OTRO DÍA...



Otro día me dije que ya estaba bien, 
que si había un culpable ese era yo, 
por mi manera de ser. 

Porque ¡claro que me gustaría saber de ti
y de la vida,
es más, me gustarían tantas cosas...! 
Pero me conformo con cerrar los ojos y pensar, 
sentirlas así, en silencio. 

Sería bonito compartirlas, pero tengo miedo. 
Inmenso miedo a poder hacer daño con ello 
y por eso lo dejo todo en los silencios,
en los suspiros, 
en los susurros del viento que recojo,
y en los poemas. 

Sé que es muy bonito amar, pero ¿cómo y a quién? 

Yo siempre he creído en el amor. 
De suyo es la "eterna búsqueda" 
de toda persona romántica
que nunca se puede alcanzar y realizar. 
Quizás es como esa quimera que ves, 
que tienes en la mente, que sueñas, 
que persigues incansablemente 
y que se te escapa una y otra vez de las manos 
sin que puedas hacer nada por retenerla...

Un día, se abrieron mis ojos, nuevamente,
y el alma volvió a latir y a vivir.

Rafael Sánchez Ortega ©
09/11/18

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