ANDO EL CAMINO...




Ando el camino,
y sigo las veredas,
sin darme cuenta.

Cruzo los campos
dormidos en invierno,
y cruzo ríos.

Al fondo estás,
aldea de mi pueblo
y mis ancestros.

Quizás esperas,
la vuelta y el regreso
del hijo pródigo.

Pero tú sabes
que estás en mis recuerdos
con tus latidos.

Tierra encantada,
tan llena de misterio
y de candor.

Por eso vuelvo,
mis ojos te reclaman
y quieren verte.

En cada piedra
hay voces del pasado
que hablan conmigo.

Ellas me cuentan
aquello que yo ignoro
y que conservan.

Rafael Sánchez Ortega ©
06/02/19

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