5.087 - VIENTO, DETENTE...



Viento, detente,

no fuerces a las ramas

de los castaños.


Deja que bailen

y lo hagan a su modo,

y cuando quieran.


Pasa, si acaso,

y roza, con caricias,

las viejas hojas.


Viento, cautivo,

de instantes y secretos,

sigue de largo.


No te detengas,

no quiero chismorreos

ni tus susurros.


Vete muy lejos,

allá donde los niños

nunca te alcancen.


Viento salvaje

que llegas del nordeste

a nuestras costas.


Te conocemos

por ser el compañero

en las jornadas.


Sin ti, los mares,

carecen de aliciente

para la pesca.


Rafael Sánchez Ortega ©

16/05/22

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