HE VISTO...

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He visto como los cardos
cortejaban amapolas,
y como sacan espinas
los claveles y las rosas.

Pero los cardos del campo
tienen pinchos que nos cortan,
mientras rosas y claveles
nos alegran con su aroma.

He visto en el mar eterno
embravecerse a las olas,
y como escapan los peces
con la tormenta que azota.

Pero los mares son bailes
con una música sorda,
entre marinos y barcos
rompiendo el mar con su proa.

He visto nubes del cielo
besar montañas que rozan,
y como dejan la lluvia
en las campiñas remotas.

Pero las nubes son mantos
y las montañas personas,
mientras la lluvia son lágrimas
que a las campiñas remojan.

He visto jugar los niños
con una cuerda y peonza,
y he visto como las niñas
juegan también a la comba.

Pero los niños son niños
y nada tengo en su contra,
solo alegrarme con ellos
y hasta jugar si me toca.

He visto amar a los hombres
y prometer tantas cosas,
que ya mis ojos cansados
siente su amor y su copla.

Pero los tiernos amantes
quieren amar sin demora,
quieren sentir las caricias
y el dulce beso en sus bocas.

He visto como la vida
pasa ante mi cada hora,
va con lo bueno y lo malo,
con un reloj que se agota.

Pero la vida es chasquido,
un simple flash en la historia,
es un latido emergente
de una leyenda remota.

...He visto tus ojos bellos
dejar su lágrima sorda,
brotar con tiernos suspiros
entre recuerdos y gotas.

Pero marchaste muy lejos
y me quedé con tu sombra,
quizás lloré, no recuerdo,
pero tampoco ya importa.

Rafael Sánchez Ortega ©
31/03/10

ESCRIBO A LA PRINCESA DE LOS CIELOS

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Escribo a la princesa de los cielos,
y escribo con el alma enamorada,
escribo en el silencio de la noche
tejiendo verso a verso en la distancia.

No importa que me acusen de locura,
ni temo a las cadenas y mordazas,
escribo simplemente a las estrellas
y a una que acapara mi mirada.

Es fácil contemplarla por la noche
luciendo sus vestidos y guirnaldas,
notando como lanza sus destellos,
los rayos del amor a quien la ama.

La rosa más preciada está en los cielos,
temblando por la brisa tan helada,
sus ojos son dos perlas diminutas
que a veces nos regalan unas lágrimas.

Entonces no reprimo mi suspiro
y beso las dos perlas tan sagradas,
las guardo en lo profundo de mi pecho
sintiendo que su amor llega a mi alma.

Escribo a la princesa de los cielos,
la rosa de los vientos añorada,
la misma que ha guiado a los navíos
y a hombres desterrados de su patria.

Escribo simplemente con mis letras
sacando de mi pecho lo que guarda,
la tierna sensación de los sentidos
la dulce maravilla de la calma.

Y entonces, sin saber, veo aquel baile,
un vals en las arenas de la playa,
las olas que llegaban a nosotros,
la estrella y el poeta que bailaban.

Se funde la locura de los cuerdos,
se agita el corazón mientras cabalga,
se nublan las razones de la mente
y amas en los brazos de tu amada.

¡Ay tierno corazón nunca te pares!
tus sueños son la luz de la mañana,
prosigue tus escritos a la estrella
y escucha al corazón que a ti te habla.

Escribo a la princesa de mis sueños,
aquella que de niño me acunara,
la estrella que en el cielo temblorosa
me dijo que me amaba sin palabras.

Rafael Sánchez Ortega ©
30/03/10

A VECES SE SALUDAN LAS ESTRELLAS

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A veces se saludan las estrellas
cuando salen de noche de paseo,
su saludo en un guiño simplemente,
un temblor de sus labios al silencio.

Muchas veces he visto a las estrellas
saludarse de noche por los cielos,
y he seguido sus luces parpadeantes
más allá de la luna y los luceros.

Hay marinos que miran las estrellas
corrigiendo así el rumbo a los veleros,
para ir por los mares tenebrosos
y llegar felizmente hasta su puerto.

Puede ser que saluden las sirenas
y que entonen sus cantos más sinceros,
a las dulces estrellas que allá arriba,
han salido vestidas con sus velos.

Sin embargo, en el campo, el campesino,
las estrellas contempla con el miedo,
pues si lucen sus galas en la noche
vestirán a los campos con el hielo.

Es entonces que el trigo floreciente
sufrirá de la escarcha sus tormento,
y no habrá la cosecha prometida
ni tampoco los granos ni el dinero.

Cara y cruz de la estrella que saluda,
el marino se queda con lo bueno,
más por contra, el sufrido campesino,
quedará con la imagen de lo negro.

Es la vida, cual tierna paradoja,
la que al hombre le ofrece este misterio,
pues ofrece belleza por un lado
y por otro su lado más siniestro.

Sin embargo miremos las estrellas,
a su lado vayamos sin recelo,
cerraremos de noche las pupilas
abrazando a la rosa de los vientos.

Esa rosa que brilla en lontanaza
es la estrella de hombres y viajeros,
es la luz que ilumina nuestras almas
y es el cáliz sagrado de los sueños.

Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/10

HAY VECES QUE NO SALEN LAS PALABRAS

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Hay veces que se atascan las palabras
y los dedos esperan intranquilos,
no hay telas ni retales en los versos
y el poema se queda comprimido.

Entonces se busca en otras partes
la esencia de la estrella con su brillo,
las letras que se junten y se unan
formando ese conjunto tan divino.

Pero esa inspiración tan deseada
no surge porque sí, es como un grito,
es algo que en el alma se rebela
y busca los espacios infinitos.

El hombre es el autor de ese milagro,
él hace y él deshace con sigilo,
inventa fantasías y las sueña
mezclando realidades con los mitos.

Un día se despierta en la mañana,
cegado por los cielos de amarillo,
y entonces da sus pasos vacilante
en busca del cuaderno que es su amigo.

No teme la resaca del silencio
tampoco la carencia de ese vino,
las musas se han quedado silenciosas,
la copa simplemente en el vacío.

Hay honda soledad en su persona,
carencia de sentir, en sus sentidos,
y mira como pasan los milanos
que van hacia los bosques y hacia el río.

Sus dedos permanecen insensibles,
no buscan ese lápiz tan querido,
ni buscan la cuartilla inmaculada
ni quieren transmitir ningún escrito.

