6.397 - EL CEMENTERIO...
El cementerio,
con tumbas y con nichos
hoy nos espera.
Es el adiós,
al cuerpo del amigo
y del hermano.
Descansará
en un sueño infinito
con los cipreses.
Porque su tren
cargado de ilusiones
llegó al final.
Una estación
con salas sibilinas
de color blanco.
Y en una de ellas,
después de duros días,
cerró los ojos.
Te vas, lo sé,
pero también sé que
quedas con nosotros.
En el recuerdo
los frutos de la huerta
con los tomates.
Y tu sonrisa
y palabras sinceras
que no olvidamos.
Un fuerte abrazo,
te mando en este día
adonde vas.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/25
6.396 - YA SE CUBRIÓ...
Ya se cubrió
la tarde con el manto
de oscura noche.
Afuera llueve,
lo hace fuertemente,
también graniza.
Es un aviso,
del tiempo en este otoño,
sobre el invierno.
Ya se divisan
las barbas del invierno,
en las montañas.
Y es que diciembre
está ya muy cercano
y navidades.
Se pasa el tiempo,
galopa con nosotros,
en frenesí.
Hay una brisa
que mueve las banderas
y el corazón.
Llega la bruma,
con lluvia y con granizo.
la vida sigue...
Rafael Sánchez Ortega ©
22/11/25
6.395 - SE ENCOGE EL N IÑO...
Se encoge el niño.
Hay lluvia en los caminos
que asusta un poco.
Avanza otoño,
se estira con noviembre
y ya bosteza.
Es con el agua
que mandan de los cielos
las nubes negras.
Termina el cole
y salen de las aulas
los escolares.
Por eso, el niño,
no sabe si mojarse
volviendo a casa.
Quizás le riñan
o puede que le digan
otras palabras.
Como que hubiera
esperado la escampada,
que llegaría.
Pero las prisas,
pensando en la merienda,
no razonaron.
Y se mojó,
nuestro niño, y lo lamenta,
pero ya es tarde.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/25
6.394 - UN DÍA NUEVO...
Un día nuevo
despierta en la mañana
para los hombres.
Página en blanco,
con horas y minutos
por describir.
El sol despierta
y aparta sus legañas
tímidamente.
Se abren ventanas,
se corren las cortinas.
¡Que entre la luz!
Y que nos traiga
la gran interrogante
del nuevo día.
Para escribirla,
plasmarla, relatarla
en el diario.
Ese cuaderno
que va con nuestra alma
en nuestro pecho.
Vibra la sangre
a impulsos y latidos
del corazón.
Surge la magia,
el mundo cobra vida,
y nos subyuga.
Tú te despiertas
y aceptas la caricia
de la alborada.
Vuelve la vida,
despides a la noche
y empieza el drama.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/11/25
6.393 - LA CUENTA ATRÁS...
La cuenta atrás
de un mundo que agoniza
en pleno otoño.
Porque es un mundo,
el hombre al que dedico
estas palabras.
Dejo los versos
la prosa y la metáfora
para otros días.
Veo unos ojos,
se apaga la mirada,
llega el silencio.
Tierras aradas
en pieles arrugadas
y amortizadas.
Campos y montes,
la huerta de sus manos,
todo fue vida.
Un nuevo mundo
brotaba de sus dedos
con mil latidos.
...Y ahora descansan,
se van sin un susurro
hacia el invierno.
Llega la hora,
la luz de las pupilas
tiemblan un poco.
Se va la vida.
Un mundo se estremece
y va a otro mundo.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/11/25
6.392 - TE VI EN UN INSTANTE...
Te vi un instante,
volando, mariposa,
por mi jardín.
El dulce vuelo,
nervioso de tus alas,
me cautivó.
Con tu vestido,
de otoño y amarillo,
te vi pasar.
Y con tus giros,
un baile, ante mis ojos,
me dedicaste.
Nació, de nuevo,
un verso de mis labios
que te ofrecí.
