RECUERDO AQUELLA FOTO...

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Recuerdo aquella foto en la mesita,
la flor, entre tus dedos, delicada,
dos pétalos pendiente de fortuna
y al fondo tu figura tan cercana.

Recuerdo que he pensado, muchas veces,
el fondo sugerente de esa estampa,
volviendo los temblores a mi cuerpo
igual que los sudores a mi espalda.

El pelo te bajaba a la cintura,
tus ojos, tan divinos, me ocultabas,
los labios soñadores y pintados
dejaban en silencio mil palabras.

El cuello de la prenda, intransigente,
rozaba tus pezones, cual cascada,
tratando que tus manos tan bonitas
la flor, de la fortuna, me mostraran.

No sé quien fue el artista, ni el momento,
ni cuando se logró inmortalizarla;
la foto me siguió por muchos años
guardando la mesita de mi cama.

El tiempo transcurrió, sin darme cuenta,
y un día desperté y ya no estaba,
la imagen con la flor y tu figura,
volaron, sin saber, hacia la nada.

Tampoco averigüé, quién fue el causante,
quedando en mi retina tanta magia,
los dedos tan perfectos de tu mano,
la flor, bajo tus labios, despeinada.

Me viene a la memoria el blanco y negro,
la imagen de aquel cuello que mostrabas,
el beso retenido entre tus labios,
las uñas de unos dedos repintadas...

"...Recuerdo aquella foto en la mesita
y pienso si existió la flor preclara,
tal vez con los delirios y los sueños
fue el fruto de la fiebre y de mi infancia..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/06/16

CONTEMPLO...

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Contemplo como coges esas flores
y trato de salvar esa distancia,
del hombre soñador que ya en su otoño
se para ante las manos delicadas.

La niña que tomaba esos tesoros,
con dedos infantiles en su infancia,
no sabe que unos ojos la persiguen
y observan su rescate de las aguas.

Las flores primorosas son un ramo
que tienen a sus pétalos de grana,
y lleven en los mismos la belleza
y un tanto de temblor en su mirada.

Bendita poesía la que ofrece
la niña que se inclina y nos rescata
las flores de una tierra muy remota,
con sueños encerrados en sus alas.

Hay flores que transmiten su silencio
y hay otras que nos dejan una calma,
momentos de susurros y suspiros,
caricias rescatadas de la nada.

Quizás en su quietud esté la esencia,
la misma que transmiten las palabras,
aquella que precisa nuestra sangre
buscando, impetuosa, nuestras almas.

Las flores del amor y de la vida
que calman temporales y resacas,
las flores conseguidas por los niños
y luego en sus pupilas olvidadas.

Es fácil conmover los corazones
logrando la ternura de esta estampa,
si un niño se arrodilla, y con sus dedos,
altera sentimientos con su magia.

"...Contemplo como coges unas flores
y sueño con tus dedos en mi cara;
la luna me ha rozado las mejillas,
y un beso me ha enviado en lontananza..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/06/16

ENTRE LAS REJAS...

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Entre las rejas del aire y del ayer
se pierde tu recuerdo y mi nostalgia.
Es algo que se escapa de mi alma, poco a poco,
que lleva en sus entrañas la esperanza,
el miedo, la ilusión, el desaliento
y todo va cubierto con la bruma de un amor,
ya marchitado y caducado, y un sentimiento
que se apaga y que se agota. 

...Porque la vida es aire y tienes frío,
al contacto de ese viento tan helado.
Porque las rejas del ayer están abiertas
y el beso de ese aire te estremece.
Porque sin duda vives y también sonríes
Porque en algunos ratos lloras sin saber por qué,
o si acaso, si lo sabes, te lo ocultas y lo guardas.
Porque eres libre para ser tú mismo
y por eso no cuestionas el pasado
ni te paras a pensar en el futuro.
Porque vives el presente que te abraza
y hasta sientes a sus dedos
como buscan a los tuyos cada día,
en este instante.
Porque las rosas tiemblan cuando tú las miras
y luego se marchitan cuando marchas.
Porque la mar tranquila se enfurece
cuando siente tu presencia
y te invita y desafía a nadar entre sus olas.
Porque la lluvia cae y tú la sientes
deslizarse por el cuerpo,
desnudarte poco a poco y mezclarse
con las lágrimas furtivas de tus ojos...

Pero por todo esto y mucho más,
tengo que amarte, Poesía,
y hasta seguir, sin vacilar, a los dictados
que me dejas en tus letras y en tus rimas,
tengo que ver el fondo de ese néctar agridulce
de la vida y conseguir saciar la copa que me brindas,
con su carga de utopía, entre mis sueños,
tengo que ser y estar aquí,
tras esta reja de aire y de nostalgia
para tomar el rumbo deseado,
para sentir ese latido que me lleve a las estrellas,
para buscar a Dios y al hombre en cada paso,
para saber que sí, que estás ahí,
en todo lo que veo y me rodea,
en todo lo que existe y deja huella,
en todo lo que late y que palpita,
incluso hasta en la roca inaccesible
de la cima y la montaña más lejana.

¡Tengo que amarte, sí, mi Poesía!,
aunque la vida escape y se me nuble la conciencia,
aunque la herida sangre y la vista me vacile,
aunque te sienta y no, a medida que se apague
mi linterna y la noche avance
y se apodere de mi alma.