Hay veces que no salen las palabras
y el tierno corazón manda un gemido,
un grito desgarrado en el silencio
que surge como un duro escalofrío.

Entonces cobra vida lo que pasa
retornan los susurros y suspiros,
se acercan perezosas las gaviotas
llegando junto al mar y su latido.

Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/10

LETRAS Y PALABRAS

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"Por qué será que, ya pasado el tiempo,
las palabras se quedan en los labios..."


Leyó sus letras y palabras,
y se quedó mirando al horizonte.

¿Por qué será, se dijo,
que las letras duermen silenciosas
en las cuartilla donde van depositadas?

¿Por qué tendrán, allí, que refugiarse,
cuando son gritos desgarrados,
sentimientos e inquietudes
que en un momento confió tu alma?

No hay respuesta de momento
a las preguntas,
no hay sentido ni razón
al desconsuelo,
no hay lector interesado
que repare en la cuartilla.

Quizás falte melodía seductora
que la anime y la acompañe,
quizás tengan esas letras
una sombra de tristeza
que se alarga en las palabras,
quizás viven y palpitan
y los ojos temblorosos que las miran
las evitan por si acaso
le trasmiten su mensaje.

Es posible que así sea en un instante,
en un momento,
en el acto irreflexivo
que carente de la música,
se olvida en el recuerdo
y se queda simplemente en la palabra.

Pero el autor de aquellas letras,
el eterno soñador de fantasías
y quimeras,
prosiguió con sus preguntas sin respuestas.

¿Por qué será que las letras y palabras
duermen silenciosas,
en la vieja cuartilla del recuerdo,
cuando ahora,
es de día,
luce el alba
y, por encima de todo,
el alma quedó dormida
entre esas letras y palabras?

Rafael Sánchez Ortega ©
27/03/10

NO PROVOQUES LA CÓLERA DEL VIENTO

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No provoques la cólera del viento
si es la brisa quien roza tu costado,
ten presente ese beso y la caricia,
ese suave murmullo de unos labios.

Puede ser que el nordeste silencioso
ahora agite las proas de los barcos,
y que azote las aguas de los mares
y a las olas las haga mil pedazos.

Pero es ese canto de la vida,
ese eterno lamento de los años,
es en fin, la impaciente sinfonía,
que nos llega de mares muy lejanos.

"No provoques la cólera del viento",
se les dice a los niños desde antaño,
es mejor ser pacientes con el aire
que sufrir vendabales y arrebatos.

Pero el niño es el hombre del mañana
el doncel que camina paso a paso,
el juglar con cuartillas presuroso
que recita sus versos por los campos.

Y se siente invadido por la brisa,
y la misma le aferra en un abrazo,
sus cabellos se ondulan levemente
mientras rozan sus ojos muy castaños.

"No provoques la cólera del viento",
eso dicen pacientes los ancianos,
esos hombres curtidos por la brisa
los marinos que viven jubilados.

Pero el viento que sopla en los alcores
es también tramontana de secano,
es el aire que llega hasta la gleba
el que seca viñedos centenarios.

Hay leyendas que cuentan estas cosas,
peregrinos que van para Santiago,
carreteros que paran en las ventas,
caminantes que marchan muy despacio.

"No provoques la cólera del viento",
y si puedes y sabes adularlo,
aprovecha la brisa que te llega
y el amor que te manda con su canto.

Rafael Sánchez Ortega ©
26/03/10

YA SUENAN LAS CAMPANAS DE LA IGLESIA

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Ya suenan las campanas de la iglesia,
invitan a la misa de las doce,
resuenan con alegre sinfonía
domingo tras domingo con desorden.

La fiesta y el descanso ya se mascan,
hay niños que caminan con los hombres,
hay dulces muchachitas bien vestidas
que muestras sus vestidos de colores.

Las rosas se recogen en los parques,
formando bellos ramos con las flores,
los lirios acompañan a las rosas
y van a los altares de los monjes.

Hay niños que suspiran en la misa,
susurros escapados como voces,
incienso que se huele en el ambiente
con salmos y sentidas oraciones.

Es bello el panorama desde el coro
y ves a las personas que descorren
la turbia cortinilla de sus almas
sacando de la misma lo que esconden.

Hay rezos y plegarias a la Virgen,
que piden por humildes corazones,
y piden por salud y por fortuna
también por la carencia en sus amores.

Afuera las cigarras canturrean,
sus notas nos parecen bendiciones,
también las golondrinas caprichosas
impregnan con su gracias los alcores.

No sé si las muchachas casaderas
se quedan a encontrarse con los jóvenes,
robando en ese tiempo los minutos
y haciendo que se paren los relojes.

...Ya suenan las campanas de la iglesia
y brincan en el pecho las pasiones,
la hora de la miesa ya se acerca,
de niños, de mujeres y mayores.

Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/10

ME PUSE A CONTAR LOS DÍAS

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Me puse a contar los días
mientras las horas pasaban,
el tiempo no se detuvo
ni los ocasos ni el alba.

Estaba triste, muy triste,
y hasta mis ojos lloraban,
ansiaba quizás el beso,
y las caricias amadas.

Pero ya nada tenía,
sólo la arena y la playa,
y ese rumor de las olas
que hasta mi lado llegaban.

Me puse a contar los días,
mientras la brisa sagrada,
rozaba suave mi cuerpo
y me curtía la cara.

Cerré los ojos cansados
y levanté la mirada,
buscando arriba, en el cielo,
a las estrellas lejanas.

Y contemplé su silencio,
ese destello que manda,
ese tic-tac de sus ojos,
esa caricia velada.

Me puse a contar los días
con tu recuerdo en el alma,
no sé la suma de todos
porque mis dedos temblaban.

Temblaban sí, levemente,
como la cuerda del arpa,
que tras pulsarla otros dedos
hace rodar una lágrima.

Y me quedé con mis sueños,
mis fantasías y nanas,
con mis pegasos alados
y la canción del pirata.

Me puse a contar los días
pero esos días no estaban,
no había días pendientes,
sólo el pasado y la nada.

Y entre el pasado tus ojos
con una lágrima amarga,
con el temblor de tu cuerpo,
con tu figura cansada.

Entonces tomé tus manos,
besé tus labios de nácar,
sentí latir a tu pecho
que susurrando me hablaba.

...Me puse a contar los días
pero olvidé la pizarra,
tú me entregaste tus besos,
que con mis besos se amaban.

