4.768 - Y TE MARCHASTE...



...Y te marchaste, amor

y me quedé con tu figura 

prendida entre las lágrimas de mis ojos.


Yo intuía que esto iba a pasar

y que me quedaría rodeado de la soledad,

esa amiga, inseparable, 

que siempre estuvo a mi lado,

con sus caricias desde el silencio.


Y así sucedió y te marchaste.

Me quedé desnudo

con la mirada perdida en las estrellas

que había perseguido para ti.


Pequeñas mariposas 

revolotearon en mi alma,

y me quedé solo,

aquí y donde me abandonaste,

y en este lugar sigo.


Ahora lo pienso 

y me digo que siempre recordaré

aquellos momentos compartidos, 

mal que me pese,

porque te amé con todo mi corazón,

y aún te sigo amando.


Vuelvo a recordar la desnudez de tu alma

ante la mía,

el olor a canela de tu cabello

que penetraba en mis sentidos

y me hacía estremecer,

tu risa cantarina que era un dúo

de la fuente y de las aves tan cercanas,

la sonrisa de tus labios

que pedían, a los míos 

unos besos, sin palabras,

y la mano, con tus dedos, 

que buscaba entre las mías, 

el calor de la sangre acelerada,

la pasión, mal contenida de unos ojos, 

que buscaban por el cielo

las estrellas y los sueños...


Pero te fuiste, amor,

y te marchaste, sin aviso, en el otoño.


Ya no hay tiempo para mirar y buscar,

las causas ni motivos,

ni tampoco reprocharse del pasado.


Hace frío y hay cenizas en el alma,

porque todo se acabó, y te perdí.


Ahora duele el alma y sangra,

pero sigo resistiendo, 

lo intento, 

¡necesito vivir!, 

aunque la vida se me escape,

y solo sea una sombra y espejismo 

lo que veo 

y se refleje en la luna del espejo, 

en la mañana...!


Rafael Sánchez Ortega ©

02/08/21

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