Rafael Sánchez Ortega ©
16/06/16

YO CORRO...

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Yo corro con playeras remendadas
tratando de encontrar una salida,
sorteo los caminos y calzadas
vibrando en el otoño de la vida.

Es cierto que las sendas añoradas
causaron, al pasar, alguna herida,
rencores con envidias silenciadas
dejaron a mi alma descosida.

Pero ahora que termina esta carrera
entiendo que la vida es un lamento,
un grito por querer y que te quiera
el dulce corazón que está sediento.

Por eso pongo fin a esta locura
y arrojo mi calzado a la basura.

Rafael Sánchez Ortega ©
15/06/16

PORQUE TIENES...

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Porque tienes frío,
porque tienes hambre,
porque vas a misa
y rezas la salve.

Eres tan sencilla
que vibra la sangre,
repican campanas
en todos los valles.

Y así llega el día,
se duerme la tarde,
y llega la noche,
la luna renace.

La luna de plata
de cara admirable,
tan tierna y sencilla
que imita postales.

Porque tienes fuego,
tus ojos te arden,
no es fruto de fiebre,
tampoco de males.

Quizás de pasiones,
extraños pasajes,
que van y que vienen
cual olas fugaces.

Quizás son suspiros
que dejan los aires,
los besos sin freno,
los dedos que saben.

Es parte de un todo
sentir las saudades,
saberse impotente
al beso que manden.

Extrañas auroras,
malditos volcanes
que arrasan violetas,
también los rosales.

Susurros que brotan
de mil tulipanes,
chasquidos sin nombre
de fucsias sagaces.

Es fácil sentirse
partido en mitades,
cortado en dos trozos
por miedo al desaire.

No sé, niña mía,
no sé como darte,
ni sé que decirte
lo que es inviable.

"...Te quiero, te amo,
deseo besarte
ansío tus labios
tu cuerpo admirable..."

Rafael Sánchez Ortega ©
14/06/16

RESBALA POR TU CARA...

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Resbala por tu cara una sonrisa
sin tiza, ni otros restos de colores,
la vida está llamando a tu ventana
queriendo retrasar así, la noche.

Te miro y no te miro, mientras pienso,
que es cierto el claroscuro de tu nombre,
y el mar, tan soñoliento de la infancia,
se muestra testarudo en los rincones.

Hay rosas que dormitan en las aguas
y pétalos sin forma ni pronombres,
las unas ya se mecen con las olas,
los otros van en busca de otro norte.

Y así pasan los días y semanas
y brotan, sin cesar, tiernos rumores,
diciendo que te han visto por la playa
incluso cuando andabas por el bosque.

Tú sabes la razón de esa sonrisa,
eterna encantadora de pasiones,
y sabes lo que vale una mirada
igual que el sentimiento de los hombres.

Mas debes entender que las cenizas
se cubren de cristales y de adioses,
borrando las sonrisas temblorosas
en labios, muchas veces, de ladrones.

Abrazos celestiales que tiritan,
y manos vacilantes y hasta torpes,
se aúnan con los dedos de los niños
que cuentan los pegasos junto al porche.

Existe claridad en los reflejos
y es fruto de la luz de los quijotes,
los mismos que robaron tu sonrisa
y acaso se llevaron los faroles.

"...Si alguno te pregunta dónde has ido,
responde corazón y sé muy noble,
el mar de los sargazos está cerca
y allí te encontrarán, pues no te escondes..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/06/16

SENTADO EN AQUEL CRUCE...

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Sentado en aquel cruce de caminos
un hombre musitaba una plegaria,
quizás una oración en el descanso
por ver a su estación ya más cercana.

Es cierto que quedaba una llanura,
y el sol en el desierto las alarga,
pero algo le decía, en sus latidos,
que pronto llegaría a su posada.

Paciente peregrino que cansado
buscaba su respuesta en la distancia,
la pluma en el tintero de la vida
y el beso tan ansiado que soñara.

La imagen tan sutil y sugerente
trazaba melodías en las almas,
aquellas que llevaban sus zapatos
y estaban esparcidas en la nada.

A veces convencía al horizonte
en ser tras esa raya, imaginaria,
el puerto tan sublime y generoso
que acoge al caminante, sin palabras.

Y entonces se revuelven los sentidos
al ver ese destino en lontananza,
prendido entre las letras de unos versos
y el paso por el bosque de unas hadas.

¡Bendita sensación la del poema
que arranca de los hombres tanta infancia!
los lleva a los umbrales de otra vida
que nace y se renueva en las entrañas.

Hay mucho de candor y de inocencia,
incluso la pasión tiene su pausa,
en medio de galernas y temblores
del hombre que resiste en su batalla.

"...Sentado en aquel cruce de caminos
un hombre, estremecido, se acordaba,
del niño del pasado y del presente
y el beso que unos labios le dejaran..."

Rafael Sánchez Ortega ©
12/06/16

SE ACABARON LOS SUEÑOS...

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Se acabaron los sueños
y con ellos la infancia,
devolviendo al presente
la cruel realidad.

Unos días llorando,
otros días riendo,
y en los mismos la nota
del presente sin más.

Es sabido que el hombre
con sus pasos avanza,
y que deja sus huellas
en el suelo al pisar.