Rafael Sánchez Ortega ©
24/03/10

HABLAR DE SENTIMIENTOS

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Hablar de sentimientos no es sencillo
y más cuando nos faltan las palabras,
se habla de los besos del pasado,
de abrazos misteriosos hasta el alba.

Se habla de miradas emitidas,
de otras que alteraron nuestra calma,
de cuerpos que rozaron nuestras manos,
de dedos que escribieron sin palabras.

Se habla de suspiros contenidos,
latidos que del pecho se escapaban,
de aquellas sensaciones de dulzura
las bellas sensaciones rescatadas.

Pero hablar, hablar... no es cosa fácil,
hablamos en silencio en la distancia,
hablamos a los árboles del bosque
y hablamos a las olas en la playa.

Un día nos hablamos a nosotros,
hablamos al reflejo de la cara,
hablamos a ese rostro conocido
con cara envejecida en la mañana.

Y hablamos con el eco del pasado,
sacado del rescoldo de las brasas,
hablamos de la música celeste
y luces misteriosas de las llamas.

Hablamos con el alma entre las manos,
sintiendo aquel pasado que se marcha,
las lindas golondrinas del verano,
las tiernas amapolas sonrojadas.

Y hablamos como hablan los amantes,
despacio y con las manos enlazadas,
mirando nuestros ojos y pupilas
en busca del cuaderno de la infancia.

Hablamos y miramos a los cielos
y vemos el cometa que ahora pasa,
las luces parpadeantes de los astros
la luna tan coqueta y tan galana.

Y entonces nuestras manos cobran vida
abriendo con sigilo la ventana,
y luego continúan sus caricias
por valles, por colinas y montañas.

...Hablar de sentimientos no es sencillo,
dejemos que se hablen nuestras almas,
dejemos simplemente que palpiten
y saquen el amor de sus entrañas.

Rafael Sánchez Ortega ©
23/03/10

HOY ES LUNES

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Hoy es lunes nuevamente,
día nuevo, lunes nuevo, semana nueva
y quizás todo nuevo en teoría,
aunque al final siempre quede el poso amargo,
la tristeza del pasado y del recuerdo
y esa eterna interrogante de esperanza
por un tiempo del futuro siempre incierto,
por la eterna paradoja que conlleva,
por los hombres, por nosotros...

Te amaneces entre brumas y entre nieblas
y te vas hacia el trabajo
con la risa entre los labios.

"Es ya lunes", te comentas a ti mismo.
"Es posible que hoy la vida me sonría"...

Y es así, y así lo piensas y lo sueñas.
Y lo vives cuando bajas a la calle
y saludas a la gente,
cuando miras a los cielos tan azules,
cuando ves en las personas
a otros ojos que te miran,
a unos labios que te hablan,
a unos gestos que acarician cuanto haces...

Y es posible que así sea,
y hasta puede que se enteren
las gaviotas que ahora pasan
y los niños impacientes
que caminan al colegio
con su bolsa en las espaldas.

Y hasta pìensas en los globos de colores
de la nueva primavera,
con los brotes siempre verdes de los campos,
con las gasas de jardines y de plantas
que amanecen con el alba;
y hasta sueñas con tus sueños infantiles
y meneas la cabeza.

Es posible que consigas ese beso
de unos labios temblorosos,
la palabra de los mismos balbuceante,
la sonrisa que perfila esa boca tan divina,
la mirada seductora que te invita
y que te anima a que lo vivas
y a que grites lo que sientes
y que ocultas en tu pecho,
lo que guardas en tu alma,
lo que piensa tu cabeza soñadora...

...Y es así como comienzas la semana,
como vives los instantes primerizos
de este lunes,
como avanzas por la vida nuevamente,
entre brumas y entre olas,
entre algas y resacas,
entre calmas y tormentas,
entre música celeste que aún resuena
en tus oídos
y los gritos desgarrados
que el destino te ha mostrado,
de personas,
de paisajes y naciones con sus gentes
que mendigan un trocito de la vida,
un abrazo generoso y sin reservas
y una entrega totalmente de nosotros.

Hoy es lunes y comienza la semana,
y hoy es lunes para ti y para mi,
con sus nubes blanquecinas,
con la luz y con las sombras,
con lo negro y con lo blanco,
y debemos entenderlo y compartirlo,
caminando de la mano,
compartiendo nuestras vidas,
respetando los silencios
y alegrándonos de ser afortunados
porque amamos y queremos
y también, porque nos quieren y nos aman
otras gentes y personas muy cercanas,
las que buscan nuestros pasos,
las que viven nuestras vidas
las que escuchan nuestros labios,
las que sienten el latido,
de la válvula invisible,
en el rudo corazón que han conquistado;
porque aman con nosotros
en silencio y sin preguntas...

Rafael Sánchez Ortega ©
22/03/10

SE MASCA EN EL SILENCIO LA TORMENTA

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Se masca en el silencio la tormenta
con nubes de color anaranjado,
hay algo que sofoca en el ambiente
ausente de los vuelos de los pájaros.

Los hombre sudorosos van a casa
después de la jornada del trabajo,
esperan la comida preparada
con ganas e ilusión por unas manos.

No importa que ahora caigan unas gotas,
y llegue hasta su casa muy mojado,
hay besos que le esperan impacientes
y hay otros que se escapan de sus labios.

Quizás la fantasía de los versos
me viene sin poderlo remediarlo,
hay niños que contemplan las estrellas,
hay hombres impacientes y soñando.

Se busca al vendedor de tantos sueños,
aquellos prometidos de regalo,
en viejas tradiciones y leyendas
pasadas de mayores y de ancianos.

Es cierto que se masca la tormenta
y puede que veamos a los rayos,
rasgando en un segundo por los cielos
el manto de los cielos tan nublado.

Pero ese corazón tan silencioso,
que mira más allá de los tejados,
quizás nunca repare en la tormenta
y menos en sus truenos encantados.

Él busca el lado alegre de la vida,
los globos y cometas en lo alto,
y busca la sonrisa de los niños
en medio de ciclones y de llantos.

Hay besos que se dan con la mirada
y sueños que te llegan suspirando,
hay lindas mariposas de colores
que vienen a cubrirte con su abrazo.

No importa que se masque la tormenta
si existe un corazón que te está hablando,
no importa que te hable sin palabras
pues grita el corazón lo que aquí guardo.

Rafael Sánchez Ortega ©
22/03/10

DECIR ADIÓS AL TIEMPO DEL INVIERNO

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Decir adiós al tiempo del invierno
y saludar la eterna primavera,
hoy toca aquí, hacer esa parada,
y reseñar el mismo en estas letras.