Desde el silencio,
profundo de mi pecho,
brotó la risa.
Te sonreí,
te dije que te quiero,
y luego adiós.
Adiós, pequeña,
no olvides que el invierno
está muy cerca.
Pero tú, siempre,
serás la mariposa,
de mi sonrisa.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/11/25
6.391 - NUBES Y SOMBRAS...
Nubes y sombras
percibo en esta etapa
que es el final.
Veo las nubes,
desnudas, sin vestidos,
y algo borrosas.
Luego, las sombras,
de noche, las abrigan
y sustituyen.
El cuerpo tiembla.
Hay frío del relente
y de la noche.
El alma busca,
también, entre las sombras
algo de luz.
Quizás la luna,
oculta entre recuerdos
muy apagados.
O las estrellas
que guardan sus faroles
para otros ojos.
Los pensamientos
se nublan y oscurecen
en esta etapa.
Es el final,
del tiempo y de las rosas,
dicen las sombras.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/11/25
6.390 - HOMBRES DE PAJA...
Hombres de paja,
perfectas marionetas
del egoísmo.
Somos nosotros
igual que espantapájaros
en las campiñas.
Pero no asustan.
Nosotros no asustamos,
somos recuerdos.
¿Recuerdas cuánto
hace que no ves
espantapájaros?
Y es que volvieron
al libro y a la mente
de sus autores.
Eran vivencias,
instantes de la infancia,
con su ternura.
Yo los recuerdo
y surgen en mi pecho
de vez en cuando.
Pero me siento,
cual niño en un desierto
y sin oasis.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/11/25
6.389 - PIDO DISCULPAS...
Pido disculpas
por no estar con vosotros
en estos días.
Pero un suceso,
de cerca, me reclama,
y a él me entrego.
Seguís conmigo.
Os sigo en las entregas
que relatáis.
Y veo letras,
poemas y relatos
que ven la vida.
Son vuestros versos,
retales de un otoño
que va avanzando.
En esta etapa
y en esta larga espera,
pido disculpas.
...Y doy las gracias,
también por las reseñas
que me pasáis.
Gracias amigos
pues veo el comentario
con la amistad.
Quizás, un día,
sonría y os escriba
como deseo.
Por eso, un abrazo,
os mando en esta tarde
y en estas letras.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/11/25
6.388 - EN UN SILLÓN...
En un sillón,
tu cuerpo descansaba
ante mis ojos.
Eras, gatita,
la reina de la casa
y lo sabías.
Buscabas mimos,
la mano y la caricia,
sobre tus lomos.
Tu pelo suave,
sutil y delicado
tenía embrujo.
Y eras el centro
la nota que, en la casa,
daba alegría.
Pero un buen día,
te fuiste y nos dejaste
con mucha pena.
Y nos quedamos
con fotos y recuerdos
de travesuras.
Èramos niños,
con cuerpo de mayores
y su inocencia.
Y nos dejaste
tus ojos y siluetas
en los rincones.
Hoy, el sillón,
reclama tu presencia,
y yo suspiro.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/11/25
6.387 - ESCUCHO AL VIENTO...
Escucho al viento
que en forma de galerna
lanza bramidos.
Son los susurros
que toma de los robles
y de las calles.
Viejos relatos,
de idioma incomprensible,
nos va dejando.
Y los suspiros,
se ahogan y se apagan,
tras las ventanas.
Hay mucha bruma
que lanza a los oídos
su melodía.
Y en plena noche
puntean los cristales
su eterna música.
"Soy la galerna
y agito tu conciencia,
una vez más".
Rafael Sánchez Ortega ©
13/11/25
6.386 - AQUELLOS DÍAS...
Aquellos días,
preciosos, de la infancia,
no los olvido.
Aquellos ratos.
vividos, en las aulas,
no los olvido.
Aquellos ojos
leyendo mis poemas.
no los olvido.
Aquellos labios,
temblando y suspirando,
no los olvido.
