvil que se oculta en tu mirada,
el faro silencioso que musita
mensajes con sus luces sin palabras.

Es fácil que me encuentre los secretos
de rumbos solitarios y bitácoras,
perdidos en la noche de los tiempos
por mares de galernas y de calmas.

Es fácil que me vuelva de vacío,
perdidos los palangres y las nasas,
cansado de remar entre la bruma
al puerto de partida y de mi casa.

"...Porque te quiero cerca, te confieso,
a ti, mi mar, añil, verdeazulada,
el nombre que mis labios hoy musitan
y guardan tan celosas mis entrañas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/12/12

NOCHE DE LLUVIA...

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Noche de lluvia en el campo
y de rumor en el río,
donde se empapa la tierra
y se silencian los grillos.

Duermen, sin más, las alondras
y hasta suspiran los lirios,
mientras la casa labriega
marca la paz del estío.

Cuelgan gavillas cansadas
con azadones vencidos,
en la solana tan vieja
donde se guarda el buen vino.

Guardan también las cigüeñas
la soledad de sus nidos,
sobre las torres quebradas
de campanarios altivos.

Noche de lluvia en el puerto
y de resaca con brío,
donde se mojan las barcas
y se despierta el marino.

Duermen, así, las estrellas
y los faroles sin brillo,
entre las calles mojadas
por sirimiris vertidos.

Cuelgan las redes del muelle
en secaderos furtivos,
y las traineras cansadas
tienen los remos dormidos.

Duermen también, las gaviotas,
mientras vigilan los hilos,
de los sedales y cuerdas
de pescadores activos.

"...Noche de lluvia en el alma
en que se ahoga un suspiro,
al recordar tanto tiempo
sin ilusión y perdido..."

Rafael Sánchez Ortega ©
28/12/12

YO ME PREGUNTO MAR...

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Yo me pregunto mar, si estás dormido,
si vives en un mundo diferente,
plagado de ilusiones y de magia
y niños encantados con la nieve.

Te digo que es invierno todavía,
que lloran sin descanso los cipreses,
y mezclan esas gotas de su llanto
con lágrimas rosadas de los duendes.

Te digo que los días son muy cortos,
que el alba se despierta y son las nueve,
que pasa muy deprisa la mañana
y a las seis de la tarde ya anochece.

Te digo estas palabras sin recelo
porque sé que tus olas son renuentes
y buscan el momento y la anarquía
del labio de la arena que las bese.

Yo me pregunto mar, si estás perdido
en los mundos que formas y que tejes,
y si vagas por mares sin fronteras
en la nave con proa tan silente.

Te digo que te queda un gran camino,
en  una costa abrupta y sin carteles,
donde verás la bruma y la galerna
y sentirás el viento del poniente.

Te digo que estas olas, hoy tan mansas,
se cambiarán por otras más crueles
con furia y temporal, que en los inviernos,
las hace rebelarse hasta la muerte.

Te digo que me importan tus sirenas,
las algas soñolientas y los peces,
las aguas cristalinas tan añiles
y el brillo ceniciento de tus verdes.

Y me repito mar, si estás dormido,
si sueñas con salitre o con claveles,
si sientes ese beso de la brisa
que viene con el viento del nordeste.

Te digo que yo quiero tus abrazos
y el sueño tan hermoso en que te duermes,
y quiero los latidos de las olas
y el pelo ensortijado de tus sienes.

Te digo que me faltan las palabras
al ver a las gaviotas tan ausentes,
absortas y mirando hacia las playas
cual dueñas y señoras de los muelles.

Te digo que la vida en ti comienza,
¡y está aquí, ahora, en el presente!,
y no en los vericuetos que el destino
anuncia con promesas tantas veces.

"...Yo me pregunto mar, por tantas cosas
que hasta veo tus aguas tan alegres
susurrar, sin descanso, en las resacas,
estos versos con sueños transparentes..."

Rafael Sánchez Ortega ©
27/12/12

ME ACUESTO ENTRE PAPELES Y POEMAS...

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Me acuesto entre papeles y poemas
y siento que me inunda la alegría,
es algo que no puedo remediarlo
y queda reflejado en mis pupilas.

Un mundo de color se me aparece
y pronto todo él rebosa vida,
escenas y paisajes soñolientos
tras notas de ilusión y bambalinas.

No sé cuantas escenas van pasando
con letras desgranadas mal escritas,
ni escucho la canción de las estrellas
dejando su tonada blanquecina.

Espero, como esperan los poetas,
la brisa que me deje su caricia,
los labios que se acerquen a mis labios
y el beso que me roce las mejillas.

Me acuesto entre papeles y poemas
y pienso en primaveras ya vencidas,
momentos por los prados, recogiendo,
sencillas y abundantes margaritas.

De pronto, se apodera de mi cuerpo,
la fuerza superior de los artistas,
la mano que me lleva de la mano
al mundo del amor y fantasía.

Me veo, como ayer, en su presencia,
y tiemblo como el trigo y su gavilla,
desdoblo con paciencia sus pestañas
y animo su mirada con mi risa.

Sus pétalos, tan blancos, me subyugan
y acercan el rumor de las cuartillas,
cual olas de jardines encantados
que surgen de locuras infinitas.

"...Me acuesto entre papeles y poemas
y olvido los recuerdos por un día,
aquellos que causaron tanto llanto
y ahora, silenciosos, ya dormitan..."

Rafael Sánchez Ortega ©
26/12/12

YO TE DEJÉ MARCHAR CON EL SILENCIO...

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Yo te dejé marchar con el silencio
en medio de la bruma y de la niebla,
ahora lo recuerdo vagamente
y busco por el cielo las estrellas.

No debo rebuscar esos momentos
vividos con pasión en primavera,
ni debo convertir aquel pasado
en llama que me alumbre en las tinieblas.

Recuerdos simplemente que florecen
en medio de los días y las fiestas,
cual rosas del invierno temblorosas
que buscan el calor de las adelfas.

El viento huracanado nos abraza
y busca las mejillas y las besa,
las ráfagas que rompen tantas ramas
al hombre le susurran y doblegan.

No quiero los sollozos en mi rostro
y menos los disfraces y caretas,
ya sé que los pasayos causan risa
y llevan narizotas y chisteras.

Es lindo convertirse en un pasayo
huyendo de la vida y de la guerra,
en busca de la flor y la esperanza
trazada por la mano del poeta.

Sin duda se transforman, con la magia,
los sueños con las letras del poema,
igual que se transforman los latidos
al paso de la estela del cometa.

No sé si las campanas hoy descansan
y gozan del silencio de la iglesia,
ni sé si las cigarras y los búhos
se callan porque llegan las sirenas.

...Y llegan sin temor, de madrugada,
y vienen de retorno, por las huellas,
aquellas que sembraron nuestros sueños
a orillas de la mar y por la arena.

"...Yo te dejé marchar, con el silencio,
y ahora con los años me regresas,
cubierta del rocío y del invierno
en busca del abrazo que tú anhelas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/12

PARA LOS NIÑOS...

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I

Para los niños traviesos
una dulce melodía,
con el canto de unos labios
maternales y sin prisa.

Esta noche es Nochebuena,
noche de eterna folía,
las que nos dejan los niños
al robarles su sonrisa.

Noche de estrellas fugaces
que van pasando tranquilas,
mientras abajo, en la tierra,
alguien las mira y suspira.

Cantan cigarras y grillos,
suena la música linda,
que entre los copos de nieve
suben al cielo, enseguida.

II

Para los niños sin techo
un hogar y mil caricias,
y una mano que les tome
con paciencia y alegría.