Puedo admirar la nieve en las alturas,
en esas cimas de blancura extrema,
puedo sentir la brisa de los mares
y el vendabal de oeste que nos llega.

Puedo olvidar los grises de los días,
y sumergirme en la profunda niebla,
puedo notar el beso de la lluvia
y su regar profundo en nuestra tierra.

Puedo añorar los álamos floridos,
los robledales con su verde a cuestas,
puedo escuchar los ríos cantarines
bajando con su cauce a la ribera.

Pero el invierno es tiempo de nostalgias,
ese buscar ansioso las cigüeñas,
es contemplar las olas en la playa
que llegan con su rítmo en las mareas.

Más el invierno pasa y ya se marcha,
se van con él retales de leyendas,
los amoríos negros del recuerdo
y las pasiones soñadas e incompletas.

Acude con su alegre colorido,
la primavera de sonrisa eterna,
esa explosión de vida y de dulzura
que ensancha el corazón y hasta lo eleva.

Por eso la saludo en este día,
por eso mi sonrisa más sincera,
para cubrirnos pronto con sus flores,
para embriagarnos con su luz intensa.

Se anima el corazón, con esta bienvenida,
el alma entristecida ya se alegra,
no salen las palabras y las frases
se marcha una estación y otra regresa.

Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/10

RECORRÍ MUY NERVIOSO LAS TRINCHERAS

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Recorrí muy nervioso las trincheras
para ver los despojos de las ratas,
en los hombres carentes de sentidos
con el miedo inundándoles las almas.

Un descanso, quizás insoportable,
se extendía por campos y por jaras,
una paz que no estaba en el ambiente
ofrecían las nubes que pasaban.

Y los hombres vestidos de guerreros,
con fusiles y caras muy cansadas,
un cigarro fumaban en la sombra
y quizás a su vera dormitaban.

No había notas de música y clarines,
y tan solo cantaban las cigarras,
las hormigas huían perezosas
a meterse quizás en las cloacas.

La basura del mundo, reunida,
esperaba el sonido de las balas,
y las fosas con seres moribundos
lentamente con hombres se llenaban.

Era triste ese cuadro de la vida
y luchar por la fuerza de las armas,
se agotaron los diálogos sinceros
y quedaron silentes las palabras.

Pero tú, soñador impenitente,
el Quijote perfecto de la Mancha,
aún creías en sueños y quimeras
y en la paz tan ansiada y deseada.

Más tuviste que ver en las trincheras
todo el mal que carcome las entrañas,
tanto odio en los seres retenido
y a la vez, tanta sangre y tantas lágrimas.

Rafael Sánchez Ortega ©
20/03/10

AGUANTABA SIN FUERZAS LA PELEA

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Aguantaba paciente la pelea
a pesar de lo duro del combate,
mil heridas tenía en su costado,
con la fuga valiosa de su sangre.

Contemplé al guerrero que luchaba,
bajo el sol del ocaso y de la tarde,
su mirada se alzaba hacia los cielos,
a ese manto granate que ahora parte.

Y le vi murmurando en el silencio,
y sus labios rezaban incansables,
él quería dormir profundamente
en los brazos ardientes de su amante.

Descansar para siempre, si es preciso,
olvidarse de penas y saudades,
mientras sigue la lucha en el desierto,
sudoroso y con ganas de acostarse.

Una sombra se acerca en la distancia,
es viajera sin ropa ni equipaje,
sólo trae ese manto de la noche
ese hatillo de versos inmortales.

Y el guerro prosigue la batalla,
él no puede mentirse ni apagarse,
es la vela que marca los destinos,
la farola que alumbra por las calles.

Más también es el alma que suspira,
es el pecho que guarda lo que sabe,
el guardián de la llave de los cielos,
esperando la mano que lo llame.

Más sus ojos se cierran lentamente
a pesar de su lucha vacilante,
ya no tiene las fuerzas necesarias
y el destino le acosa con sus llaves.

Una llave con cintas de colores,
libertad cerradura que se abre,
y otra llave que tiene cuatro letras
y el amor la palabra que renace.

Aguantaba sin fuerzas la pelea
y unos brazos llegaban a ayudarle,
unos dedos vibrando entre las cuerdas
y un temblor que subía por su carne.

Era un beso de seda primoroso,
un latido con sangre renovable,
y el amor que llegaba con la brisa
conseguía al guerrero despertarle.

Rafael Sánchez Ortega ©
19/03/10

VOY A DEJAR QUE SALGAN LAS PALABRAS

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Voy a dejar que salgan las palabras
y que duerman despacio entre mis labios,
quizás así se ahoguen las sonrisas
y mueran tantos sueños fracasados.

Los niños se ilusionan con sus juegos,
y ponen junto al árbol su zapato,
esperan esos signos de los cielos
en forma de juguete y de regalo.

La sabia de la nueva primavera
le pone colorido con descaro,
al joven tembloroso que, en su pecho,
le habla al corazón del ser amado.

El hombre y el anciano del otoño,
caminan por la vida con trabajo,
quizás tras esa huella vacilante
que marcha con el sol hacia el ocaso.

Es una solitaria fantasía
la voz enmudecida de este cuadro,
la vida congelada en el presente
viviendo los momentos del pasado.

Por eso pasan raudas las estrellas
dejando las estelas de su llanto,
las lágrimas furtivas que del cielo
nos dicen que adelante con su abrazo.

Susurran que no ahoguemos las palabras,
que existe un corazón allá, en lo alto,
escucha con paciencia nuestros ruegos
y toma con dulzura nuestra mano.

Los jóvenes no miden sus impulsos
y buscan el amor del labio ansiado,
entregan sus caricias y deseos
y marchan a sus casas suspirando.

Los niños y los hombres son iguales,
y viven esos sueños del verano,
los unos en la eterna primavera,
los otros del otoño ya pasado.

Por eso me debato entre mis versos
dejando entre los mismos lo que callo,
quizás entre las brumas y la niebla
se encuentren las respuestas de mis actos.

¡Ay tierno corazón!, llora en silencio,
no dudes en sacar lo que haga daño,
apura ya la copa de la vida
y duerme entre su lecho tan sagrado.

Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/10

VAN HACIA EL MAR

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Van hacia el mar las barcas y marinos,
van a buscar el fruto de la pesca,
y encontrarán las playas bien pobladas
para obtener el fruto que desean.