Pero algunos olvidan
a la tierra y el barro,
y a los días de lluvia
que no tienen final.

Pero hay niños que quedan
en su edad atrapados
y no juegan al bingo
ni tampoco al billar.

Mientras otros se apuran
y hasta son diligentes,
por seguir adelante
sin mirar hacia atrás.

Es por eso que el hombre
cuando, llega el otoño
y, su pelo encanece
se lo quiere cortar.

No ve bien esa niebla,
ni la extraña figura,
con la cara cambiada
que refleja el cristal.

"...Se acabaron los sueños,
yo me digo y te digo,
aunque sienta y me esfuerce
por querértelos dar..."

Rafael Sánchez Ortega ©
11/06/16

ME QUEDO...

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Me quedo con tu imagen sugerente
el verde, azul turquesa y azafrán,
¡oh tarde bulliciosa de la infancia,
que llevo en mi mochila de cristal!

Espero que me sigas silenciosa
y rompas la penumbra de mi faz,
que traigas la sonrisa hasta mis labios
y pueda con tu encanto suspirar.

Me quedo contemplando tu figura
y siento los bramidos de ese mar,
las olas deslizando sus melenas
en playas soñolientas y sin sal.

Espero que te duermas en mis brazos
y sientas la canción de este juglar,
arrullos tras arrullos, vacilantes,
cargados de ilusión y de ansiedad.

Me quedo con la gracia de tus ojos
eterna princesita sin final,
la reina rescatada de los cuentos
la tierna compañera con mi paz.

Espero que prosigas tu camino
y sigas a mis huellas, sin dudar,
yo quiero tus latidos en mi pecho
y en ellos, las caricias que me dan.

Me quedo, simplemente, susurrando,
y veo las alondras al pasar,
sus alas desplegadas me subyugan
cual sombras que me envuelven como un flan.

Espero que tus brazos tan hermosos
consigan melodías que arrancar,
preciosas partituras de los cielos
que ofrece tu batuta sin igual.

"...Me quedo como un niño, sorprendido,
que expresa su pregunta ante el altar,
y entonces los colores de la vida
me muestren tu carita angelical..."

Rafael Sánchez Ortega ©
10/06/16

SE DICE...

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Se dice que en el bosque no hay sirenas,
tampoco muñequitas de cristal,
si acaso las princesas de los cuentos
y algunos tulipanes que cortar.

Es cierto que los bosques son oscuros,
que tienen telarañas por demás,
que abunda la maleza, y las palomas
no suelen ver su sitio de jugar.

Se dice que en el campo los trigales
se tumban, por el suelo, como un flan,
no así las campanillas, temblorosas,
de algunas margaritas del lugar.

Es cierto que los niños las recogen,
y luego con ternura, se las dan,
al padre y a la madre que los mira
y entiende ese detalle como tal.

Se dice que, en los días de verano,
las aguas de los montes van al mar,
ya bajan revoltosas por los ríos
envueltas en crisol y tafetán.

Es cierto que la nieve, indiferente,
destila, lentamente y sin cesar,
cristales con sus gotas diminutas
que son como legañas de un fanal.

Se dice que las noches, tras los días,
son brumas con abrazos de azafrán,
y encienden las estrellas de los cielos
y llevan las gaviotas al nidal.

Es cierto que los hombres y los niños,
precisan carantoñas y algo más,
también las mariposas, juguetonas,
que sueñan y no cesan de volar.

"...Por ello yo me centro en los poemas,
las rimas que me agradan, de verdad,
los versos y suspiros de tus labios
que quiero y que deseo para amar..."

Rafael Sánchez Ortega ©
09/06/16

SERÁS...

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Serás la rosa
de mi escritorio,
serás el verso
de mi canción.

Serás, si quieres,
también mi risa,
la nota dulce
que busque al sol.

Serás la fuente
que mane presta,
la gota altiva
que de frescor.

Serás el cáliz
con sangre pura,
la copa ardiente
de la pasión.

Serás el día,
serás la noche,
la luz que brille
bajo el farol.

Serás pegaso
en nube blanca,
darás mil vueltas
sin ton ni son.

Serás la luna,
serás estrella
y el arco iris
de mi reloj.

Serás campana
en alta torre,
con vieja iglesia
tu alrededor.

Serás montaña,
también colina,
serás otero
que escuche a Dios.

Serás sirena
con linda cola,
y hasta los mares
darás color.

Serás estela
de mil navíos,
serás grumete,
serás patrón.

Serás la senda
del caminante,
y del poeta
serás su amor.

"...Serás entonces,
tras todo esto,
el beso ansiado
que busque yo.

Porque tú eres
a quien yo quiero,
y por quien late
mi corazón..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/06/16

QUIZÁS EL VIENTO...

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Quizás el viento
me de tu aroma,
quizás la luna
traiga tu amor.

No sé mi niña,
no sé decirte,
la interrogante
de esta canción.

Será la brisa,
será el verano,
será la rueda
de mi reloj.

Porque ella marca
los segunderos,
también las horas
y sin rubor.

Pasab los días,
luego los meses
y hasta los años
dicen adiós.

Por eso el viento,
nuestro nordeste,
me da su abrazo
y en él candor.

Las golondrinas
traen filigranas,
y las destejen
en el balcón.

