4.564 - ME ENAMORÉ...



Me enamoré

un día de la luna

sin darme cuenta.


Era de noche,

la vi como asomaba

tras las montañas.


En sus pupilas

los versos destilaban

melancolía.


Y allí me habló

de un mundo diferente

con su inocencia.


Nada decías,

absorta en la mirada

que te buscaba.


Y te sentiste

celosa de otra luna

y de sus versos.


Yo te contaba

aquello que leía

tras las pestañas.


Eran estrellas,

cigarras con suspiros

y muchos sueños.


Sentí tus labios

robándome el hechizo.

Y te besé.


Rafael Sánchez Ortega ©

04/01/21


La luna siempre es fuente de sonrisas y de vida. Con ella y tras ella, los niños y mayores, creamos sueños y nos dejamos llevar con su fantasía. Por ello acude muchas veces a los versos y a la inspiración y hasta nos saca una sonrisa cuando la vemos en el cielo.

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