Y dormirán allí las barcas caprichosas,
entre el vaivén con olas que les llegan,
recibirán el beso de los mares
que rozará sus quillas y cuadernas.

Van hacia el mar los rudos marineros.
van a pedir un poco de clemencia,
tras implorar el rezo de la salve
a su patrona y Virgen La Barquera.

Y pescarán, seguro, muchos peces,
y escucharán los cantos de sirenas,
ese rumor tan dulce y caprichoso
que surge entre los velos de la niebla.

Van hacia el mar gaviotas primorosas,
van a picar carnada placentera,
que surgirá entre algas y corales
para saciar entrañas tan hambrientas.

Pero también irán a ver a los marinos,
y arrancarán del cielo mil promesas,
y volarán en círculos cerrados
para que sientan ellos sus presencia.

Van hacia el mar los sueños de los hombres,
van a dormir allí con las estrellas,
para quedar colgados de los cielos
y sobre el mar paciente que los nea.

Pero otros sueños puede que se queden
junto al portal que cuida la redera,
esa mujer de rostro impenetrable,
que sufre mientras baja la marea.

Van hacia el mar suspiros desde el muelle,
van con la brisa fresca y tan ligera,
para llevar el beso de unos labios
para dejar el eco de la tierra.

Pero el suspiro tierno que se escapa,
es el amor del pecho que ahora tiembla,
es la oración pidiendo que regrese
el corazón del hombre a la ribera.

Van hacia el mar los hombres y los dioses,
van a sembrar recuerdos y leyendas,
y volverán de nuevo hacia los muelles
con el salitre amargo en la cubierta.

Más volverán los pechos renovados
y buscarán nerviosos una puerta,
ese rincón que guarda la figura
y el tierno corazón que amando espera.

Rafael Sánchez Ortega ©
17/03/10

HAY UN ALGO QUE FLOTA EN EL AMBIENTE

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Hay un algo que flota en el ambiente,
es quizás una simple diferencia,
es un algo que llega felizmente
y que embriaga la sala de paciencia.

Tu suspiras y me hablas de la gente,
y me cuentas tus ratos de inocencia,
son fragmentos que pasan por tu mente
como fiel testamento de una herencia.

Es tu habla quizás eso que flota,
esa voz tan querida y tan ansiada
la que pulsa la cuerda con su nota.

Pero quiero ese abrazo que me arropa,
esa luz que desprende tu mirada
y ese beso del vaso de tu copa.

Rafael Sánchez Ortega ©
16/03/10

AQUELLA TARDE FRÍA

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COM
Aquella tarde fría,
en que acabó el invierno,
salistes a la calle,
quizás por un momento.
Salistes abrigada,
salistes en silencio,
un paso tras de otro,
mirando fija al cielo.
La sombras de la tarde
dejaban tu recuerdo,
en formas caprichosas,
trazadas en el suelo.
Mas tú no las veías,
llevabas tras un velo,
la carga vacilante
de días y de sueños.
La tarde terminaba
sin tinta en el tintero,
los labios suspirando
un nombre con un rezo.
El viento del nordeste
cortaba como el hielo,
rozaba tus mejillas,
besaba tus cabellos.
Más tú no lo sentías,
marchabas con el eco,
buscabas un destino
un rostro con un cuerpo.
Llegastes a la barra
con lágrimas y miedo,
temblabas simplemente
mirando el universo.
Las lágrimas saladas
dejaban mil reflejos,
herían tus pupilas
cual dardos sin veneno.
Más tú le suplicabas,
rezando un padrenuestro,
al Dios que en las alturas
guiara su velero.
Querías a tu amante,
el dulce marinero,
el hombre de tu vida
el niño de tus juegos.

...Aquella tarde fría
en que escuché un lamento,
llegó la primavera
y se marchó el inverno.

Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/10

ME OLVIDÉ DE OLVIDARTE

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Me olvidé de olvidarte
y volví tras tus pasos,
tú eras joven y bella,
salerosa y con garbo.

Caminabas deprisa
y seguías andando,
pero así te alejabas
más allá del ocaso.

Y de pronto, rendido,
me sentí muy cansado,
me faltaban las fuerzas
y quería tu abrazo.

Pero tú proseguías
sin temor al cansancio,
paso a paso adelante
susurrando tu canto.

Me quedé pensativo
y también descansando,
con la brisa divina
de la sombra del árbol.

Tú adelante marchabas
sin temor ni recato,
y mirabas el cielo
y el azul del verano.

Pero el roble bendito
me mandó tu recado,
ese canto de ensueño
que dejaban tus labios.

Y corrí presuroso
por desiertos y prados,
persiguiendo tus huellas
y ese cuerpo serrano.

Y la brisa traía
tu perfume encantado,
el olor de lavanda
con las rosas y nardos.

Me olvidé de olvidarte
esperando el milagro,
de leer tu mirada
y tus ojos castaños.

De leer en tu alma
ese libro sagrado,
esas letras divinas
que ha trazado tu mano.

De sentir a tu pecho
bombear sin descanso,
esa sangre que corre
como un beso enjaulado.

Ese beso precioso
con mi beso temblando,
y ese suave susurro
que te diga: "Te amo".

Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/10

PASA EL TIEMPO Y CORREN LOS MINUTOS

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Pasa el tiempo y corren los minutos.
El silencio se masca lentamente.
Hay vacío y soledad,
hay quietud,
hay ruidos en la calle por los coches
que circulan;
se oyen voces de las gentes en los bares,
hay pisadas que resuenan entre risas y jolgorio.

Me refugio entre los pliegues de mi alma.
Tengo frío en esta noche,
tengo un algo que no sé cómo expresarlo,
tengo angustia contenida,
tengo sed y tengo hambre
de beber entre tus labios
ese líquido sagrado de los besos.

Sin embargo pasa el tiempo.
El reloj no se detiene ni se para,
continúa su tic-tac con parsimonia,
tan ajeno a nuestra vida
como un astro de los cielos ante el hombre.

En un acto irreflexivo me detengo.
Busco cerca ese contacto que no tengo,
busco abrigo y busco abrazo,
busco el cuerpo tan ansiado que preciso
y necesito,
como el mar en la rompiente de la costa.

Mis recuerdos a ti vuelven
como ola en la resaca,
a dormir entre la arena de la playa
y entre el eco que me dejan los momentos
que no olvido del pasado.
Siento frío nuevamente.

