FUE MI GATITA...



Fue mi gatita,
me dio mucha alegría,
durante meses.

Hoy se ha marchado,
ha sido un accidente,
y se durmió.

No sé de donde
llegó la mano larga
que la llevó.

Y aquellos ojos,
tan frescos y brillantes
se le cerraron.

Se nos durmió,
de pronto y para siempre,
no dijo adiós.

Y aquí quedaron
mis lágrimas traidoras
con su silencio.

Y es que querer,
se quiere a quien te quiere,
¿verdad negrita?

Te vas, sin duda,
me queda tu recuerdo
con tantos ratos.

Ese recuerdo
tendrá siempre tu nombre
con tu ternura.

Rafael Sánchez Ortega ©
31/08/19

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