Esta noche es diferente
y el Amor hoy cobra vida,
a pesar de tantas dudas
y de barros con arcillas.

Noche de sueños truncados
y de llorosas pupilas,
en que los niños soportan
necesidades y envidias.

Cantan los labios ajados,
en la oración que musitan,
piden al Niño que viene
una cabaña chiquita.

III

Para los niños con hambre
unas tortitas de harina,
y una tacita de caldo
para aliviar sus mejillas.

Esta noche es especial
y la entrega es gratuíta,
un poquito de cariño
de la forma más sencilla.

Noche en que todos los niños
quieren su cena servida,
pero son muchos, sin duda,
los que no alcanzan tal dicha.

Cantan los vientos sin nombre,
y van citando las listas,
de las naciones y pueblos
donde no tienen comida.

IV

"...Para los niños sin nombre
sopla la brisa marina,
mientras comparto sus sueños
y su ilusión hago mía..."

Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/12

EN LAS TARDES SOMBRÍAS DE INVIERNO...

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En las tardes sombrías de invierno,
cuando al sol le succiona la noche,
ya se corren las negras cortinas
de ese manto, tan denso y sin nombre.

Es el tiempo en que tiemblan los niños,
y hasta escuchan muy lejos galopes,
con el miedo nacido en las almas
por extrañas leyendas y voces.

Esas tardes que son tan sombrías
hasta el mar se alborota y esconde,
al compás de resacas sin freno
con el canto glacial de los monjes.

Y es aquí donde surgen los sueños,
los relatos y cuentos enormes,
que encandilan también a los niños
y les hablan de mares y bosques.

Porque el mar es la eterna leyenda
de marinos forjándose hombres,
que alimentan su piel del salitre
mientras reman, bogando, sin norte.

Y es el bosque la magia encarnada,
donde surgen los claros y flores,
que dan vida a los sueños del niño
con los besos de hayedos y robles.

Más los sueños, son sueños, tan solo
que se marchan, sonando las doce,
cuando tañe la grave campana
del reloj, de la iglesia, en la torre.

Yo quisiera ser sueño, por siempre,
y resaca del mar y su azote,
y del bosque quisiera ser ciervo
para ver y admirar sus colores.

"...En las tardes sombrías de invierno,
yo me duermo en los brazos precoces,
entre sueños que no son quimeras
y me dejan sus trinos y sones..."

Rafael Sánchez Ortega ©
23/12/12

NO PUEDO RETENERTE ENTRE MIS BRAZOS...

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No puedo retenerte entre mis brazos
y menos detenerte en el recuerdo,
prefiero que tú sigas el camino
marchando cada vez, lejos, ¡muy lejos!

Sacuden las galernas, cuando llegan,
las rocas de la costa, sin recelo,
azotan con gran furia los peñascos
y escupen los cantiles el desprecio.

Es fácil entender a los que lloran
a fuerza de desgracias y desvelos,
con velas se iluminan las iglesias,
con rosas de la mar los cementerios.

Así, mientras me seco las pupilas,
el aire y el salitre llega fresco,
un beso de la mar en su bonanza
en forma de sonido plañidero.

Las olas no respetan los tratados
y estiran en las playas sus cabellos,
la espuma blanquecina y la esperanza,
y el canto tan gracioso y ribereño.

Recuerdos que se guardan, adheridos,
y quieren su presencia en este tiempo,
recuerdos que no saben que el pasado
quedó con las galernas y los pecios.

Minutos que supieron a migajas
marcando los tic-tac de nuestros pechos,
segundos permanentes y enclaustrados
en almas que saciaron sus deseos.

No quiero derramar, con mis palabras,
las lágrimas surgidas del silencio,
ni quiero se marchite, la sonrisa,
que aflora de los labios a estos versos.

"No puedo retenerte entre mis brazos,
dijiste en un suspiro soñoliento,
yo tengo que volar alto, muy alto,
en busca de otros brazos más sinceros".

...Y anclado me quedé con mis pasiones,
cubierto de miseria en el desierto,
las rimas marchitaron en el alma,
los versos se volvieron con el eco.

Arriba se asomaban las estrellas
y un ángel me llegó, desde los cielos,
traía tanta luz en su mirada
que en ella, me dormí, con los luceros.

Rafael Sánchez Ortega ©
22/12/12

ME GUSTARÍA ACUNARTE...

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Me gustaría acunarte
en un cielo con estrellas,
dormidita entre mis brazos
y entre rosas y azucenas.

Yo sería el trovador
que cantara a los cometas,
y el pastor de los luceros
sin cayado por la tierra.

Quizás fuera el argonauta
que escribieron los poetas
y el piloto de la nave
de aquel Argos de leyenda.

Pero vuelvo a tu regazo,
a ese pecho que se eleva,
a las manos que se agitan
y a los dedos que me aprietan.

Yo quisiera, niña mía,
ser el ángel que te vela,
y la sombra que, en tu espalda,
va contigo, tras tus huellas.

Yo quisiera ser el aire
y el nordeste que te besa,
y quisiera ser la brisa
que te abraza y te rodea.

No me olvido de acunarte
y cantarte mis poemas,
y cubrirte con mil sueños
de castillos y princesas.

Porque quiero embelesarte,
y también que tú lo sientas,
de estos sueños con salitres
y susurros de sirenas.

Caracolas encantadas
con canciones plañideras,
y sonidos de las olas
con resacas de mareas.

Todo es canto y es dulzura,
en los brazos que te anean,
en el pecho que suspira
y en los ojos que se cierran.

"...Me gustaría acunarte
esta noche con mis letras,
dormidita entre mis brazos
y contando las estrellas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
21/12/12

ES CIERTO QUE YO A TI NO TE CONOZCO...

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Es cierto que yo a ti no te conozco
y solo tu recuerdo me persigue,
la imagen de una niña, tan difusa,
jugando sin cesar en los jardines.

Recuerdo la carita soñadora,
tu pelo con claveles y alhelíes,
las manos embarradas y mojadas
soñando con los gnomos invisibles.

No puedo precisar, con gran detalle,
el brillo de tus ojos tan felices,
ni ahora, con el tiempo ya pasado,
los rasgos de tu cara bien sutiles.

Recuerdo, sin embargo, tu susurro,
la voz encantadora, como un mimbre,
rasgando con su tono la campiña
hablando de Penélope y Ulises.

Quedé tan sorprendido de esta historia,
que Homero fue quedando un poco triste,
perdido y olvidado en su Odisea
rozando tantos sueños imposibles.

Tu voz tan seductora subyugaba,
haciendo que olvidara mis raíces,
la brisa del nordeste de mi tierra
con olas verde azules, como añiles.

Así me transportaba, en aquel acto,
tu imagen sobre el griego y los latines,
ajeno al contenido de los libros
con garras perezosas de los buitres.

Y entonces te elevabas a los cielos
en forma de princesa tierna y virgen,
dejando tras de ti, como un suspiro,
el lago inmaculado de los cisnes.

"...Es cierto que yo a ti no te conozco
y sólo por tu voz, que no se rinde,
recuerdo aquel momento tan sagrado
haciendo que vibraran los violines..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/12/12

DE CALÉNDULAS Y ROSAS...

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De caléndulas y rosas
va tu pelo bien surtido,
las primeras son mis besos
y las rosas los suspiros.

Flores tiernas y aromosas
que llenáis tantos sentidos,
¿qué me hacéis en esta noche
que estos versos os escribo?

Yo pasé con mi silencio
por los parques y jardines,
admirando a las caléndulas
estirarse con sigilo.