Allí la abuela
zurce despacio,
con ojos tiernos
de azul color.

Luego se para,
reza el rosario
y hasta sonríe
su corazón.

Hay un suspiro
que deja al viento,
y una paloma
traerá la flor.

La campanilla
ya va sonando
como una rosa
de tornasol.

Se va la tarde,
llega la noche,
hay una luna
que busca a Dios.

"...Por eso río,
por eso canto,
con este viento
tan protector.

Con esta luna
de pura plata,
cuya inocencia
la quiero yo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
07/06/16

DECIR ADIÓS...

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Decir adiós es algo que intimida
que cierra los postigos y ventanas,
que llena el corazón de sensaciones
y envuelve realidad con telarañas.

Porque el adiós, a Dios, es algo fuerte
que lleva y que conduce hacia la nada,
que rompe los pasados y futuros
y marca los presentes con su raya.

Pero decir adiós a una persona,
al ser que va contigo y al que amas,
es renegar del Dios que llevas dentro
y mueve los latidos de tu alma.

A veces nos decimos en la calle
adioses con suspiros y palabras,
y son como palomas mensajeras
las voces que se emiten y se apagan.

Mas es en el silencio donde quedan
adioses cual palomas enterradas,
y puede que desprecios muy velados
en forma de rocíos y legañas.

Y el Dios que has renegado se revuelve,
no admite esos adioses por su causa,
prefiere la verdad a la mentira
del hombre que la lleva en su garganta.

Digamos el adiós con sentimiento,
miremos a los ojos del que marcha,
busquemos en sus labios la sonrisa
conscientes del saludo que nos manda.

Adiós a los recuerdos y al pasado,
adiós a las pasiones ya lejanas,
adioses que se van y que no vuelven,
igual que el mar con olas y resacas.

"...Decir adiós es simple, como un verso,
que nace, que pervive y deshilacha
la pura concepción de nuestra vida
y el acto con que Dios nos da la infancia..."

Rafael Sánchez Ortega ©
06/06/16

NO ES UN DÍA CUALQUIERA...

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No es un día cualquiera
ni tampoco especial,
es un día sin nombre
y hasta un tanto vulgar.

Te levantas temprano
y se apaga el fanal,
la atalaya está firme
en su trono y lugar.

Allá arriba, en la costa,
su silueta nos da,
referencia constante
de ese puerto al que van.

La trainera cansada
y hasta haciendo zig-zag,
con marinos, que a bordo,
seguirán su bogar.

La galerna se acerca
y el feroz temporal,
va dejando zarpazos,
maretazos sin más.

Ya se van las gaviotas,
cormorán y alcatraz,
a la costa cercana
a buscar su nidal.

Mientras tanto los remos
seguirán su cantar,
que el marino asustado
trazará en su final.

En el puerto bendito
la Barquera estará,
esperando a sus hombres
y también a su pan.

"...No es un día cualquiera
y lo sabe el rapaz,
hoy sus padres remando
a sus madres verán..."

Rafael Sánchez Ortega ©
05/06/16

SONABAN LAS AGUAS...

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Sonaban las aguas
del río bramando,
y abajo, en el pueblo
vibraba un tambor.

Sus sones distintos
tenían nostalgias,
quizás alegrías
carentes de voz.

Arriba, en el cielo,
nacían estrellas,
en noche profunda
de negra pasión.

Un barco en el puerto
dormía tranquilo,
sus velas plegadas
mirando a babor.

Y tú te reías
buscando la luna,
con cara de plata
y estela de sol.

Las luces del pueblo
también se encendían,
mostrando su encanto,
su luz y candor.

La iglesia, en penumbra,
también las campanas,
la torre en silencio
y el viejo reloj.

No marca las horas
ni mide la vida,
allí se ha quedado
como un girasol.

"...Y yo, ante tu puerta,
buscaba ese río,
sus aguas bravías,
tu voz y tu amor..."

Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/16

AL DESPERTAR...

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Al despertar, de nuevo, en este otoño,
la juventud reclama su añoranza,
es esa sensación inenarrable
que surge en las entrañas y las almas.

Se mira hacia el invierno, tan cercano,
se evocan primaveras, con nostalgia,
se tiembla con el viento del oeste
y luego se prosigue la jornada.

La vida se compone de momentos,
de nieves en las cimas más lejanas,
galernas precediendo a los estíos,
instantes de tormenta y marejadas.

Afuera, a nuestro lado, las aceras
se cruzan y parecen telarañas,
los hombres las recorren lentamente
y en ellas van dejando sus pisadas.

Se alzan las persianas de las tiendas
y muestran los objetos y quincallas,
también las librerías infantiles
y aquellas con las ropas y las faldas.

Se ofrece a nuestros ojos, ese otoño,
el mundo de la moda y de la magia,
el mismo que atenaza los sentidos
del hombre prisionero de sus garras.

Porque es la propaganda la que prima
y vuela como norma en la palabra,
llevando a consumir lo que no quieres
por medio de ese gancho que te atrapa.

Maldita conmoción la de la mente
sumida en el consumo y propaganda,
se olvida de los hombres y los niños
y tantas primaveras con sus lágrimas.

"...Al despertar, de nuevo, me pregunto,
la causa y el motivo de esta gracia,
no quiero libertad con condiciones
si acaso ser la flor en tu ventana..."

