5.478 - LA ROSA BLANCA...



La rosa blanca

estaba, temblorosa,

ante sus ojos.


En el jardín

se alzaba y destacaba

en un rosal.


Ibas con ganas

de cortar y tomarla

como regalo.


Pero sentiste

un dulce escalofrío

y la dejaste.


¡Que siga viva,

mostrando su belleza

a quien la mire!


Y siguió ella 

tan bella y tan lozana

por unas horas.


Al otro día 

pasaste por su lado.

Te sorprendiste.


Sus bellos pétalos

estaban marchitándose

poquito a poco.


Y la sonrisa

y el beso de tus labios

también lo hicieron.


¡Qué poco dura

la gracia y la belleza

que nos regalan!


Rafael Sánchez Ortega ©

17/05/23


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