Se inclinaban bajo el cielo
protector, de azul teñido,
con un halo de esperanza
y los sueños de los niños.

Unas rosas a su lado
sacudían el rocío,
que la noche, con su manto,
les colgó como un abrigo.

Rosas rojas, candorosas,
relucientes y con brillo,
que despiertan con el alba
a rozar nuestros sentidos.

...Una mano presurosa
va formando un buen racimo,
de caléndulas tempranas
y de rosas con estilo.

Yo quisiera transformarme
en caléndula en el río,
y ser rosa marinera
navegando en su barquito.

Y quisiera, en tu cabello,
ser un simple peregrino,
ser la rosa y ser amante
de tu pelo dulce y fino.

Y quisiera ser caléndula
persiguiendo el infinito,
a través del tierno cuello
y los senos que adivino.

...Más refreno los quereres,
-ya no sé ni lo que digo-
y me centro en estos versos
que ahora mismo dejo escritos.

"...De caléndulas y rosas
anda el mundo estremecido,
por el premio envenenado
de unos pétalos y espinos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
19/12/12

UNAS GOTAS RESBALABAN POR TUS MANOS...

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Unas gotas resbalaban por tus manos
y caían de los cielos lentamente,
eran besos reciclados por las nubes
en un día del otoño y de diciembre.

¡Cuántas notas y suspiros reflejaban!,
¡cuánta música, sin duda, tan celeste
te llegaba y abrazaba silenciosa
con aroma de amapolas y claveles!

He sentido la caricia de esas gotas,
el latido personal e irreverente,
los susurros de los dioses del Olimpo
y los versos más cercanos de los reyes.

He tomado de tus dedos esas perlas
y bebido con mis labios tan alegres,
tantas gotas escapadas del rocío
y también de las galernas y la nieve.

Unas gotas resbalaban a tus manos
y corrían por tus dedos inocentes,
como versos temblorosos de un poema
y las letras revoltosas de unas sienes.

¡Cuánto llanto retenían esas gotas!,
¡cuánta música, sin nombre, y diferente
se escurría hasta esos dedos tan divinos
de manera generosa y tan solemne!

He creído recordar a tu sonrisa
y aquel acto de cordura, nuevamente,
que no sé, si en mis recuerdos, ya lejanos,
mezclo el tiempo y la locura muchas veces.

He mirado, sin mirar, hacia la nada,
a ese espacio, tan oscuro y tan hereje,
que acelera los latidos de las almas
cual galope singular de mil corceles.

"...Unas gotas resbalaban a tus manos
y venían con los besos tan rebeldes,
que unos cielos a tus dedos regalaban,
y tus labios me entregaban obedientes..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/12/12

RECUERDOS.

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Recuerdo la pureza de tus labios
y el beso que con ellos me dejabas,
es algo que no olvido y que no quiero
perder, y que se muera en la distancia.

Tus labios parecían madreselvas
ansiosas de besar y ser besadas,
y luego descansar en el ocaso
sin tiempo de pensar en el mañana.

Recuerdo aquellos ojos tan serenos
y el libro inmaculado que mostraban,
mil frases me ofrecían presurosas,
la luz de tus pupilas sin palabras.

Tus ojos parecían dos rubíes
saciando su belleza desde el alba,
sin nubes y legañas en los mismos,
ni dudas que a los mismos empañaran.

Recuerdo aquel cabello, tan moreno,
bajando por tu cuello hacia tu espalda,
com brotes de preciosas margaritas
bañadas de blancura con su magia.

Tu pelo, sibilino y ondulante,
tenía los reflejos y la gracia,
del río que arrastraba la corriente
al borde, sin igual, de la cascada.

Recuerdo aquellas manos seductoras
con dedos juveniles que pintaban;
conservo sus trazados en mi cuerpo
y restos de pinturas en el alma.

Tus manos contenían los susurros
que luego los pinceles transmutaban,
en juegos de pasión y de deseos
con cientos de caricias añoradas.

"...Recuerdos que se pierden en el tiempo
y tienen sus raíces en la infancia,
con bellos despertares juveniles
cubiertos de rocío y de la escarcha.

Tu cuerpo juvenil, que bien conozco,
un día se marchó sin decir nada,
y sólo me dejó, con tus recuerdos,
un beso de carmín en la ventana..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/12/12

UNA VOZ PERFUMADA DE TUS LABIOS...

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Una voz perfumada de tus labios
llegaba a mis oídos con ternura,
en ellos, descarada, se estiraba,
haciendo más hermosa aquella fuga.

Querías, sin querer, impresionarme,
sacarme las pasiones una a una,
llevarme hasta tu lindo monasterio,
de fuego, de ilusión y de tortura.

Querías que en las llamas se quedaran
los restos de inocencia y de las dudas,
atados con un lazo de bramante
que el fuego saciaría con la bruma.

Querías unos versos releerme
que hablaran de gorriones y de musas,
los mismos que hace tiempo me leíste
desnudos, bajo el manto de la luna.

Una voz sinuosa de tus labios
traía a mis oídos tu lectura,
el canto arrebolado de unos versos
saliendo de tu pecho y de tu blusa.

Querías de ese modo impresionarme,
soñar como las olas y la espuma,
que llegan y se estiran en la playa
y besan con caricias muy intrusas.

Querías que buscara por tu cuerpo
la voz que desde el pecho te susurra,
y luego recorriera los senderos
vibrantes de colinas muy fecundas.

Querías que bebiera de la fuente,
del vaso inmaculado de su gruta,
y luego con los ojos bien cerrados
mis labios te besaran con dulzura.

Unz voz, temblorosa, de tus labios
llegaba a mis oídos sordomuda,
en ella recitabas un poema
carente de respuestas y de culpas.

Querías terminar con tantos miedos
basados en prejuicios y preguntas,
que acaso te quemaban en el alma
por causa de un pasado con facturas.

Querías confirmar que tus latidos
tenían la verdad y la fortuna,
aquella que negabas a mis labios
carentes de alcanzar a su lectura.

Querías comulgar, sin tu pureza,
un cáliz de solera muy profunda,
y en él emborracharte eternamente
sorbiendo los renglones de mi pluma.

"...Una voz perfumada de tus labios
venía a mis oídos muy confusa,
y en ellos se quedaba su relente,
soñando, sin pensar, en la penumbra..."

Rafael Sánchez Ortega ©
16/12/12

NO DEJES QUE SE APAGUE TU MIRADA...

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No dejes que se apague tu mirada
y duerman esos ojos tan amados,
preciso de su luz inmaculada
y el beso de tus labios encantados.

No dejes que, se muera, en madrugada
mis labios con tus labios apagados,
y sienta tanta rabia acumulada
que sufran, con dolor, nuestros costados.

Quisiera retenerte en mi locura
tan solo con cariño simplemente.
No quiero que interpretes mi deseo
como algo que en el fondo me tortura.
Te amo, con Amor, tan dulcemente
que mudo, en tu presencia, soy Perseo.

Rafael Sánchez Ortega ©
15/12/12

CON MI VELERO DE JUNCOS...

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Con mi velero de juncos
voy por mares sin fronteras,
en un débil cascarón,
con dos remos y una vela.

Voy por costas tenebrosas,
ensenadas muy estrechas,
esquivando las restingas
y las playas traicioneras.

Voy remando lentamente
mientras busco las estrellas,
en el cielo azul profundo
donde viven y pasean.

En el mar saltan los peces
y se intuyen las sirenas,
y el sonido de las olas
es el canto que ellas dejan.

Con mi velero de juncos
voy en busca de las perlas,
en un sueño de piratas,
de arrecifes y leyendas.