Rafael Sánchez Ortega ©
03/06/16

ME GUSTA TU MIRADA...

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Me gusta tu mirada
buscando el infinito,
tus ojos soñolientos
son gotas del rocío.

Parece que la vida
recobra su sentido,
al sol del la alborada
que surge de improviso.

Despiertan los jardines
con rosas y narcisos,
también las amapolas
desvelan su cariño.

Pequeñas nimiedades
que son como un racimo,
de flores presurosas
y versos escogidos.

Por eso tu mirada
resiste bien el frío,
también los nubarrones
de oscuro colorido.

Yo busco en tus pupilas
el canto del estío,
la tierna primavera
y lo hago con sigilo.

No quiero despojarte
tampoco del destino,
que marca tus senderos
con canto de los grillos.

Revuelan mariposas
que alteran los sentidos,
tú, en cambio, te estremeces,
queriendo ver tu sino.

"...Me gusta tu mirada
y sé bien lo que digo,
y robo de tus labios
un beso y un latido..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/06/16

TÚ ESCUCHA A LA NOCHE...

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Tú escucha a la noche, querida mía,
no pienses en relatos y novelas,
entiende que las sombras son un muro
tejido por las brumas y las nieblas.

Quizás en el silencio esté la clave,
la llave que permita abrir la puerta,
el broche perseguido desde siempre
y el brillo que reluce en la diadema.

Tú tienes solución a las preguntas,
la nota para oír esas respuestas,
la brisa que acaricia los sentidos
y el leve ronroneo que las deja.

Pero es la soledad la que traspasa
el frío palpitar de las tinieblas,
fragmentos de un adagio surrealista
y sendas de caminos sin fronteras.

No sé dónde se esconden las palabras,
es fácil que no existan las ideas,
tampoco entre los labios temblorosos
del hombre que camina con linterna.

Porque es el corazón, tan remendado,
el faro que deslumbra y que destella,
el mismo que te llama en esta noche
y lleva tus pisadas a la arena.

Escucha sus palabras, dulcemente,
y piensa, sin dudar, en lo que encierran,
la noche tiene encanto y fantasía
y siempre te dará lo que deseas.

No temas a las sombras y las dudas,
remueve tus cenizas y despierta,
atiende a los latidos de tu alma
y escucha entre las mismos el poema.

"...Te pido, por favor, querida mía
que atiendas a la noche y las estrellas,
recojas del silencio tantos sueños
y duermas, junto a mí, con tu inocencia..."

Rafael Sánchez Ortega ©
01/06/16

ERA UN ÁRBOL...

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Era un árbol, que en el bosque se encontraba,
una humilde figurita de cartón,
era un tronco que se alzaba hacia los cielos
y unas ramas muy oscuras de color.

Unas sombras empañaban su destino,
como estelas de una nave sin timón,
se elevaban, con ternura, desde el suelo
y dejaban en las hojas su candor.

Con el sol que se colaba, entre sus ramas,
filigranas dibujaba con tesón,
en las sendas y caminos de los elfos
telarañas separaba con ardor.

Unas hadas caprichosas le miraban
y entonaban mil canciones con su voz,
sonreían y bailaban sin descanso
pregonando su locura alrededor.

Yo miraba embebecido aquella escena
con un poco de cariño y de emoción,
recordaba las leyendas de la infancia
y los cuentos, junto al fuego y el calor.

Eran tiempos de pobreza y padrenuestros,
eran años de tristeza y tentación,
sin embargo los recuerdos aún perviven
aunque pasen los minutos del reloj.

Es por eso que me planto en ese bosque,
donde el tiempo se ha parado con razón,
porque existe poesía en nuestras almas
y en la vida, margaritas, sin rubor.

Yo no sé la cantinela que contienen,
pero sé que se acelera el corazón,
cuando pienso, cuando siento y te recuerdo
y te busco en las praderas del amor.

"...Era un árbol, solitario, un viejo roble,
un viajero de la vida como yo,
y por eso, con tu nombre en la mirada,
lo he abrazado y he besado con pasión..."

Rafael Sánchez Ortega ©
31/05/16

TRAS AQUELLA PUERTA...

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Tras aquella puerta,
de finos relieves,
estaba la luna
en cuarto creciente.

Tenía su encanto,
sonrisa de nieve,
la linda figura
que el cielo la mece.

Estaba en un techo
de estrellas celestes,
mirando a los mares
con ceño silente.

Y yo la veía
que iba y que viene,
llevando los sueños
al niño que duerme.

Cantaba canciones,
poemas muy breves,
sus labios de plata
con gestos prudentes.

Abajo, en la tierra,
pasaban los trenes,
cruzaban las vías
mil sombras candentes.

Las flores del campo
cuidaban el césped,
sus pétalos suaves
cerraban sus sienes.

Y arriba, la luna,
seguía en sus trece,
cantando y mimando
al niño que duerme.

"...Tras aquella puerta
hay lindos claveles
y un rostro de plata
pidiendo le besen..."

Rafael Sánchez Ortega ©
30/05/16

¡QUÉ EXTRAÑA SENSACIÓN...!

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¡Qué extraña sensación, cuánto delirio,
producen tus palabras en mi mente!,
igual que las palomas de los campos
buscando en los trigales a la nieve.

