TE VI LLORAR...



Te vi llorar,
tras la lápida fría,
estabas sola.

Y te miré,
durante mucho tiempo
sin inmutarte.

Quise sentarme,
mirar como te erguías
buscando el cielo.

Luego pensé
en contarte mil cosas,
pero no pude.

Quedé en silencio.
Miré a la lejanía
y allí te vi.

Volabas sola.
Lo hacías por la ría
hacia la playa.

Atrás dejaste
la lápida incompleta
sin nadie al lado.

Quedó el silencio,
la fiebre de tus manos
y algún suspiro.

Y yo quedé.
envuelto en el rocío
de los recuerdos.

Rafael Sánchez Ortega ©
30/10/19

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