QUISE ROBAR A LA LUNA

Quise robar a la luna
esa blancura que guarda,
pero la luna coqueta
se deslizó sobre el agua.

Entonces vi su reflejo
y quise presto atraparla,
pero la bruma del lago
me la cubrió con su capa.

Fueron minutos eternos
los que buscó mi mirada,
tras la cortina de niebla
buscando esa luz tan blanca.

Porque su luz, que es eterna,
lleva blancura dorada
y hasta la nieve se funde
para besar las montañas.

Quise robar a la luna
un corazón sin nostalgia,
unos suspiros divinos
y una canción de esperanza.

Pero la luna menguante
ganas tenía de cama,
y sus ojitos tan lindos
con pena ya los cerraba.

Estaba el lago en silencio,
dormían quietas las barcas,
y la lunita lunera,
una canción musitaba.

Era el arrullo del viento
como una brisa preciada,
besos que van a la luna,
luna que busca mi alma.

Quise robar a la luna
ese rasgar de guitarras,
esa canción al silencio
y ese rumor de las plantas.

Pero la luna del cielo
era una luna gitana,
linda melena tenía,
blanca su faz y su cara.

Y me quedé fascinado,
con esa luna lejana,
con esos ojos preciosos
que mis pupilas buscaban.

Hubo un suspiro de nuevo,
era el rumor de una nana,
la que cantaba la luna
mientras mi cuerpo aneaba.

"...Quise robar a la luna,
pero la luna tan sabia,
llevó mi alma a su lado
y me quedé sin palabras..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/10

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