Voy silbando con mis labios,
mientras bogo en la trainera,
porque el aire del nordeste
es muy flojo y no me llega.

Voy absorto en el salitre
que me abraza y me marea,
mientras rompen mis remadas
el cristal de la inocencia.

En el mar añil celeste
hay un tono que verdea,
un azul, verde esperanza,
que estremece a los poetas.

Con mi velero de juncos
voy a ti, si tú me encuentras,
a pesar de mi cansancio
y a pesar de tanta niebla.

Voy remando, entre la bruma,
y buscando la ribera,
de ese puerto, que sin duda,
tiene abierta su taberna.

Voy a él con mis saudades
a fundirme entre sus mesas,
tras un vaso de buen vino
y canciones de las juergas.

En el mar atrás, ya dejo,
el sabor y cantinela,
de las algas y los remos
con las voces marineras.

"...Con mi velero de juncos
he llegado hasta tu puerta,
y ahora busco tu mirada
dulce niña y tabernera..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/12/12

EN UNO DE ESTOS DÍAS...

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En uno de estos días,
y sin que te des cuenta,
me marcharé despacio
con rumbo a las estrellas.

Iré con mi navío
de sueños y quimeras,
por mares misteriosos
y el viento a toda vela.

Irè con la mirada
sumida en la inocencia,
en busca de las rosas
que adornan los cometas.

Iré con mi caballo
guardado en la cubierta,
dispuesto a su galope
por mares sin fronteras.

En uno de estos días,
de invierno y de poemas,
saludaré a la nieve
que llega y que  blanquea.

Iré con mis canciones
a saludar la hiedra,
teñida de frescura
allí, junto a la iglesia.

Iré con mi cuaderno
temblando en la floresta,
cubierto de ilusiones
por versos y por letras.

Iré con la mirada
de frente, y bien despierta,
buscando las ardillas
tan dulces y tan tiernas.

En uno de estos días,
mochila siempre a cuestas,
caminaré despacio
al cielo que me espera.

Iré con la guitarra
de cuerdas soñolientas,
y en ella las cigarras
vendrán con las sirenas.

Iré con las canicas,
el arco con las flechas,
y libros de la infancia
plagados de leyendas.

Iré con los suspiros
del niño que despierta,
y quiere el fiel abrazo
materno que le espera.

En uno de estos días
vendrá un nuevo cometa,
con cola refulgente
que lleva hasta una cueva.

Iré con los pastores
siguiendo bien su estela,
por noches y desiertos,
de día por las sendas.

Iré con los susurros
que ofrecen, y me dejan,
las aves cantarinas
de campos y praderas.

Iré con la esperanza
y el alma muy contenta,
en busca del cariño
del Niño que lo entrega.

"...En uno de estos días,
es fácil que me pierda,
dormido entre mis sueños
y en brazos de una estrella..."

Rafael Sánchez Ortega ©
14/12/12

ERA UN NIÑO QUE JUGABA...

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Era un niño que jugaba
con un barco de papel,
y lo hacía muy ausente
de otros niños a la vez.

Con sus manos tripulaba
al mercante y al bajel,
al velero, que en sus manos,
era un sueño, de placer.

Discutía con piratas,
de marinos y el bauprés,
y de naves enemigas
en un nuevo amanecer.

Con sus dedos encauzaba
a la proa y timonel,
a otros rumbos y otros puertos
que esperaban por doquier.

Era un niño, que jugaba,
con un barco de papel,
inclinado sobre un charco
y pisándole a la vez.

Tan ajeno estaba el niño,
en su mundo de niñez,
que soñaba con las hadas
y pegasos de alquiler.

Él creía que la vida
era un mundo por vencer,
descubriendo y disfrutando
cada día con sus pies.

Él llevaba mariposas
en su pecho con tropel
y buscaba en las estrellas
confidencias y saber.

Era un niño que jugaba
con un barco de papel,
inclinado sobre un charco
y mojándose sus pies.

Aquel niño con su infancia
era un ángel sin romper,
un trocito de los cielos
en un mundo de ajedrez.

Más la magia de su alma
se quebró con su niñez,
y sus ojos soñadores
se nublaron sin querer.

Porque el charco en que jugaba
lo secaron anteayer,
unos vientos juveniles
que menguaron su nivel.

Y aquel chico solitario
busca el charco y no lo ve,
lleva el barco de su infancia
con enorme candidez.

"...Era un niño que jugaba
con un barco de papel;
el que ahora se encamina
con su barco hacia Belén..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/12/12

TUS LETRAS ME ENSEÑARON QUE LA VIDA...

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Tus letras me enseñaron que la vida
tenía los perfumes y la esencia,
de un tiempo dulcemente transcurrido
llegado y confundido con promesas.

Recuerdo aquellos versos incipientes,
las rosas en el tarro con las velas,
tus ojos en mis ojos susurrando
la estrofa subyugante del poema.

Recuerdo que tus dedos señalaban
la nota silenciosa de la orquesta,
como una directora sin batuta
del mundo y del momento tan ajena.

Recuerdo, a tus pupilas seductoras
y el brillo que dejaban las estrellas,
un lago parecían simplemente
donde ellas se mostraban tan coquetas.

Tus letras me enseñaron tantas cosas
que ahora, señalarlas, ya me cuesta,
más siento que tus letras eran besos
llegando hasta mi cuerpo con presteza.

En ellas me entregabas el cariño
por medio de palabras muy correctas,
los signos que llegaban a tu mano
nacían en tu pecho y tu cabeza.

Tenías tantas cosas que ofrecerme
que el mundo te dejaba boquiabierta,
tus ojos sorprendidos e inocentes,
cambiaban sus figuras por tus letras.

Me hablabas de los ríos y las fuentes,
de campos y de casas solariegas,
de tiernas amapolas que nacían
con blancas margaritas por la hierba.

"...Tus letras me enseñaron a mirarte
de nuevo con cariño y con más fuerza,
tenían esa tierna melodía
que nubla el corazón de los poetas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
12/12/12

HAY UN RÍO QUE SIGUE SU CURSO...

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Hay un río que sigue su curso
y un camino que no se detiene,
la sonrisa se ahoga en el alma
y la llama se apaga y se duerme.

Hoy quisiera perderme a lo lejos
por senderos cubiertos de nieve,
y volar sin timón y sin norte
sobre el mar tan azul y tan verde.

Un dolor me atenaza y me ahoga
de manera cruel y muy fuerte,
y no sé si llorar mi desdicha
o esperar que me invada la fiebre.

La neblina me cierra los ojos
y no atiende razones mi frente,
la cabeza encendida me estalla
y palpitan sin freno mis sienes.

Hay un río que sigue su curso
y unas aguas que van a su suerte,
sin pensar en sucesos extraños
con las olas un tanto indolentes.

Es posible que yo me confunda
y que vea, sin ver, en los muelles,
esas rosas que van sin espinas,
entre ortigas y negras serpientes.

Es posible que escuche campanas
en la dulce locura solemne,
y que espere que suene el piano
que a Mozart, junto a List, me recuerde.

Pero no, yo sé bien lo que siento,
lo que deja la brisa y nordeste,
lo que aviva la llama en el alma
y no quiero seguir en mis trece.

Hay un río que sigue su curso
y un volcan con su lava latente,
un puñal que se hunde en el pecho
y que traza en la sangre relieves.

Porque el fuego que quema la entraña
va quemando también a las pieles,
y tras ellas cuadernos y libros
y los versos que cubren paredes.

¡Cuánta nota se pierde entre el odio
sin saber la verdad y el presente!,
porque al fin, lo que cuenta, es la envidia
y el placer de vencer, como siempre.