No sé de sortilegios y de olivos,
tampoco de tomillo y de laureles,
quizás de madreselvas encantadas
que encuentro mientras cuido en los parterres.

Serán las cenicientas de los cuentos,
los broches que mostraban los claveles,
las tiernas campanillas de tus ojos
y el labio tembloroso que mantienes.

Será la primavera desatada,
el sol, en su fulgor, cuando amanece,
la sangre derramada por los cielos
en nubes agridulces que preceden.

Es fácil que confunda los estilos,
y mezcle los colores del nordeste,
con otros de cadencias infantiles
que dicen, en su brisa, lo que eres.

"Un hombre que camina solitario,
que busca en el silencio lo que tiene,
mil sueños que desbordan su cabeza
y un verso entre sus dedos inocentes"

Camina por senderos ignorados
queriendo conseguir viejos placeres,
los sueños y resacas que han nacido
tratando de encontrar ese relente.

Por eso las quimeras son fecundas
y abundan, en las mismas, los cipreses,
con ojos soñolientos y cansados
que anuncian, con sus rasgos, a la muerte.

"...¡Qué extraña sensación, cuánto misterio,
saciar, en esta vida, su suspense!,
la eterna melodía de los días
y el labio prometido que nos quiere..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/05/16

CUANDO BUSCAS EN EL CIELO...

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Cuando buscas en el cielo la respuesta
y no sabes, ni siquiera, lo que pasa,
es posible que te encuentres confundido
y que llames a la puerta equivocada.

Es un sueño que confundas las estrellas
con cometas y galaxias muy lejanas,
aunque puede que las mezcles con los faros
y las llamas que recuerdas con nostalgia.

Así nacen los gorriones en la mente
y también las mariposas en las almas,
y se funden, en su vuelo, las alondras,
con un surco que renueva las pizarras.

Golondrinas, candorosas, de un verano,
que se agota, que termina y que se pasa,
van llegando a las terrazas y balcones
con el dulce castañeo de sus alas.

Cuando buscas en el cielo las señales
de ese estío y del verano que se marcha,
las confundes con la tarde que termina
y el otoño que se acerca a la ventana.

Es un sueño que te nace desde adentro,
un acorde y una cuerda de guitarra,
un piano que te eleva al infinito
y un violín, que en el silencio, se desgarra.

Así nacen los poetas silenciosos
y los versos en pupila enamorada,
para ser los transmisores y la esencia
de ese néctar tan sabroso que se cata.

Marionetas de los versos y los sueños
son los hombres que perviven y trabajan,
muchas veces sin saber por qué motivo
y otras pocas por carencias y por nada.

"...Cuando buscas en el cielo las estrellas,
como un niño soñador, busca una nana,
es entonces cuando sientes los latidos
de ese hermoso corazón al que tú amas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
28/05/16

ME TIEMBLA EL CORAZÓN...

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Me tiembla el corazón
y es como un niño,
jugando en pleamar
en aquel río.

No sé que habrá que hacer
con su cariño,
quizás tanta emoción
sea un suplicio.

¡Bendita bajamar!,
también me digo,
¡bendita sensación!
sentir que vivo.

Es algo singular
estar tranquilo,
un verso y una flor,
cantar conmigo.

Me tiembla el corazón,
hoy te repito,
no tengo ya el placer
en mi camino.

Existe una canción,
un tierno libro,
un verso de cristal,
soñar contigo.

Buscar esa estación,
el bus amigo,
asiento en que viajar
a mi destino.

Y allí te encontraré
con tu vestido,
tus labios temblarán
al beso mío.

"...Me tiembla el corazón
de amor ungido,
tu pecho temblará
y no de frío..."

Rafael Sánchez Ortega ©
27/05/16

SE HAN VESTIDO...

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Se han vestido de gala los ciruelos
para dar un paseo por la tierra,
y es aquí donde enseñan su donaire,
con sus hojas floridas y tan bellas.

Y es así como el hombre se conmueve,
al sentir y aspirar la primavera,
aunque sea mirando el colorido
de este árbol, de fruta, que lo muestra.

Porque son los renglones sacrosantos,
esos versos que dejan las estrellas,
por la mano, sin nombre, del Maestro,
de este cuadro que plasma en un poema.

Temporales que tiemblan con el aire,
se convierten, con furia, en mil galernas,
como azote del mar y de los hombres
que hacia el puerto encaminan sus traineras.

Se han vestido de gala los almendros
y se suman, gozosos, a la fiesta,
aumentando la gracia y la hermosura
de ese lienzo surgido tras la niebla.

Porque es cierto que llega la alborada,
que la bruma y la noche se repliegan,
que en las ramas ya cantan los jilgueros
desplegando caricias muy diversas.

Un reguero de paz nos enternece
produciendo en el alma la ceguera,
ese sueño producto de los dioses
que los niños reciben tan de cerca.

A su lado dormita el firmamento,
y una luna preciosa ya se aleja;
va a llevar el mensaje y su blancura
a otros mundos lejanos, sin fronteras.

"...Se han vestido de gala los humanos
para ser los actores de la gleba,
ese centro, latente, de la vida
y la sangre que corra por sus venas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
26/05/16

MELODÍAS INCONCLUSAS...

