5.273 - VEO EL ROCÍO...

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Veo el rocío

que cubre, en las mañanas,

a la campiña.


Su manto blanco

la arropa y la transforma


en dulce lecho.


Oigo, más tarde,

cantar a las cigarras,

quizás al sol.


Su tierno canto

transporta los sentidos

a un mundo nuevo.


Siento el otoño

que inunda de colores

toda la vida.


Y entonces grita

el alma, entusiasmada,

parando el tiempo.


Sé que es un sueño,

que el mundo continúa

alrededor.


Pero no importa,

hay hombres como niños

que también sueñan.


Yo veo y quiero

vivir la vida intensa

en este otoño.


Rafael Sánchez Ortega ©

07/11/22

5.272 - BUSCO LA CALMA...

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Busco la calma

que el alma necesita

y no la encuentro.


Miro a lo lejos

y veo al horizonte

besar el cielo.


Algo más cerca

me miro en el espejo

sin ver mi imagen.


Pasan las horas,

los días languidecen

y entran las noches.


Ante mis ojos

se extiende la tristeza

como una niebla.


Bruma en los ojos

que avanza por el alma

y todo el cuerpo.


Busco en la noche

la luz de las estrellas

y está nublado.


Busco a la luna,

preciso su sonrisa

pero no está.


Me quedo solo

contando los latidos

mientras se apagan.


Rafael Sánchez Ortega ©

06/11/22

5.271 - DE NUEVO VINO...

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De nuevo vino

la lluvia hasta mi lado

y me mojó.


Gotas del cielo

perdidas de unos ojos

casi invisibles.


Pero ese roce,

sublime, de su llanto,

me entristeció.


Quiero la lluvia

que riega, dulcemente,

calles y campos.


Quiero sentirla,

mojarme con sus gotas,

y suspirar.


Quiero que apague

la sed de mis entrañas

en el silencio.


Pero no quiero

la lluvia entristecida

que me contagie.


Esa me sobra,

prefiero que se quede

en otros ojos.


Y si no puede

que baje hasta la tierra

y vaya al mar.


Que allí se calme,

se mezcle y purifique

con el salitre.


Rafael Sánchez Ortega ©

05/11/22

5.270 - BUSCO EL SILENCIO...

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Busco el silencio

tratando de encontrarte,

"mi mariposa".


Pero no estás.

Tampoco tus palabras

y colorido.


Me siento triste,

y nadie, ni el silencio,

puede curarme.


Bálsamo fresco

con gotas de rocío

yo necesito.


Pero te pienso,

(no creas que te olvido),

y vas conmigo.


Sé, que los sueños,

son simples utopías.

¡Cosas de niños!


Pero no quiero

perder esta inocencia

y la esperanza.


Sé que es difícil

saciarme con tu risa,

desde el silencio.


Y es imposible

vivir sin tus latidos

en mi costado.


¡Busco el silencio,

la calma en el otoño...!

¡Te busco a ti!...


Rafael Sánchez Ortega ©

04/11/22

5.269 - CALLES VACÍAS...

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Calles vacías.

La vida se ha parado.

Llegó la noche.


Se estiran sombras

de inmóviles farolas

y de los árboles.


Un perro ladra,

quizás es vagabundo,

sin pan y casa.


Sopla la brisa

y anima los cabellos

de la fontana.


Bares y tiendas,

cerrados y durmiendo

hasta mañana.


Cunde el silencio,

la niebla tiene magia

y ya se asoma.


A todo esto

tú duermes en tu cama,

ajena al mundo.


Miro tu cara,

te robo la sonrisa

y me estremezco.


Eres mi amiga,

y siempre vas conmigo:

"Luna de plata".


Rafael Sánchez Ortega ©

03/11/22

5.268 - LOS GIRASOLES...

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Los girasoles

estaban apagados.

Faltaba el sol.


En su corola

faltaba la alegría

de otras jornadas.


De esta manera,

los tonos amarillos

estaban tristes.


Y contagiaban

a todos su tristeza

sin darnos cuenta.


Almas sensibles,

igual que girasoles,

buscando el sol.


Porque la imagen

que alegra la campiña

hoy nos faltaba.


No estaba el sol,

cubierto por las nubes,

y había niebla.


Negros presagios

de lluvias y tormentas

en el ambiente.


De esta manera

lloraba el girasol

igual que yo.


Rafael Sánchez Ortega ©

02/11/22

5.267 - SE OYE LA MÚSICA...

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Se oye la música

y anuncian los cohetes

la romería.


Fiesta en la aldea

y vuelven los recuerdos

de otras jornadas.


Misa campestre

con rezo a la Patrona

de los creyentes.


Mientras los chicos

se mezclan con las chicas

en un jolgorio.


Tiempo de risas,

de estrenos y regalos

para ir de fiesta.


Se ven las frentes

surcadas con arrugas

del campesino.


Se ven los ojos,

brillantes, de alegría

de las muchachas.


Ellas soportan

el peso de la casa

siempre en silencio.


Algunas saben

lo que es una familia

día tras día.


Pero hoy, la fiesta,

les une, con un lazo,

de romería.


Cantan y sueñan,

mayores y pequeños,

en un paréntesis.


Lo vida sigue,

lo saben en la aldea,

pero hoy es fiesta.


Rafael Sánchez Ortega ©

01/11/22