Más no importa que digan y hablen
ni tampoco que rían y cuenten,
yo sé bien lo que el cauce transporta
entre el limo y la oscura corriente.

"...Hay un río que sigue su curso
que en la noche del limbo se pierde,
y me marcho, con él, tras los sueños,
que arrancó de mi alma la muerte..."

Rafael Sánchez Ortega ©
11/12/12

YO RECUERDO EL SABOR DE TUS LABIOS...

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Yo recuerdo el sabor de tus labios
en la tarde tranquila de otoño,
y recuerdo la dulce pupila
que brillaba sin pausa en tus ojos.

Y me pierdo en la dulce mirada
cuando miro el pasado remoto,
liberando los versos cautivos
del cuaderno cubierto de polvo.

¡Cuánto amor retenido entre ellos
con suspiros temblando de gozo!,
¡cuánta nota de música alegre
conteniendo susurros valiosos!

Yo sé bien que es un tiempo pasado,
que se mira quizás de reojo,
más presiento el abrazo sublime
y aquel beso candente y fogoso.

Los otoños pasaron, sin duda,
y las ramas perdieron su toldo,
se extendieron en lindas alfombras
por el suelo del bosque, y en cromos.

He perdido la cuenta del tiempo
pero no de tus labios sabrosos,
y resguardo en secreto aquel beso
en mi pecho y a salvo de escollos.

Contemplamos salir las estrellas
y la luna brillar como el oro,
entre nubes y alfombras brillantes
saludando quizás con asombro.

Y buscamos también el silencio
en el patio, los dos, temerosos,
y juntamos allí nuestros labios
en un beso profundo y sonoro.

Se enteraron del mismo las Hadas
y también, en el bosque, los Gnomos,
y aplaudieron sus alas divinas
las alondras detrás de los chopos.

"...Yo recuerdo el sabor de tus labios,
y con él el mensaje devoto,
porque el beso robado en la tarde
quedó en mi, cual preciado tesoro..."

Rafael Sánchez Ortega ©
10/12/12

MORIRÁN LOS OTOÑOS...

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Morirán los otoños
y también los inviernos
y otra vez los trigales
nos darán nuevos sueños.

Porque es ley de la vida
y son ciclos severos
y que un año tras otro
se presentan de nuevo.

Aún recuerdo el verano
con añiles los cielos,
y la luz tan brillante
de sus ojos despiertos.

Pero corren los días
y con ellos, sin freno,
se marchitan las rosas
y los lirios tan frescos.

Se nos van las pasiones
y también los recuerdos,
en un dulce septiembre
con zapatos hambrientos.

Porque el fin del verano
no se mide en el tiempo,
ni lo miden las horas
ni el reloj tan inquieto.

Son segundos que pasan
caracolas sin frenos,
es la arena menuda
y el salitre en los cuerpos.

Es la tierna agonía
de entregar lo que quiero,
y decir sin palabras
todo aquello que siento.

Morirán los otoños,
los veranos primero,
y otra vez, nuestras almas,
buscarán el silencio.

Buscarán esos labios
tan lejanos y tiernos,
que nos dieron la vida
y cubrieron de besos.

Buscarán las sonrisas
y el candor de los dedos,
que rozaron las manos
y enervaron los senos.

Buscarán, sin lograrlo,
y a la sombra del fresno,
a la ardilla coqueta
que trepaba por ellos.

Pero todo termina
y no valen remedios,
ni tampoco palabras
temblorosas de miedo.

Yo me quedo esperando
con los ojos abiertos,
a que empiece otro ciclo
en un marzo muy bello.

Nacerán primaveras
con rosales y versos,
y vendrán mariposas
a dejarnos sus vuelos.

A decirnos a todos
que está aquí, ya de nuevo,
la ilusión y la vida
de poetas y ciegos.

"...Morirán los otoños
pero no, nuestros sueños,
mientras quede un suspiro
en los labios sedientos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
09/12/12

UN MAL SUEÑO.

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(Inspirado en unos versos que leí en el Blog de Ohma)
 http://suinacabadasumisa.blogspot.com.es/2012/12/un-dia-puede-ser.html

¿cuántas veces nos hemos cuestionado,
nuestro ser y el día a día
que llevamos hasta ahí,
hasta ese momento, en que miramos el espejo
de nuestra alma
y nos preguntamos
si todo merece la pena?,

¿cuántas veces nos hemos parado
en ese camino interminable de la vida
y cerrando los ojos no hemos tenido
las fuerzas necesarias,
ni el coraje suficiente,
para dar un salto en el vacío
y arrojarnos a ese campo de flores
que nos espera más abajo?

...Y sin embargo aquí estamos.

¿Cobardía?, ¿sensatez?,

¿o es que acaso todo fue un sueño?

¡Un mal sueño...!

Rafael Sánchez Ortega ©
08/12/12

QUISE ALCANZAR UNA ESTRELLA...

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Quise alcanzar una estrella
para enviarla mi abrazo,
para sentirla tan cerca
con su temblor en mis manos.

Porque la luz de la estrella
sirve de puerto y de faro,
y es la que alumbra el camino
por donde voy con mis pasos.

Pienso en la Estrella de Oriente,
la que siguieron los Magos,
la que aprendimos de niños
y nuestros padres contaron.

Sé que entre el mito y leyenda
algo de Paz ha llegado,
en un Belén y en un Niño
donde el Amor es su llanto.

Quise abrazar una estrella
para fundirme a su lado,
en otra estrella chiquita
que le besara sus labios.

Porque los besos del niño
son como lirios robados,
son mariposas que vuelan
por un jardín muy despacio.

Pienso en las flores del cielo,
en los luceros lejanos,
en nebulosas prendidas
y en los fogosos pegasos.

Sé que los sueños son sueños
y aunque pedir es extraño,
quiero tener una estrella
en Navidad, por regalo

Quise soñar con la estrella
para sentir su regazo,
mientras oía el susurro
que me dejaba su canto.

Porque la voz temblorosa
deja en el alma, el milagro,
de convertir a las armas
en cenicientas de barro.

Pienso en los niños que sufren
en los países lejanos;
piden el pan y el cariño
con sus enormes ojazos.

Sé que los niños escriben
por Navidad a los Magos,
y yo les ruego que ayuden
a tanto niño olvidado.

"...Quise abrazar a una estrella
con el Amor puro y claro,
iba a Belén, reluciente,
para acunar un establo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/12/12

ME DETUVE UN MOMENTO EN TUS PUPILAS...

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Me detuve un momento en tus pupilas
para ver el candor de sus palabras,
había tantas letras en tus ojos
que los míos saciaron su esperanza.

Era un lindo cuaderno, secuestrado,
bajo el lindo crisol de tu mirada,
brotando de sus hojas campanillas
en un mundo cercano y sin distancias.

Me sentí en la tierra de los cuentos
con leyendas de Elfos y de Hadas,
donde tú me enseñabas sus figuras
al pasar lentamente cada página.

Era un tiempo bendito del recuerdo,
una etapa importante de la infancia,
que mantengo latente en mi retina
con el fondo sublime de tu nana.

Me detuve un momento en tu cabello
y sequé de tus ojos una lágrima;
bajaba lentamente por tu rostro
a buscar mariposas en tu alma.

Porque tú, soñadora empedernida,
tenías la virtud de andar descalza,
a pesar del rocío del camino
para no molestar a las cigarras.

Trasmitías la fuerza de tu empeño
y también el salero con su gracia,
que venía a tu pecho en cada instante
y que tú, candorosa, me dejabas.