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Melodías inconclusas
de una nueva primavera,
son las gotas del rocio
cual preciosas candilejas.

Bambolinas infantiles
que no alteran la conciencia,
son las rayas, que sesgadas,
por el cielo se despliegan.

Así son los sentimientos,
las palabras tan sinceras,
de los ojos infantiles
con su carga de inocencia.

Unas garzas en el campo
van buscando la merienda,
tras las vacas, cabizbajas,
que se afanan con la hierba.

Es la eterna melodía
de la vida y de la tierra,
con los hombres afanados
en trabajos y tareas.

Unos niños, a lo lejos,
dejan huellas en la arena,
construyendo sus castillos
y soñando con princesas.

No sé bien lo que seduce
a la infancia con sus tretas,
ni tampoco a los mayores
con reclamos y promesas.

Pueden ser las carantoñas
y también las piruletas,
o los ojos inocentes
del que escribe con paciencia.

"...Melodías de los dioses,
sinfonías de sirenas,
caracolas de los mares
yo os entrego mi poema..."

Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 25/05/16

NO ME DIGAS AMOR...

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No me digas Amor lo que yo siento
ya que quiero vivir, tocar el cielo,
y embriagarme de luz, temblar entero,
cuando sienta a tu piel beber mis besos.

Es bonito soñar un dulce sueño,
y volar y correr detrás de un ciervo,
escuchar la canción del bosque entero,
donde robles y hayas forman dueto.

Sensación irreal que traza el tiempo,
con granitos de anís, whisky y pomelo,
una extraña quietud, un soplo intenso,
una mano que duda busca el cuerpo.

Porque estás y no estás y así te quiero,
peregrina en la tarde, rostro inquieto,
una luz de tus ojos, mi consuelo,
y también la palabra que oigo luego.

Has sabido llegar con tu silencio
hasta mi corazón, en este puerto,
tan repleto de azul y tan coqueto
que parece un souflé, un postre apuesto.

Eres bosque y jardín, con hada y elfo,
un guarismo sin más, número incierto,
ribombante inquietud, vestido inquieto,
que aligera las almas de los miedos.

Eres fuente en el mar, ola en el cierzo,
la trainera en el campo, el trigo al puerto,
porque arriba, la noche, escribe versos,
con renglones torcidos de Dios dentro.

Un poema, sin más, encoge el pecho,
un suspiro sutil, me deja el viento,
y no sé qué decir, estoy locuelo
al leer esta carta en tu cuaderno.

"...No me digas Amor, que estoy despierto,
porque quiero soñar, ser tu escudero,
caballero andaluz, quizás manchego,
y al final un juglar, quizás ni eso..."

Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 24/05/16

ME DICEN...

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Me dicen que te han visto por el parque,
vestida con tu traje más bonito,
preciosa margarita en primavera,
que inundas a los ojos de cariño.

Se encienden las pasiones más osadas
y vuelven a surgir nuevos suspiros,
florecen en el campo los rosales
y tiemblan con su carga de rocío.

Los ojos del poeta se iluminan,
no saben de ilusiones y caminos,
si acaso de pisadas en la nieve
dejadas por obispos y concilios.

Llevemos la lectura hacia el ocaso,
busquemos esos textos nunca escritos,
tomemos la textura de su esencia
y el verso de cristal de tantos libros.

Me dicen que te han visto por la playa
buscando entre las algas tu destino,
preciosa mariposa de colores
y eterna Pimpinela de los niños.

No sabes la fortuna que tu tienes
de ser la mensajera de su oído,
la musa que se posa por su pecho,
y el beso encadenado en sus ojitos.

Los niños no distinguen de colores
pues tienen arcoíris retenidos,
algunos forman parte del paisaje
y el resto por los bosques infinitos.

Así las mariposas encantadas
resurgen con la paz, en los vinilos,
los niños tararean dulcemente,
los hombres las reciben con alivio.

"...Me dicen que te han visto en un poema,
ferviente Robin Hood, de los mendigos,
yo digo que son bromas esos versos
y tú eres la razón por la que escribo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
23/05/16

PARECE SER...

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Parece ser que el tiempo no acompaña
al hombre que soñaba con estrellas,
y solo, en el silencio de la noche,
se queda con sus rimas y poemas.

Silencio en los pasillos y la sala,
eterna soledad de la conciencia,
afuera, en la negrura de la noche,
destacan multitud de candilejas.

Luciérnagas que asoman en el valle,
puntitos de bombillas con su estela,
farolas en caminos tortuosos,
belenes de ciudades en mi tierra.

Aspiro los perfumes de la noche
y saco, entre jirones, sus leyendas,
los seres engendrados por las mentes
llevados al papel y a la novela.

Disfruta con el verso enamorado,
curioso narrador, en noche eterna,
tú tienes la exclusiva del momento
y debes apurar todo este néctar.

Despeja las legañas de tu alma
y vuela como un mirlo en la pradera,
atento a los dictados de la noche
y al niño soñador, con su cometa.

Revuelve las basuras y vertidos
y busca, entre las mismas, lo que queda,
la noche, las migajas y la bruma,
y un fondo de nostalgia por la arena.

Las olas ya se muestran caprichosas,
estiran por la playa sus melenas,
la noche les abraza dulcemente
y escucha sus canciones muy atenta.

