MIENTRAS TODOS DORMÍAN...



Mientras todos dormían yo te miraba
y vigilaba tu sueño, 
en el lecho compartido

Afuera la ciudad cerraba sus párpados 
en la noche,
y dormían sus casas, sus calles,
los coches estacionados
y hasta los semáforos 
que se habían quedado estáticos.

También dormía el silencio
y yo velaba su voz, tan silente,
y el recuerdo de la tuya
que había quedado, nerviosa,
en mis oídos.

Y aunque el tiempo también velaba,
hacía correr los segundos,
siguiendo su curso,
en ese momento de sueños y descanso,
donde cada instante que pasaba
era uno menos en la resta
para llegar al amanecer.

Rafael Sánchez Ortega ©
30/08/18

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