Recuerdo tu cabello alborotado,
las trenzas cuidadosas enlazadas,
mirando más allá del horizonte
en busca del marino con su barca.

Me detuve un momento, y lo recuerdo,
a besar a tus manos tan amadas,
las mismas que calmaron mis angustias
y cubrieron, sin duda, mis espaldas.

Porque tú, generosa y elegante,
renunciaste a la vida por mi causa,
por el niño que tanto tú querías
como un sueño obtenido en tus entrañas.

Y soñé con tus sueños, tantas noches!
que ahora mismo la vista se me empaña,
y lloré al contarte mis secretos
y reí con las lágrimas amargas.

Para ti la tristeza no existía
y no vi las arrugas en tu cara,
tenías la palabra seductora
y la esencia y el néctar con su calma.

"...Me detuve sin prisa en tus pupilas
candorosas, eternas y cerradas,
que no pude evitar, que la llovizna
acudiera a las mías, al besarlas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
07/12/12

DISPONGO DE UN MINUTO SOLAMENTE...

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Dispongo de un minuto solamente
y quiero confesarte lo que he sido,
un loco aventurero entre la gente
viviendo sin cesar sin un gemido.

Más quiero que el pretérito presente
escape del pasado  deslucido,
yo quiero que el futuro esté vigente
y borre los recuerdos de un latido.

Dispongo de un minuto, te decía,
y acaba ya, este tiempo señalado.
La mezcla del dolor y la alegría
sufriendo por la espina en el costado.
Un tiempo que se vive día a día
y escapa, sin querer, de nuestro lado.

Rafael Sánchez Ortega ©
06/12/12

UN PAPEL HAY ENCIMA DEL TECLADO...

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Un papel hay encima del teclado
con las notas sin par de una sonata,
una rosa le besa dulcemente
y una copa, a su lado, está inclinada.

Un piano, destaca con sus teclas,
reluciente, y debajo el pentagrama,
y unos dedos recorren invisibles
ese mundo de música sagrada.

Esta imagen me vuelve hacia mis sueños
al rincón tan dorado de la infancia,
hasta el tiempo pasado y ya perdido
donde fui prisionero de las hadas.

Prisionero en los juegos infantiles,
en leyendas de buenos y piratas,
y también el oyente imaginario
de la orquesta y la vida que llegaba.

Pero fueron momentos candorosos
que pasaron marcando una distancia,
la del niño asombrado ante los robles
y del hombre insensible ante las hayas.

Ahora mismo recuerdo todo aquello
y no sé transmitirlo con palabras,
una bruma me atrofia los sentidos
y mi pluma vacila entre la nada.

Yo deseo la rosa vigorosa
a la imagen, dormida y marchitada,
y prefiero la copa de buen vino
en mis labios dejándome su savia.

Y deseo la música sin nombre
a mirar unas teclas olvidadas,
y al papel con los signos misteriosos
de guarismos y graves con escalas.

"...Un papel hay encima del teclado
esperando los dedos que le faltan,
a que lleguen y arranquen los sonidos
y estremezcan los templos de las almas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
06/12/12

VOY A TRAZAR UN RUMBO DIFERENTE...

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Voy a trazar un rumbo diferente
en la nave que rige mi destino,
desplegaré las velas lentamente
para surcar el mar tan cristalino.

...El mar embravecido y sugerente
cubierto de su verde blanquecino,
teñido de un añil, curiosamente,
y manto celestial del peregrino...

Voy a seguir, detras de los cristales,
las huellas de los pasos añorados.
Refundiré las olas siderales
en remansos de abrazos delicados.
Y buscaré, en las tardes otoñales,
los besos de tus labios tan amados.

Rafael Sánchez Ortega ©
05/12/12

EN SERVILLETAS DE PAPEL...

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En servilletas de papel anota
un joven que se escuda en la penumbra;
escribe con su mano temblorosa
nostalgias y pequeñas aventuras.

Apunta, recordando tantos ratos,
retazos de poemas a la luna,
estrofas que salieron de su pecho
mezcladas con las olas y la espuma.

Describe mil proyectos emergentes
que surgen de inquietudes muy profundas,
envueltos con el manto de la infancia
y mezcla de impacientes travesuras.

Hay algo que resalta en esa imagen,
quizás es la ventana tan difusa,
la arruga de la frente inmaculada
y el trazo candoroso de la pluma...

En servilletas de papel se deja
un joven las espinas y las dudas,
las rosas florecientes del camino
cargadas de regalos y preguntas.

No son las mariposas que esperaba
ni el dulce caramelo con su azúcar,
ni es el aleteo inesperado
surgido entre los pliegues de una blusa.

Escribe de los sueños vacilantes,
de niños que no buscan la disculpa,
y quieren que les miren a los ojos
y un beso que les llene de ternura.

Escribe del abrazo que ya ansía,
y pide con mirada vagabunda,
no quiere compasiones ni migajas
que oculten realidades muy injustas...

"...En servilletas de papel, sin tinta,
un joven va dejando su tortura,
los versos que le salen sin palabras
y el alma que en las letras le rezuma..."

Rafael Sánchez Ortega ©
05/12/12

LLENÉ MI VASO DE LÁGRIMAS...

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Llené mi vaso de lágrimas
para apurarlo de un trago,
luego froté bien mis ojos
con mis manitas de esparto.

Algo me hirió, sin sentirlo,
pero me hizo un gran daño,
nada sangraba en mi cuerpo
más me dolía el costado.

Yo murmuré torpemente,
con mi lengüita de trapo,
y me quejé sin palabras
enmudecido de espanto.

Nadie turbó mi silencio
ni me ofreció, allí, la mano,
sólo sonó la campana
y el murmurar de un rosario.

Llené mi vaso de besos
para mandarlos lejanos,
a que cruzaran fronteras
y a que saciaran mil labios.

Eran los besos calientes
de un corazón, embriagado,
que iba apagando sus velas
como la luz de un borracho.

Yo no sabía siquiera
como apearme de un salto,
como bajar de la nube
que me tenía apresado.

Era tan solo un chiquillo
el que le hablaba a los astros,
mientras, arriba, en la noche,
enmudecían los hados.

Llené mi vaso de versos
para escribir sin reparo,
letras y letras surgían
entre mis dedos helados.

Loco de amor, sin saberlo,
fui por el mar en un barco,
a conquistar las estrellas
y que me dieran su abrazo.

Luego vagué por llanuras
con manantiales escasos,
y donde el sol me cegaba
en los desiertos huraños.

Más descubrí, que la vida,
era una caja de cuadros,
donde los niños no lloran
y se entretienen jugando.

Llené mi vaso de adioses
para elevarlo muy alto,
y musitarle a los cielos
que soy un simple payaso.

Voy con mi traje de rayas
y mi sombrero rosado,
llevo sonrisa en la boca
bajo mis grandes ojazos.

Soy el payaso del circo
al que le llueven aplausos,
el que levanta alegrías
a los pequeños de antaño.

Porque los niños son lirios
y los mayores geranios,
todo se junta y confunde
en el jardín del engaño.

"...Llené mi vaso de lágrimas
para beberlas en vano,
porque sus gotas de lluvia
eran mis sueños robados..."

Rafael Sánchez Ortega ©
04/12/12

BAILAN LAS GOTAS DE LLUVIA...

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Bailan las gotas de lluvia,
entre los charcos y el suelo,
acompañadas de música
con la tormenta y los truenos.

Gotas que son circulares
y que se expanden muy lejos,
para llevar el suspiro
que les dejaron los cielos.

Gotas que son cristalinas
como surgidas de espejos,
donde se funden las almas
en soledad y silencio.

