PARA GANAR EL CIELO NO ES PRECISO...


Para ganar el cielo no es preciso
saber de matemáticas y física,
tampoco de gramáticas y verbos
y menos intentar ser un políglota.

Quizás si preguntamos a los ángeles
nos den esa respuesta tan sencilla:
"el cielo no se gana con dinero
si acaso regalando mil sonrisas"

Sonrisas que se ofrezcan en las calles
y lleguen a las almas que palpitan,
a niños que se bañen en las playas
en medio de las olas cantarinas.

Sonrisas a los hombres que trabajan
y marchan de mañana hacia el travía,
con cientos de problemas en su frente
y un halo en su mirada entristecida.

Sonrisas a la madre y a la esposa
que cumple su tarea cada día,
también con las arrugas en la cara
producto del cansancio y la fatiga.

Sonrisas enviadas al abuelo
que cuida de la anciana viejecita,
aquella que hace años nos neara
y ahora, casi casi no cabila.

Sonrisas para el mundo de los locos
que trazan con su pluma poesías,
no saben que este mundo tan sensible
es causa de tristezas y de heridas.

Sonrisas para todos, sin dudarlo,
pues todos necesitan la caricia,
el labio tembloroso que les deje
el roce inmaculado de la brisa.

La brisa rescatada de los labios,
(el sueño de la tierra prometida),
es justo la escalera hacia lo alto
y el premio de ese cielo y la alegría.

Rafael Sánchez Ortega ©
26/11/11

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