Mi mirada temblorosa se estremece,
no te veo ni distingo tu llegada,
no te escucho ni tampoco los latidos
de tu pecho,
no te siento entre mis dedos
ateridos por el frío
y por los años del otoño.

Sin embargo estás muy cerca y me acaricias.
Es tu mano la que roza mis mejillas
cuando duermo,
cuando cierro ya mis ojos muy cansados,
cuando ceso en esta lucha por la vida,
cuando busco entre las sombras y tinieblas
esa luz con la esperanza de tu nombre.

Y allí estás y yo te siento,
es el cáliz de tu copa
el que me entregas con tus manos,
son tus dedos tan preciosos
los que rozan mis cabellos,
son tus ojos los que hablan sin palabras
y me dicen tantas cosas,
son tus labios los que besan a mis labios
y es tu boca la que deja en mis oídos
esa frase que estremece y que acalora,
que me hace sentir vivo y no en un sueño.

Y me duermo en el silencio con el tiempo,
con tu cuerpo en mi costado,
con tus manos en mis manos,
compartiendo los suspiros y los sueños,
mientras lindas mariposas parpadean
y hacen guardia en este acto,
del amor entre dos cuerpos
y dos almas,
bajo el manto de la noche y las estrellas
que vigilan nuestros sueños.

Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/13

IN MEMORIAM

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(A Miguel Delibes)

Trotador de caminos en Castilla,
con la pluma paciente y la mirada
persiguiendo cual viejo Don Quijote,
los trigales, las eras y la caza.

¡Cuánta fé derramaste en las cuartillas
describiendo a los hombres que trabajan!,
¡cuánta nota de música celeste
nos dejaron tus letras tan premiadas!

Pero tú, soñador impenitente,
el Delibes del "Mario" y la "Parábola",
transitabas en paz "Por esos mundos"
aunque hacías "escala en las Canarias".

Forjador de "Diarios" y "Partidas"
con "Cipreses de sombras alargadas",
fuiste fiel al "Camino" de aquel "Loco"
a pesar de "Emigrantes" y de "Ratas".

Ahora duermes por siempre en el silencio,
la "escopeta en el hombro" está callada,
tus "amigas las truchas" te recuerdan
en "El último coto" de tu "España"

Es difícil decirte lo que siento,
soy "Hereje" y lo dice mi palabra,
pero tú, caminante de "esos mundos"
te has cubierto por fin con "la mortaja"

Aquí quedan "Tres pájaros de cuenta",
"Bicicletas", "Censuras" enlazadas
y estarán para siempre en mi recuerdo
inspirando mis versos en la calma.

Conociste el cantábrico y sus costas,
y escribiste de Tinas y del Nansa,
aún recuerdo tus líneas tan sencillas
y mi tierra en las mismas reflejada.

Para ti estas letras que me nacen,
estos versos de pluma mancillada,
que recuerdan tu garbo y tu figura,
y la gleba y tu tierra castellana.

Rafael Sánchez Ortega ©
12/02/10

AMANECIÓ DE REPENTE UN NUEVO DÍA

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Amaneció de repente un nuevo día
bajo un cielo con nubes clareado,
tenía tanta fuerza y hermosura
que no pude por menos que admirarlo.

Es posible, pensé, que en otras tierras,
aún la noche la cubra con su encanto,
y hasta puede que tiemblen las estrellas
y también los cometas a su paso.

Pero pienso en los hombres que amanecen,
en las placas que chocan suspirando,
en las olas que llegan a la costa
en la tierra que tiembla mientras tanto.

Desde lejos se escucha todo esto
y se ven las escenas de este cuadro,
sin embargo se vive la tragedia
en el centro preciso de aquel acto.

Sólo soy un testigo que amanece
escuchando noticias y recuadros
de la vieja emisora que transmite
y que manda sus ondas por la radio.

Allí cuenta detalles del suceso,
del temblor, de las muertes y el espanto,
y la piel se estremece levemente
con la tierra lejana sin dudarlo.

Sin embargo recuerdo a las personas,
esas caras y cuerpos tan preciados,
esos seres que sufren día a día
y que viven la furia y el espanto.

A esos hombres dedico este poema,
estos versos quizás deshilvanados,
y les digo que tengan esperanza
a pesar de sus lágrimas y llanto.

Esta vida es muy dura, y bien lo saben,
en la casa, en la calle y el trabajo,
los momentos se viven al segundo
y el futuro se mira muy lejano.

Sin embargo la fé nunca se pierde
y sé bien que sabrán de superarlo,
con esfuerzo y con grandes sacrificios
aunque pasen los días y los años.

Ya se apagan las luces y sirenas,
y las calles se animan con los pasos,
las ciudades y pueblos cobran vida
con deseos y sueños renovados.

Rafael Sánchez Ortega ©
12/03/10

VOY A SEMBRAR DE ROSAS LOS PASEOS

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Voy a sembrar de rosas los paseos
para que pises en su fina alfombra,
así tus pies tan bellos y bonitos
podrán sentir la seda que los roza.

Caminarás despacio, lentamente,
despertarás al día con la aurora,
contemplaré tus pasos en la arena
y sentiré ese nudo que me ahoga.

Porque tomar las rosas es sencillo,
más separar sus pétalos en forma,
es la labor quizás mas delicada
del ser enamorado que las corta.

Voy a sembrar de rosas tus cabellos,
te dejarán perfumes y colonias,
enmarcarán las hebras plateadas
bajando hasta tu pecho sin demora.

Entonces notarás esos latidos,
ese volcán del pecho que galopa,
ese fluir de lava incandescente
del corazón amante que te implora.

Pero quizás la rosa esté marchita
y los pétalos y hojas estén rotas,
quizás la primavera esté pasada
y las espinas de la rosa afloran.

Voy a sembrar de rosas simplemente
aquel camino que soñé que tocas,
quizás mi sueños sean sólo eso,
la fantasía loca de unas horas.

Pero soñar, soñar, no quiero eso,
quiero vivir el sueño en tu persona,
quiero sentir tu mano entre mis manos,
quiero tener tus labios en mi boca.

Quiero notar tu dulce escalofrío,
quiero apartar la lágrima traidora,
quiero mirar tus ojos tan sinceros,
quiero leer sus letras amorosas.

Voy a sembrar de rosas los paseos,
para esperar que vengas y recojas
ese clavel que tengo para darte
con el amor del alma que te adora.

