5.543 - SOBRE LA MANO...



Sobre la mano

estabas, mariposa,

adormecida.


Era el descanso

después de un largo viaje

el que buscabas.


Y aquella mano,

(la tuya, la recuerdo),

se lo ofrecía.


Eran tus dedos

un nido de caricias

y de reposo.


Y tus pupilas

brillaban con orgullo

en la mañana.


¡Qué bello instante

dejabas con tu gesto

y en un suspiro!


Yo me acerqué,

despacio y en silencio

hasta tu lado.


Y contemplé

la magia de aquel acto

y tu sonrisa.


Busqué tus labios

robando de los mismos

una sonrisa.


Se abrió tu mano

volando hacia los cielos

la mariposa.


Rafael Sánchez Ortega ©

17/07/23

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