6.225 - NO TENGO NADA...



No tengo nada

y el alma está vacía,

quizás ya muerta.


Siento el dolor

que embarga mis sentidos,

y es algo amargo.


Lloran los ojos,

la sangre se congela,

tiemblan las manos.


Hasta mis labios

musitan hoy tu nombre

al infinito.


Y tú  no estás.

Ya nadie me responde

y yo estoy solo.


El tiempo apremia

y todos los relojes

marcan la hora.


Se marcha el tren

y en un andén, vacío,

tú te quedaste.


Desolación,

palabra que es maldita,

y nadie quiere.


Hoy miro al cielo,

te busco entre las nubes

y tú no estás.


¡Adiós, princesa!,

mi sangre y mis latidos,

a ti te buscan.


Rafael Sánchez Ortega ©

03/06/25


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