5.681 - SE MARCHA NOVIEMBRE...
Se marcha noviembre
con lluvia en el campo,
y nieblas profundas
de invierno cercano.
Se pasan los días
y tiemblan las manos,
del frío que llega
sellando los labios.
Los besos se ocultan
y son como antaño,
suspiros y frases
con risas y llantos.
El niño sonríe
y goza soñando,
con nieve y con renos
de fiestas de blanco.
Por contra el adulto
suplica a lo alto,
pidiendo limosna
al cielo lejano.
El pan que no falte,
ni sopa en el plato,
la dulce comida
que ansía rezando.
Las fiestas ya llegan
y vienen dejando,
a unos las risas
y a otros los llantos.
Y tú, fiel poeta,
servil y notario,
¿qué escribe tu pluma?
y esconden tus labios?
Rafael Sánchez Ortega ©
30/11/23
5.680 - COMO SE APAGA UNA VELA...
Como se apaga una vela,
así se funde mi vida,
con parpadeo constante
bajo el candor de la brisa.
Miro la vela y me digo
que no hacen falta más prisas,
para llegar a buen puerto
y hasta el hogar y comida.
Se va apagando la vela
y quedan solo rendijas,
entre las brumas que nacen
en las durmientes pupilas.
Yace la frente serena
sin el sudor de la vida,
y los ojitos cerrados
sueñan con velas divinas.
Es enfrentarse a la muerte
en una lucha perdida,
como la vela sin cera
libra batalla vacía.
Suenan tambores lejanos
con una música prima,
y aquel adagio sin nombre
busca el ciprés de la esquina.
En él grabaron dos letras
y un corazón que latía,
unos poetas, que antaño,
enamorados vivían.
Y allí se apagó una vela
y se fundieron dos vidas,
bajo la llama y los versos
de un corazón que latía.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/11/23
5.679 - UN BARCO BLANCO...
Un barco blanco
se ve en el horizonte
y lleva velas.
Son velas blancas
iguales al navío
que contemplamos.
Los sueños vuelan
y van desde la playa
hasta alta mar.
Allí se unen
se juntan y conforman
algo irreal.
Sueños de niños,
de adultos y mayores
sobre las olas.
Hoy navegamos,
siquiera unos minutos
y en fantasías.
Se oyen los remos,
las olas contra el casco
y silba el viento.
Vibran las velas
a impulso de la brisa,
llevando el barco.
Y mientras tanto,
los sueños se transforman
en un poema.
Y es el poeta,
el niño y el adulto,
quien esto sueña.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/23
5.678 - SIGUE LAS HOJAS...
Sigue las hojas
que bajan de los robles
cubriendo el suelo.
Siente su encanto,
la magia y colorido
que ellas te dejan.
Luego suspira
y busca, en el silencio,
algo de paz.
Tienes la magia
muy cerca de tus manos
y es para ti.
Vive los sueños,
y siente sus latidos.
No tengas miedo.
Es un regalo
que tiene un bello nombre:
"naturaleza"
Cuando descanses
prosigue tu camino
mientras sonríes.
Ve con tus labios
buscando la caricia
del beso amado.
Y si lo encuentras
comparte en ese beso
todos tus sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/11/23
5.677 - ESCRIBE PRONTO...
Escribe pronto
y mándame unas letras,
las necesito.
Están cansados
mis ojos, persiguiendo
falsas figuras.
Y es que confunden
las sombras y siluetas
con tu recuerdo.
Por eso quiero
tus letras y tu esencia,
para sentirte.
Para vibrar
leyéndote tus versos
y tus poemas.
Y sonreír
contigo y compartiendo
los tiernos besos.
Besos y versos
que unidos se confunden
y forman uno.
Un sentimiento,
secreto y compartido
de nuestras almas.
Escribe pronto,
preciso tus suspiros,
cerca de mí.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/23
5.676 - CIELOS PLOMIZOS...
Cielos plomizos.
Oscuros pensamientos.
Todo se junta.
...Pero una llama
se ve en la lejanía.
Es como un faro.
Y ella te avisa,
te grita y te susurra
donde está el puerto.
El alma triste,
cargada de amargura,
está llorando.
El cuerpo muerto,
vencido en la batalla,
no tiene vida.
Pero tú llegas,
querida mariposa
con tu sonrisa.
Y las palabras,
que viene en tus alas
hacen milagros.
Surge la vida
de aquella pesadilla
y es por tu voz.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/23
5.675 - NO TE OLVIDO, MARIPOSA...
No te olvido, mariposa,
ni tampoco de los versos
que venían en tus alas
con sonrisas y con versos.
Hoy recuerdo con nostalgia
tantos días de paseo,
y los ratos, a tu lado,
disfrutando del silencio.
Eras letra contenida
y el susurro de mi pecho,
que buscaba en las resacas
los suspiros de un arpegio.
Y la risa contenida,
con aroma de tu pelo,
era brisa del nordeste
que rozaba mi cabello.
Tú traías esa gracia,
día a día, de los cielos
y brincabas a mi lado
con tus alas y tu aliento.
Tras de ti, yo caminaba,
peregrino de mil sueños,
intentando transmitirte
la locura de mi pecho.
Y es por eso que, hoy te extraño,
y mis ojos van con miedo
caminando sin sonrisa
ni la gracia de tu vuelo.
Por lo tanto yo te digo
y te pido con mis ruegos
que no marches ni te escondas
pues preciso de tus versos.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/11/23