4.611 - TE HE VUELTO A VER...
Te he vuelto a ver
mariposa amarilla
en el paseo.
Es el calor.
Te saca de tu sueño
y tu vigilia.
Vuelve tu vuelo,
alegre y colorido
que nos ofreces.
De esta manera
tus alas nos seducen,
nos emborrachan.
Hoy, que te vi,
vestías de amarillo
completamente.
Estabas sola,
perdida o primeriza,
eso lo ignoro.
Yo me alegré,
al verte, y recordé
a otra persona.
Quizás, también,
sus labios sonreían
cual mariposas.
Labios y besos
que ansían tu figura
mientras suspiran.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/02/21
Hoy he vuelto a ver una mariposa amarilla. Hacía semanas, diría que meses, que no veía ninguna en el paseo. Seguro que el tiempo, un tanto primaveral en el mañana, ha sido el causante de esta sorpresa y de este vuelo maravilloso, del que he vuelto a disfrutar.
4.610 - BAJO LOS CHOPOS...
Bajo los chopos
pacían las ovejas
tranquilamente.
Justo, a su lado,
un río se estiraba
muy perezoso.
Aquel ganado,
ovino, enamoraba
con su ternura.
En un meandro,
surgía de las aguas
una fontana.
Tú me enseñaste
la fuente misteriosa
y la probamos.
Líquido fresco
al labio enamorado
en plena tarde.
Nos refrescamos
la cara, en un momento,
y proseguimos.
El bosque espera,
decían nuestros ojos
y nuestras manos.
Y a él nos fuimos
mascando la ternura
de esos minutos.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/02/21
4.609 - EL VIENTO SUR...
El viento sur
hoy vuelve a nuestro lado
para abrazarnos.
Vuelve la brisa
caliente, apasionada,
y dormilona.
Se estira el alma
y escucha los latidos
del corazón.
Afuera el viento
nos deja sus lamentos
tan lastimeros.
Parece el labio,
gimiendo, del mendigo,
el que suplica.
Pero es el sur,
el viento de mi tierra,
de mal recuerdo.
Con él se evocan
galernas y naufragios
del mar cantábrico.
Hubo un incendio,
(hoy hace ochenta años),
en Santander.
Por eso al sur,
cual viento, se le teme,
y se respeta.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/21
El viento sur es el viento de mi tierra. Viento plagado de historias y leyendas, como temporales, incendios, galernas... El gran incendio de Santander ocurrió hace exactamente ochenta años y afectó a la llamada "puebla vieja", con lo que surgió un nuevo "Santander" de sus cenizas.
4.608 - SE VA LA TARDE...
Se va la tarde
dejándonos las nubes
que colorean.
Van a dormir
los ángeles del cielo
en esas nubes.
También nosotros
iremos hacia ellas
con nuestros sueños.
Sueños de niños
en almas de mayores
pero no importa.
Y es que los sueños
se funden con las tardes
y los deseos.
Son muy variados,
de múltiples colores
y todo cabe.
Hay fantasía,
derroche de ternura
y hasta suspiros.
Brillan. febriles,
los ojos del durmiente
y sus pupilas.
Sus labios hablan.
Musitan un susurro
y una sonrisa.
Se va la tarde,
las nubes se transforman,
y dejan versos.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/21
4.607 - MIRAR Y VER...
Mirar y ver
los versos de la vida
y el "Gran Poema".
Mirar las nubes,
con sus vestidos blancos,
ir de paseo.
Mirar el cielo
azul, y jalonado,
de garabatos.
Mirar el mar
que extiende blanca alfombra
sobre la playa.
Mirar las olas
llenando con su magia
nuestras pupilas.
Mirar la luz,
las sombras y la vida,
en su conjunto.
Mirar al niño
que juega, en el recreo,
con los amigos.
Mirar la madre,
que sigue y que vigila
a su retoño.
Mirar tus ojos,
hablarte sin palabras.
¡Robarte un beso!
Rafael Sánchez Ortega ©
13/02/21
4.606 - DÍA DE INVIERNO...
Día de invierno,
pequeño capicúa,
y cumpleaños.
Pero... ¡Silencio!,
las hadas aún dormitan
en un poeta.
Dentro del alma
animan las sonrisas
de muchos labios.
Y es que los ojos
despiertan con los versos
que deja el alba.
Día de invierno,
con dígito encantado
y hasta febril.
De todas formas
la brisa apaga velas
y enciende otras.
Nuevos deseos
de viajes y proyectos
con la familia.
También reuniones,
sin prisas, y comidas,
con los amigos.
Día de invierno,
(un día y cumpleaños
otro año más)
Rafael Sánchez Ortega ©
12/02/21
4.605 - ESTÁS AUSENTE...
Estás ausente,
pequeña mariposa,
con tu ternura.
Noto esa falta,
y el beso y las caricias
de tu figura.
El largo invierno
me impide saludarte
día tras día.
Dentro de poco
vendrá la primavera
y tú con ella.
Vendrán las flores
también a los jardines
y los jilgueros.
Vendrán los niños,
aquellos, de una infancia,
hoy legendaria.
Lloran los ojos.
Me enjuagaré una lágrima
de mis pupilas.
Lloro y te añoro,
mi dulce mariposa,
¡no sabes cuánto!
Y mientras llegas
acercaré mis sueños
hasta tus alas.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/02/21