NO SÉ POR QUÉ RAZÓN...



No sé por qué razón
recuerdo la textura de tus senos,
el blanco sinuoso de los mismos
y el dulce escalofrío de mis besos.

Recuerdo que la noche se acercaba
y estábamos los dos en blando lecho,
desnudas, frente a frente nuestras almas,
desnudos, piel con piel de nuestros cuerpos.

La fiebre desataba sensaciones,
pasiones alocadas y tormentos,
allí se deshacían las galernas
mezcladas, con suspiros y jadeos.

Sudaban nuestros cuerpos tibiamente
por todos los rincones y senderos,
las manos transformaban, con su magia,
el lindo recorrido de los dedos.

No sé por qué razón
hoy quiero recordar aquel momento,
tus manos en mis manos, simplemente,
mis labios en tus senos con un muerdo.

Entonces se volvieron con dulzura
tus dedos, recorriendo mi cabello,
buscabas retener las sensaciones
y el dulce escalofrío del deseo.

Buscabas el placer de las resacas
y el pulso de los mares en aumento,
la entraña desvirgada de la costa
sintiendo el oleaje tan intenso.

Querías a mi cuerpo sudoroso
volviendo de ese mundo de los sueños,
saciando y compartiendo aquel instante
y uniéndonos, en uno, sin lamentos.

No sé por qué razón
me quedo en los umbrales del desierto,
recojo los recuerdos uno a uno
y mando mis suspiros a tu encuentro.

Rafael Sánchez Ortega ©
24/07/13

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