"...Eterno soñador, que en esta noche,
buscabas, como tantos, las estrellas,
ignoras que ese cielo que tú buscas
se encuentra, tembloroso, entre tus letras..."

Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 22/05/16

POR UN DÍA DE SILENCIO...

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Por un día de silencio
hay mil lágrimas vertidas,
son palabras mal sonantes
como rosas ya marchitas.

No nos valen las excusas
ni el sabor de las heridas,
ni tampoco los laureles
por batallas infinitas.

Es muy dura la tristeza
que te roba la alegría,
y el silencio, sin palabras,
que te llega con la brisa.

Es posible que una tarde
confiaras tu barbilla,
a unos labios seductores
y pletóricos de vida.

Compartisteis mil sabores
por las sendas y las rimas,
un poema, con sus versos,
y una vida malherida.

Pero un día, aquella tarde,
fue un recuerdo en la buhardilla,
una mota de nostalgia
y una sombra en cada esquina.

Y se abrieron las compuertas
y las lágrimas huían,
se bajaban por el rostro
a la tierra que suspira.

Ya se escuchan cascabeles
y hasta suenan las mentiras,
las promesas y los sueños
de la gente tan sencilla.

"...Por un día de silencio,
es posible que te digas,
nada pasa, nada ocurre
aunque muera tu sonrisa..."

Rafael Sánchez Ortega ©
21/05/16

YA VAN LLEGANDO LAS OLAS...

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Ya van llegando las olas,
a la playa, en pleamar,
pero con ellas no vienen
las sonrisas de cristal.

Unas sirenas preciosas
se pusieron a nadar,
entre rocas y entre algas
con la luna de fanal.

Y en la orilla una princesa,
una niña de ciudad,
rescataba los rumores
de esta orquesta singular.

A lo lejos unas luces,
unos ojos sin edad,
unos barcos que entrecruzan
sus destinos y su sal.

Es por eso que se emplean
tantos ratos en jugar,
caracolas y grumetes
con cometas que se van.

Los recuerdos de los hombres
no se sabe dónde están,
puede ser que en la ribera
o en la plaza del lugar.

Por si acaso están atentas
las gaviotas al sedal,
que se lanzan con las cañas
y carnada de atrapar.

Rompe el cielo con suspiros,
¡la tormenta llega yá!,
un adagio de emociones
y una orquesta de verdad.

"...Ya van llegando las olas
y traineras de pescar,
las primeras muy furiosas,
las segundas sin caudal..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/16

HOY QUIERO...

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Hoy quiero abrazarte, acariciarte
y apretarte contra mi
para decirte así, cuánto te quiero.

Con los ojos cerrados buscaré tu cuerpo
con mis manos,
dejaré que mis dedos dibujen unos versos
por tu piel
y les diré que vayan plasmando, letra a letra,
el mensaje imborrable del cariño
y el amor que quisiera transmitirte.

Es hermoso sentir tu presencia entre mis brazos,
y no quiero despertar, ni despertarte,
de este sueño.
Quiero que siga y que prosiga cada día
y que su latido fortalezca nuestras almas
para que la mía sienta a la tuya gritar,
sentir, pedir y rogar que la bese,
que la abrace, que la ame
y que la mire profundamente a esos ojos maravillosos
que están pidiendo simplemente una caricia,
un beso y una "nana".

Porque tu abrazo es un latido impetuoso,
una transfusión de vida,
una corriente con mil resacas en la playa,
un huracán deshilvanado que desata
las pasiones,
un volcán a la deriva deslizándose
por una montaña nevada,
y tú, allí, en medio,
mirando y gritando mi nombre,
y yo, aquí, extendiendo mi mano para tomar la tuya,
para sentir tus dedos con los míos
en una comunión irreversible.

...Te abrazo, sí, y te digo "buenos días".
Abro los ojos y te saludo con un beso interminable,
para luego recorrer tu piel con mis labios
y hacerla estremecer eternamente.

Por eso quiero abrazarte y apretarte,
para sentirte a mi lado y tan cerca,
que esa unión sea indivisible
y haga que nuestros cuerpos se junten
en un solo sentimiento, en una sola pasión,
en un solo segundo, hasta el fin de los tiempos.

Rafael Sánchez Ortega ©
19/05/16

AQUELLAS MARGARITAS...

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Aquellas margaritas,
de eterna primavera,
dejaban sensaciones
de forma muy diversa.

Llegaban a los ojos
los cuentos y leyendas,
leídos en la infancia,
contados por la abuela.

Venían con la brisa
los pétalos violetas,
las risas y los llantos
con lágrimas de cera.

Pequeños saltamontes
poblaban las veredas,
ansiosos, como niños,
de estar en las praderas.

Aquellas margaritas,
preludio de mil fiestas,
mostraban sus encantos
a fuer de ser princesas.

Benditas sensaciones
dejaban las estrellas,
los niños las miraban,
buscando los cometas.

Coquetas mariposas,
audaces y traviesas,
venían a los campos
a ser sus pimpinelas.

Un mundo de contrastes
de luz y de paciencia,
llegaba hasta las almas
sin rima ni poemas.

"...Aquellas margaritas
estaban muy despiertas,
igual que nuestros sueños
marchando tras de ellas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/05/16