LA DALIA Y LA ROSA

Yo convertí la dalia en una rosa
y la dejé en el fondo de mi sueño,
era bonita, alegre y primorosa,
el contrapunto amable de tu ceño.

Y vi volar también la mariposa,
trazando con sus alas un diseño,
venía tan feliz y candorosa
en busca de la flor de aquel pequeño.

Pero la flor fue un sueño, y es pasado,
sus pétalos rozaron mi sandalia,
y quedaron sin vida en el paseo.

Hoy, que me voy, me siento afortunado,
quiero cambiar la rosa por la dalia
para cumplir al fin, con mi deseo.

Rafael Sánchez Ortega ©
27/09/10

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