POR ESO ME HE QUEDADO CON TU CARA...


III

Por eso me he quedado con tu cara,
tus ojos y tu cuerpo de princesa,
tus labios de emoción y de sorpresa
mezclados en mi alma y su alquitara.

Veía la diadema con la tiara
encima de esos ojos de traviesa,
tenías ese aire que embelesa
y el dulce escalofrío de la jara.

Te amé, como se ama, sin remedio,
sorbiendo hasta el candor de la almohada.
Volvieron los narcisos de su tedio

en medio de una flora renovada.
Te amé, sin agobiarte, en un asedio,
sintiendo que ese amor me desbordaba.

Rafael Sánchez Ortega ©
17/02/11

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