4.543 - DEJA EL JILGUERO...



Deja el jilguero

su llanto, prisionero,

desde la jaula.


Canto sonoro

que llega, delicioso,

a mis oídos.


Pero soy libre,

no estoy encarcelado

ni entre barrotes.


Aunque mi canto

se llene de tristeza

y de nostalgia.


¡Dichoso virus,

que así nos condicionas

con tu presencia!


Y es que tu sombra

encoge y estremece

sin darnos cuenta.


Y nos quedamos

en casa y encerrados

por unos días.


De esta manera

se ahogan nuestros labios

y nuestras voces.


Por eso envidio

el canto del jilguero

puro y tan limpio.


Rafael Sánchez Ortega ©

17/12/20


El culpable de estos versos ha sido un pajarillo que tenía la vecina en su porche y que parece ser que se le ha muerto. Pensé en él y me vinieron estos versos acerca de su libertad y la nuestra, en estos momentos tan especiales.

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