Gotas que no tienen nombre
pero sí luz y embeleso,
y hacen nacer la alegría
junto a la nieve y los sueños.

Bailan las gotas de lluvia
sin cascabel ni pandero,
entre los charcos sin nombre
de corazones sedientos.

Gotas que son como perlas
dejan tatuajes eternos,
sobre las pieles sensibles
con sus mensajes y besos.

Gotas que son diminutas
y que no aprecian los dedos,
tanto que pasan y tiemblan
al deslizarse en los cuellos.

Gotas que no tienen prisa
y que carecen de dueños,
bajan sin miedo a la fiesta
con su cantar plañidero.

Bailan las gotas de lluvia
junto a las hadas y elfos,
mientras los robles murmuran
a los vecinos hayedos.

Gotas que son mariposas
entre los niños sedientos,
esos que ansían la luna
desde sus barcos veleros.

Gotas que son los suspiros
de nubarrones y vientos,
y se quedaron en tierra
para dormir en el puerto.

Gotas que no nos preguntan
pero que sí merecemos,
porque nos dan alegría
y nos mantienen despiertos.

"...Bailan las gotas de lluvia
y nos sentimos ligeros,
mientras se cierran los ojos
y nos dormimos contentos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
03/12/12

TENGO MIEDO QUE TUS MANOS...

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Tengo miedo que tus manos
se confundan con el viento
y acaricien, sin reparo,
los candiles de los puertos.

Porque entonces, vida mía,
en tus manos veo el miedo,
y una rosa inalcanzable
que se funde entre mis dedos.

Una bruma entre las jaras
nos ofrece mil reflejos,
en la entrega de unas manos
a otras manos su recuerdo.

Hay castillos en el aire
con estrellas por el suelo,
y hay amantes que se besan
y acarician con denuedo.

Tengo miedo que en tus manos
envejezca sin saberlo,
una rosa marchitada
y te quedes con sus pétalos.

Porque entonces, niña mía,
serán libres los infiernos,
con locuras a los hombres
y con fiebre a los sedientos.

Una espiga transformada
cuelga ya de tu cabello,
y un suspiro, como cera,
se desliza hasta tu pecho.

Hay jazmines en el alma,
cormoranes al acecho,
y unos labios que susurran
y comparten mil deseos.

Tengo miedo que tus manos
sean solo un simple sueño,
una mezcla de locura
de mi mente y pensamiento.

Porque entonces, niña amada,
dejaría de ser cuerdo,
viviría en las tinieblas
con la rosa y el silencio.

Una bruma blanquecina
viene a mi, sin yo quererlo,
y un azote de resaca
se detiene en el cuaderno.

Hay salitre entre la pluma
confundida en el tintero,
y una rosa palpitando
quiere el sueño de mis versos.

"...Tengo miedo que mis manos
se deslicen por tus senos
y tus labios temblorosos
sientan miedo de mis besos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/12/11

HAS CONSEGUIDO AMOR...

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I

Has conseguido amor, que se calmaran
las jarcias del bajel de mi destino,
logrando que quedaran en silencio
las noches embrujadas de los niños.

Las velas recogidas y plegadas
mostraban el candor de sus latidos,
y el viento de nordeste presuroso
mesaba las sonrisas de los lirios.

De pronto comprendí que en las estrellas
estaban los mensajes retenidos,
los cuentos y leyendas de la infancia
y el tierno ronroneo de los grillos.

Así que me asomé con gran cautela
al lápil y papel que van conmigo,
tratando de plasmar tanta belleza
en letras ondulantes y suspiros.

II

No sé si conseguí lo que buscaba,
tratando con mis dedos de escribirlo,
bajaba tanta cera de los cielos
que absorto me quedé, sintiendo frío.

Sentía escalofríos en el alma,
la llama del candil tenía un hilo,
un fuego solamente parpadeante
tratando de explicarme lo que he sido.

A veces las hogueras me dan miedo
y caigo en la ceguera y el olvido,
es hora de los cantos y la lluvia
mezclados con los besos del granizo.

Yo rezo con la nieve que me ciega
y busco con mis ojos el resquicio,
la luz inmaculada de la luna
y el beso de tus labios tan querido.

III

Es una fecha azul, de cualquier año,
un día más, de añil, del infinito,
escribo bajo el manto de la noche
que ofrece caracolas y marinos.

Y escribo para ti, mi amor del alma,
el cáliz tantas veces perseguido,
la voz de las sirenas y cigarras
y sombra del deseo tan esquivo.

"...Has conseguido amor, que se arreciaran
los remos y el timón de mi navío,
la sangre ya golpea impetuosa
el pecho enamorado del marino..."

Rafael Sánchez Ortega ©
01/12/12

TU MANO ENTRE MI MANO Y SU CARICIA...

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Tu mano entre mi mano y su caricia
me llevan al pasado y al recuerdo,
me dejan en los años juveniles
vividos con pasión y desenfreno.

Recuerdo aquella tarde en los jardines,
la lluvia goteaba en el paseo,
ocultos, esperando la escampada,
pasamos los minutos tan eternos.

Hablamos del trabajo y los estudios
mirando de reojo a nuestros cuerpos,
la lluvia cantarina no cesaba
bailando en el asfalto y el cemento.

La tierna melodía de tu mano
hacía estremecerse mil arpegios,
y un solo de violín, en la mirada,
mis ojos te mandaban con afecto.

No sé la duración de aquel hechizo
ni cuando fue el final del aguacero,
tan solo he retenido aquel instante
del labio, que en mis labios dejó un beso.

Y fue la escolanía de una mano,
rompiendo los acordes y el silencio,
la sangre que latía por sus cuerdas,
tus dedos enlazados a mis dedos.

La gente que pasaba con paraguas
miraba con envidia todo aquello,
quizás no comprendían que la lluvia
formaba la coral y el minueto.

Tu mano soñadora me llevaba
al mundo de los locos sin remedio,
el mundo de las tierras sin fronteras
y el mundo donde gozan los pequeños.

"...Tu mano entre mi mano y su caricia
me vuelven al pasado y a los sueños,
al mundo juvenil de aquella infancia
y al niño soñador que tanto anhelo...".

Rafael Sánchez Ortega ©
30/11/12

AUNQUE...

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Aunque soy consciente de toda la realidad
que reflejan tus versos,
aunque he llorado y sufro por tantas cosas
que veo cerca y lejos,
aunque sé que es un clamor inútil
y una lucha imposible,
aunque la corrupción avanza y nos desborda
y la generosidad brilla por su ausencia,
aunque el amor y la sensibilidad se pide
y se precisa y se obtiene el desprecio
por respuesta...

"...A pesar de todo, estoy condenado,
(¡como tantos!),
a seguir soñando y a morir con mis sueños..."

Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/12

EN TUS OJOS COMIENZA EL PARAÍSO...

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En tus ojos comienza el paraíso,
ese mundo tan lleno de aventuras,
la ilusión de los niños en la infancia
cuando miran al cielo y a la luna.

Porque tienes mensajes y leyendas
en las dulces palabras tan profundas,
que tejieron las manos temblorosas
intentando cubrirlas de ternura.

Y es ahí, donde brilla tu pupila,
en que salen respuestas a preguntas,
formuladas por labios temblorosos
temerosos y llenos de mil dudas.

Es muy fácil perderse en los atajos,
confundir los estuarios por lagunas,
el cambiar el camino placentero
con la senda que lleva a la locura.

Es muy fácil mirar para otro lado
y llenarte de ideas muy confusas,
olvidando que tienes un camino
y una meta que espera y que te busca.

