4.718 - ERA TU VOZ...



Era tu voz

tan dulce y melodiosa

que enamoraba.


Me cautivó

el canto de tus labios

aquella tarde.


Y hasta soñé

con ratos y momentos

que no existieron.


En ellos tú

venías a mi lado

con tu sonrisa.


Y en ese instante,

vivimos muy felices

sin darnos cuenta.


¡Bendita infancia,

de nuevo rescatada,

con estos sueños!


Y me quedó

el timbre de tu voz

en los oídos.


También con él

dejaste mil caricias

que eran sinceras.


Y me dormí

contigo, en este sueño,

sin un suspiro.


Rafael Sánchez Ortega ©

15/06/21

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