Aquellas manos
de seda, que cosían,
no las olvido.
Aquellos dedos,
dejando sus caricias,
no los olvidos.
Aquella voz
que inquieta me llamaba,
nunca la olvido.
Y la persona,
paciente de mi madre,
sigue en mi pecho.
Por eso añoro
y vuelvo a esos recuerdos
que guarda el corazón.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/11/25
6.385 - ERAN DOS ROSAS...
Eran dos rosas
diciendo adiós al día
en plena tarde.
El sol partía,
marchaba hacia otras tierras.
Las rosas lloran.
Se despedían
del día que acababa
y de su brisa.
Porque la mar,
con viento de nordeste,
les obsequiaba.
Día de otoño,
con brumas y salitres
de las resacas.
Volvía el mar.
de nuevo impetuoso,
para soñar.
Los dulces sueños,
de rosas y princesas,
de los relatos.
Volvía la inocencia,
los ratos y utopías,
de viejos tiempos.
Y nuestras rosas,
del sol se despedían
con el nordeste.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/25
6.384 - PARAR EL TIEMPO...
Parar el tiempo,
querían los audaces
en su utopía.
Yo sonreí
leyendo aquellas letras
tan sin sentido.
"Parar el tiempo",
decía y repetía,
"y para qué..."
Porque "parar"
no es "retroceder",
solo "detener".
Porque otra cosa
sería el atrasar,
volviendo para atrás.
Pero no sigo,
me lío y ya no veo,
estoy confuso.
De todas formas,
no importa lo que digan,
Ya son las doce.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/11/25
6.383 - ESTÁS NERVIOSO...
Estás nervioso
y sientes que a tu cuerpo
le invade el miedo.
Busca la calma
que existe y te rodea
en todas partes.
Es esa cara
que pasa y te saluda
por la mañana.
Son las gaviotas,
muy serias, vigilantes,
desde la playa.
También las rosas
que adornan los jardines
y dan su aroma.
Y hasta en el cielo
con manto azul celeste
que ahora nos brinda.
Deja los nervios
que sigan su camino
y no te amarguen.
Mira, en el día,
las horas y minutos
para vivirlos.
Siente la vida,
y embriágate de ella
con sus latidos.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/11/25
6.382 - GOTAS DE LLUVIA...
se ven tras los cristales
mojar el suelo.
Poquito a poco
se forman grandes charcos,
que se desbordan.
Agua de otoño
y lluvia de noviembre
para los campos.
Los hombres miran,
buscando algún refugio
bajo balcones.
Hay canalones
que manan del tejado
con el regalo.
Hoy falta el viento,
quizás está dormido
o rezagado.
Pero el poeta
despierta sus recuerdos
y sentimientos.
Lanza un suspiro,
pensando en otras cosas,
y se levanta.
Estaba en una silla,
tratando de escribir
unas palabras.
Y eran para ti,
preciada mariposa
que estás ausente.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/11/25
6.381 - TE DIJE...
Te dije, y no me oíste,
descansa lapicero,
detén el recorrido
de manos y de dedos.
Descansa, dulcemente,
y vaga con tus sueños,
por plazas y rincones
de días y momentos.
No busques mariposas
ni alondras en su vuelo,
son simples telarañas,
retales de otros tiempos.
Reposa en la almohada
la esencia del tintero,
y deja que te cubran
las sábanas sin miedo.
Vendrán otras palabras
en busca de los versos,
del labio que susurra
con risas y lamentos.
Tú duérmete y descansa,
relaja bien tu cuerpo,
la sangre que resurja
y llegue a ti mis besos.
Caricias y ternura
unidas en un templo,
quizás en un octubre
que sigue aún latiendo.
Te dije, y no me oíste,
descansa y mira al cielo,
hay nubes que susurran
y dicen que "te quiero".
Rafael Sánchez Ortega ©
07/11/25
6.380 - HOY SON DOS LETRAS...