Pero todo se olvida con tus ojos,
con la tierna mirada que susurra,
con las letras que surgen dulcemente
y que ofrecen palabras y ternura.

Una estrella que pasa por los cielos
con su cola brillante nos saluda,
y se llenan tus ojos de alegría
que tus labios ofrecen con dulzura.

Yo quisiera tenerte entre mis brazos
como ardilla que pasa vagabunda,
y subir por las ramas, hasta el cielo,
persiguiendo las nanas de la cuna.

Pero tú te quedabas extasiada
con los ojos cubiertos de negrura,
y una luz nos llevaba hasta el cuaderno
donde estaba el mensaje de tu pluma.

"...Llego a ti, mi dorado paraíso,
donde está la preciada partitura,
y la tomo sin más, entre las manos,
mientras busco en tus ojos la batuta..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/12

ME GUSTAN...

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Me gustan los rosales y las rosas
y el pelo en que se posan de las hadas,
me gustan los aromas que desprenden
y el tacto de sus pétalos de grana.

Me gustan las caricias de la brisa
que llegan con las olas a la playa,
me gustan con el yodo y el salitre
que dejan a la piel tan erizada.

Me gustan las muchachas que caminan
haciendo filigranas con sus faldas,
me gustan esos pasos tan seguros
que besan las losetas de la plaza.

Me gustan los carteros sonrientes
que vienen con avisos y con cartas,
me gustan cuando suenan los timbrazos
y anuncian la misiva que me mandan.

Me gustan los ancianos, que en los parques,
enjuagan sus ojillos de las lágrimas,
me gustan porque sé, que es el nordeste,
la causa de esos besos que les faltan.

Me gustan los sesudos funcionarios
mirarlos sin parar, cuando trabajan,
me gustan cuando emplean lapiceros
y atentos, nos preguntan qué nos pasa.

Me gustan las historias agridulces
que cuentan peripecias y batallas,
me gustan, si al final de esos relatos,
no hay niños que perdieran lo que aman.

Me gustan las sonrisas y suspiros
que dejan tantos labios y nos matan,
me gustan esos ojos seductores
hablando, en el silencio, su mirada.

"...Me gustan los amores y el cariño
que llegan hasta el fondo de las almas,
me gustan, ¡cómo no!, si son sinceros
y entregan a sus rosas sin palabras..."

Rafael Sánchez Ortega ©
28/11/12

BUSCABA LA PALOMA ENTRE LAS LETRAS...

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Buscaba la paloma entre las letras,
la sombra pronunciada y el silencio,
buscaba entre las páginas dormidas,
la arena tan ardiente del desierto.

No cruces el umbral de la inocencia,
ni rompas con tu sombra este momento,
por mucho que te afanes y que busques
los libros te conducen a los sueñós.

Hay sueños con arenas misteriosas
y sueños suspendidos de los cielos,
en unos las arenas se hacen perlas,
y en otros las estrellas son luceros.

Buscamos el origen de la vida
en letras encerradas en cuadernos,
sin duda porque somos como niños
corriendo tras los renos por el hielo.

Buscaba la paloma con la lira,
el pan con la comida del hambriento
la tierna campanilla de las hadas
y el suave ronroneo de los elfos.

Buscaba como buscan los poetas,
la voz inmaculada de los versos,
el eco inconfundible de las olas
dejando en las estrofas su lamento.

...Más hube de parar de tanta búsqueda
quedando entre las letras prisionero,
las sombras perseguían a los signos,
formando mil guarismos y elementos.

No sé cuanto duró la travesía;
de pronto me asediaron los recuerdos,
cambiaron los papeles de la infancia
por otros más vigentes en el tiempo.

Y así se terminaba aquella estampa,
tan llena de alegría y movimiento,
"un libro entre la arena abandonado
y un niño suspirando tras sus sueños"

Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/12

BOTONCITOS DORADOS QUE ACARICIO...

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Botoncitos dorados que acaricio
suspendidos desnudos en mis sueños,
me dejáis esa magia y fantasía
de los niños que pugnan por tenerlos.

Y mis manos se pierden sin descanso
recorriendo los pétalos serenos,
mientras siento el suspiro vacilante
y el temblor de la brisa por mis dedos.

Botoncitos rosados de la infancia
que buscaban mis labios tan sedientos,
yo quisiera de nuevo acariciarlos
con mi lengua de trapo y estraperlo.

Se quedaron por siempre retenidos
entre nanas, canciones y entre besos,
y no puedo librarme de la imagen
tan hermosa y tan suave de aquel pecho.

Botoncitos de tiernos querubines
que buscaban los ojos tan hambrientos,
más allá de sonrisas y de abrazos
en la leche materna y el silencio.

Yo quisiera volver a aquellos años,
a ese instante perdido en el recuerdo,
y quisiera escuchar aquel susurro
que cerraba mis párpados inquietos.

Botoncitos de seda y amapolas
que rocé con mis labios tan pequeños,
sin saber que la fuente de la vida
me dejaba su sabia en cada encuentro.

Nuevamente quisiera revivirlos,
trasladar a mis labios en el tiempo,
acercar a mis dedos esa fruta,
y que de ella robaran sus misterios.

"...Botoncitos de rosa y nacarados
que venís en la noche hasta mis versos,
no dudéis de dormir en mis poemas
porque yo velaré vuestros secretos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
26/11/12

ATRÁS QUEDÓ SU CASA...

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"...Atrás quedó su casa solariega
y entre sus paredes,
en los rincones más íntimos,
quedaron archivados miles de recuerdos,
miles de momentos y sucesos
vividos bajo su techo,
miles de sueños inalcanzables
que su imaginación hizo volar,
(estoy seguro de ello)...

Y allí quedó la casa,
a su espalda,
mientras él caminabas alejándose
y secando una lágrima
que había brotado de su alma..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/10/12

QUIERO PLASMAR EL MUNDO DE LOS SUEÑOS...

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Quiero plasmar el mundo de los sueños
y robar sus colores y sus prendas,
sentir esa delicia deslumbrante
del sol que en la distancia ya se aleja.

Me quiero emborrachar del colorido
que ofrecen la bahía y la marea,
la barca descansando en el estuario,
las garzas planeando hacia la tierra.

Y quiero retener, en esta imagen,
los niños, abrazados que contemplan,
la linda panorámica del cielo
ajenos a los hombres y las guerras.

Su mundo no precisa de reclamos,
tampoco de ambiciones y violencias,
si acaso se conforman con sus juegos
soñando con las Hadas y Princesas.

Existe una casita pequeñita
con flores que la sirven como cerca,
al lado de unos robles centenarios
que escriben del otoño y sus poemas.

Nos dejan su mensaje entre las hojas
que bajan de las ramas y planean,
en medio de suspiros de los Elfos
que buscan en la playa a las sirenas.

El árbol, solitario, de una rama,
sostiene a una goma con su cuerda,
se trata de un columpio improvisado
capaz de sacudirnos las tristezas.

Los niños, que abrazados, continúan,
contemplan todo aquello mientras sueñan,
haciendo realidad tantos deseos
que salen de repente a su cabeza.

La niña que sostiene margaritas,
con pelo revoltoso y con melena,
suspira de placer por esta imagen
tan dulce y tan sutil en su belleza.

El niño soñador que está a su lado,
susurra poesías por sus venas,
el mar verdeazulado le reclama,
la barca solitaria en la ribera.

No sé como cerrar, con mis latidos,
los versos que ahora forman el poema,
se trata de un retrato solamente
y un sueño con un viaje a la inocencia.

Rafael Sánchez Ortega ©
25/11/12