Rafael Sánchez Ortega ©
11/03/10

VOLARÁS CON TUS ALAS POR EL CIELO

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Volarás con tus alas por el cielo
a poner en las nubes colorido,
y unas gotas de lluvia refinadas
a la tierra vendrán con gran sigilo.

Pero el beso tan fresco de la brisa,
ese beso invisible y tan distinto,
a tu cuerpo envolvió en aquel momento
y cambió para siempre tu destino.

¡Cuántas letras tus labios murmuraron,
cuántos besos pacientes recibidos,
cuántos sueñós llegaron a tus ojos
que a la vez, te arrancaron mil suspiros!

Es por eso que vuelas por el cielo
con un ramo de rosas y de lirios,
a buscar a ese ser, que tras la brisa,
fue el causante del vuelo repentino.

Las gaviotas saludan a tu paso,
y las tardes se tiñen de amarillo,
y se masca la paz entre las almas
en un marco de luz y colorido.

Pero tú, soñadora irreverente,
con tu vuelo te acercas a los niños,
a ese mundo tan tierno y delicioso
que acelera sin pausa los latidos.

Y te posas paciente en ese parque,
vas en busca del banco de los tilos,
aquel sitio tan dulce y sugerente
que del beso tan bello fue testigo.

Y te faltan entonces las palabras
y unos labios se acercan sin aviso,
unos besos del aire renovados
que la brisa te deja con cariño.

Es entonces que se alza tu mirada
contemplando al amor con tus ojitos,
y notando ese dardo entusiasmado
que atraviesa tu alma y tus sentidos.

Se producen entonces los silencios,
las palabras se quedan en los libros,
y los cuerpos se aman dulcemente
entre besos, abrazos y suspiros.

Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/10

POR UN BESO DE TUS LABIOS

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Por un beso de tus labios
volaría hasta la luna,
por sentir esa caricia
y esa entrega de ternura.

Sin embargo por tu abrazo
te daría mi fortuna,
lo que tengo y lo que valgo
y hasta un poco de locura.

Con un beso de tus labios
volarían tantas dudas,
tantas nieblas con las sombras
de tupidas espesuras.

Más tu abrazo es diferente
es caricia que dibuja,
es latido de tu pecho
y es nordeste con su bruma.

Quiero un beso diferente
que me aloque y que me aturda,
que succione mis sentidos
y mi mente la confunda.

Pero el fondo de tu abrazo
tiene un algo de hermosura,
tiene el pecho con tu sangre
y el latido que me turba.

Quiero el beso de tus labios
y tu abrazo con premura,
quiero verte, quiero amarte,
que tu cuerpo me confunda.

Que ese beso sea eterno
y no cese con la lluvia,
ni tu abrazo ni tu risa,
los diluya la garúa.

Rafael Sánchez Ortega ©
09/03/10

QUIZÁS BESÓ TUS LABIOS EL SILENCIO

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Quizás besó tus ojos el silencio
y tu cara la brisa en la mañana,
aunque puede que fueran los suspiros
de un tierno corazón que te llamaba.

A veces adormeces los recuerdos
de día, mientras cuidas a tu alma,
la misma que proteges del pasado
a base de tesón y de coraza.

La niebla te acaricia y te rodea,
te envuelve con los grises de su capa,
te lleva hasta los bosques infinitos,
el reino de los gnomos y las hadas.

Por eso puede ser que en el silencio
se encuentre el dulce beso que te falta,
el toque de esa música sublime
la bella fantasía deseada.

Más puede que los sueños sean sueños
cual notas arrancadas de algún arpa,
y entonces tú los sientas y los vivas
marchando con los mismos a la playa.

Quizás besó tus ojos el silencio
o puede que una nube los rozara,
aunque puede que fueran los latidos
del tierno corazón que ya te amaba.

Un bello corazón llamó a tu puerta
y puede que prendiera la esperanza,
las brasas de unos leños que dormían
envueltos con cenizas y distancias.

Entonces ese beso tiene forma
y tiene ese mensaje sin palabras,
el mismo que tu buscas y recibes
y alumbra con su aliento tu mirada.

Amaste corazón nunca lo niegues
y amaste con los ojos que proclaman,
amaste con el pecho que suspira
y amaste en la caricia no buscada.

Quizás besó tus labios el silencio,
quizás mi soledad, llegó a tu casa,
de pronto me abrazaste sin reservas,
me amastes y te amé sin pedir nada.

Rafael Sánchez Ortega ©
08/03/10

EN UNA CARAVANA SOLITARIA

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En una caravana solitaria
llegaste con tus sueños a mi Villa,
llegaste como llegan los gitanos,
con bulla, con ardor y fantasía.

Llegaste con tu blusa de lunares
el pelo con fulgor de brillantina,
tu cuerpo tan moreno me sedujo
lo mismo que tu cara y tu sonrisa.

Quedaste entre los muelles descansando,
el sol tras las montañas ya se iba,
marchaba a descansar entre las sombras
del duro caminar y su fatiga.

Sin prisa hasta las aguas te acercaste,
tus pies los refrescastes en la orilla
pensabas en tus sueños de colores
y en tardes con momentos compartidas.

Sonaban a tu espalda las guitarras,
dejaban en el aire melodías,
hablaban de Granada y de sus gentes,
del mundo al que tus pasos se encaminan.

Las gentes se paraban a mirarte,
buscaban impacientes tus pupilas,
el soplo de ese aire misterioso,
el beso que mandabas a la brisa.

En una caravana solitaria,
viniste a los rincones de mi vida
llegaste como llegan los gitanos
de paso, y derrochando algarabía.

Llegaste sin temor hasta mi lado
buscando en la ribera su caricia,
el beso de las aguas dulcemente
subiendo por tus pies a las rodillas.

Quedaste soñolienta en ese trance
y un algo te sedujo y te hizo mía,
el canto de la mar y las sirenas
las olas que llegaban a la orilla.

Sin prisa alborotaste tus cabellos
meciéndolos el aire que venía,
tus labios suspiraban sin palabras
el nombre de una calle de Sevilla.

Sonaban castañuelas en la tarde,
y un fino taconeo ya se oía,
lanzaba la guitarra su mensaje
a ti, bella gitana complacida.,

Las gentes que pasaban preguntaban
que donde era la fiesta de ese día,
y tú les contestabas simplemente,
"la fiesta del amor está servida"...

En una caravana solitaria,
llegaste soñolienta y tan sencilla,
llegaste con el alma y con tus sueños,
llegaste para mi, gitana mía.