Hoy son dos letras,
dos signos, simplemente,
los que te escribo.
Andan perdidas
por sitios y senderos
desconocidos.
Por eso callan,
recogen y enmudecen,
por este día.
Día de otoño
con cielo amenazante,
de viento y lluvia.
Pero en el fondo,
la esencia de las letras,
sigue manando.
Un corazón,
suspira fuertemente
y las anima.
Quizás muy pronto
su tinta se deslice
por el papel.
Y surgirán,
de nuevo, mariposas
y margaritas.
Ellas vendrán,
con aires y sonrisas
más renovadas.
Hoy son dos letras,
formando una palabra
que lleve amor.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/11/25
6.379 - VEO LOS LIBROS...
6.378 - VOY A MIRAR...
Voy a mirar
las nubes en el cielo.
Hay viento sur.
De esta manera
su forma es caprichosa
y blanquecina.
Sobre el azul
profundo de los cielos,
ellas se estiran.
Dejan siluetas
de nieve y algodones
con mil dibujos.
Brillan los ojos
y escapan los suspiros
del labio inquieto.
Surge la magia,
repleta de utopías,
entre las nubes.
Tras ellas buscas
la noche y las estrellas
en pleno día.
Pero sonríes
y escuchas los latidos
del corazón.
Es ese mismo,
el tuyo, el que recoge
este regalo.
Porque al mirar
recibes de los cielos
este regalo.
Hoy ves las nubes,
de noche a las estrellas,
que dan Amor.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/11/25
6.377 - EXISTEN ROSAS...
Existen rosas
en plazas y jardines
en todo el año.
Y son preciosas,
me paro y las contemplo
y hasta sonrío.
Existen ratos,
que son inolvidables,
y estás en ellos.
Se ven sonrisas,
sinceras, cantarinas,
que dan tus labios.
Y yo las miro,
las veo y me estremezco,
sin darme cuenta.
Se escucha al viento
gemir, en su alegría,
rozando ramas.
Y es que los bosques
contienen esa magia
que alegra el alma.
Se oyen suspiros
del río que protesta
con los meandros.
Y busco el tuyo,
princesa de mis cuentos
de aquella infancia.
Y yo, lector,
que vivo en el presente,
te busco a ti.
Quiero la rosa,
el rato, la sonrisa,
y el río junto al monte...
¡Quiero tus besos,
unidos a los míos
y en comunión!
Rafael Sánchez Ortega ©
03/11/25
6.376 - SE ACABA EL AÑO...
Se acaba el año,
ya estamos en noviembre.
Pasa el otoño.
Están más cerca
las blancas navidades
y el fin de año.
Son esos días
de fiestas y jaranas
con mil recuerdos.
Atrás se quedan
los días de noviembre
un tanto grises.
Días de santos,
igual que de difuntos
que van seguidos.
Pero es otoño
camino y antesala
del padre invierno.
Sobre su alfombra
descansarán las hojas
y los recuerdos.
Se acaba el año,
más quedan, todavía,
dos meses largos.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/11/25
6.375 - GUARDO TUS CARTAS...
Guardo tus cartas
repletas de vivencias
y de ternura.
Fueron tus letras
un bálsamo precioso
que me alivió.
Yo era muy joven,
soñaba con princesas
inalcanzables.
Eran producto
de sueños y lecturas
de aquella infancia.
Te conocí,
sentada bajo un tilo,
mientras soñabas.
Mirabas lejos,
al mar y al horizonte,
frente a tus ojos.
Una libreta
estaba en tu regazo
con un bolígrafo.
Era un diario
y a él le confiabas
tus ilusiones.
Y yo te hablé,
te dije unas palabras
que no recuerdo.
Tú contestaste,
sincera y sonriendo
y me senté.
Y desde entonces,
la sombra de aquel tilo
unió dos almas.
Por eso, ahora,
rebusco entre tus cartas
y sé de ti.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/11/25


