Rafael Sánchez Ortega ©
06/03/10

TE QUEDASTE PENSANDO EN EL PASADO

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Te quedaste pensando en el pasado
olvidando que vives un presente,
llevabas mil recuerdos en el alma
prendidos con gladiolos y claveles.

Pensabas en los años de la infancia,
aquellos entre risas y juguetes,
los días que viviste tan intensos,
los prados y campiñas, color verde.

Pensabas en el hombre de tu vida
que amaste como aman las mujeres,
con fé, con esperanza y con entrega.
soñando con las hadas y los duendes.

Pensabas en el beso que te dieron
un día mientras ibas a la fuente,
y aquella mariposa de tu pecho
volando con sus alas tan alegres.

Pensabas en los años juveniles,
las largas estaciones del trimestre,
allí donde llegaban los veranos
las risas y las fiestas de las gentes.

Pensabas aquel día en que viviste
la dulce algarabía de la fiebre,
secando con paciencia y valentía
las gotas que bajaban a tus sienes.

Pensabas en la estrella que en el cielo
dejaba sus colores sugerentes,
semáforo que anclado en el espacio
dejara en tu mirada su relieve.

Pensabas en los brazos de tu amado,
aquel a quien seguiste hasta la muerte,
pensabas en sus ojos y promesas
y el beso de sus labios tan ardientes.

Pensabas y te dije que era malo,
pensar en el pasado tantas veces,
vivías encerrada en las tinieblas
en brazos del pasado y de la muerte.

Y entonces, despertando del pasado,
miraste mis pupilas simplemente,
leístes en el fondo de mi alma
y viste que te amaba desde siempre.

Rafael Sánchez Ortega ©
05/03/10

ME GUSTA TOCAR TU PELO

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COM
Me gusta tocar tu pelo
buscar tus canas tan lindas,
me gusta mirar tus ojos
para leer tus pupilas.

Mas cuando toco tu pelo
siento una sed infinita,
noto el temblor de tu frente
con sus arrugas nacidas.

Luego, tus ojos preciosos,
me dicen cosas bonitas,
hablan de sueños que tienes
y hasta me cuentan tu vida.

Me gusta tocar tu frente
y contemplar tu sonrisa,
me gusta mirar tus ojos
y ver dos perlas chiquitas.

Mas cuando toco tu frente,
siento que el alma respira,
noto el volcán de tu pecho
con esa vida que grita.

Luego tu frente descansa,
queda en mis brazos tranquila,
busca el descanso sagrado
mientras se queda dormida.

Me gusta tocar tu cara
y recorrer tus mejillas,
me gusta besar tus labios
besito a beso, sin prisas.

Mas cuando toco tu cara
es como un soplo de brisa,
llegando fresca en la tarde
con el nordeste incluida.

Luego tu cara me busca
con tu mirada precisa
es como el viento que sopla
y algo en mi pecho se agita.

Me gusta tocar tus hombros
y descorrer tu camisa,
me gusta rozar tus senos,
sentir tu piel que se eriza.

Mas cuando toco tus hombros
algo me dice que siga,
que no me pare y detenga
y que te abrace deprisa.

Luego te busco y te beso,
para sentir que eres mía,
para entregarte mi alma
y suspirar si suspiras.

Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/10

VOY A INTENTAR QUE SALGAN LAS PALABRAS

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Voy a intentar que salgan las palabras
y que lleguen volando a tu regazo,
las letras se unirán en un susurro
un soplo que te diga que te amo.

Espero que la brisa las recoja,
te digan todo aquello que me callo,
te hablen de minutos compartidos
de tiempos en que mudos nos hablamos.

La noche ya se estira perezosa,
nos cubre dulcemente con su manto,
nos manda que cerremos nuestros ojos
y un beso nos envía con sus labios.

Se mezclan sensaciones en la noche
y llegan sentimientos encontrados,
hay unos que nos dicen que adelante
y hay otros que sugieren un descanso.

Mas prima la aventura de la vida,
los sueños que hace falta realizarlos,
el mundo que se ve tras la mirada,
y el árbol que se alza solitario.

Voy a intentar que salgan las palabras
y que llenen el néctar de tu vaso,
entonces beberás esa reserva,
el cáliz con el líquido sagrado.

Espero que tus labios se humedezcan,
que sacies esa sed con mi regalo,
que sientas que tu cuerpo se estremece
y notes la tibieza de mi abrazo.

La noche soñará que es para ella
y puede que se estire por el lago,
y busque entre las olas el reflejo
las gotas celestiales de este canto.

Se mezclan en un dúo de pasiones
tu cuerpo con el mío sin reparo,
y entonces unas manos tan febriles
recorren nuestras pieles paso a paso.

Mas todo se detiene en un momento,
hay versos y poemas suspirando,
hay lindas mariposas de colores
que llegan con amor a nuestro lado.

Rafael Sánchez Ortega ©
03/03/10

HE DEJADO PENDIENTES MUCHOS SUEÑOS

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He dejado pendientes muchos sueños
esperando a tu lado realizarlos,
es por eso que busco en las mareas
ese baile impaciente de los barcos.

Mas los sueños son sueños solamente
son burbujas que vuelan con los años,
son gaviotas que marchan perezosas,
son las nubes ardientes del verano.

Me estremezco pensando en esos sueños,
esos bellos recuerdos del pasado,
esas notas de paz y fantasía
que soñé realizarlas de tu mano.

Hoy caminan mis pasos lentamente,
con las nubes que van hacia el ocaso,
y tras ellos se escuchan, como un eco,
unas notas pacientes del piano.

Son las notas del vals de aquella tarde,
y tus dedos que arrancan esos salmos,
esas dulces y bellas mariposas
que a mi pecho llegaron suspirando.

Pero tú, compañera de mis sueños,
compartiste alegrías y pecados,
y ese mundo de niños y mayores
con tus ojos mirando hacia lo alto.

Es posible que sea una utopía
y los sueños se mojen por el llanto,
y que supla a la música sonora
el gemido del viento en mi costado.

Sin embargo no pierdo la esperanza,
tomaré esos sueños muy despacio,
para ir a vivir su contenido
y sentir el calor de tus abrazos.

Puede ser que al final del recorrido
nos saluden estrellas y los astros,
y hasta puede que vengan muchos besos
a sellar con dulzura nuestros labios.

Porque así son los sueños de los niños,
son quimeras nacidas de sus actos,
balbuceos de bellos sentimientos
que impacientes desean entregarlos.

Rafael Sánchez Ortega ©
02/03/10