4.735 - AQUELLAS MANOS...



Aquellas manos

que un día me rozaron

hoy las recuerdo.


Y las añoro

igual que a sus caricias

y su ternura.


Benditas manos

que tanto me ayudaron

y me enseñaron.


Ellas abrieron

mi alma y mis sentidos

hacia la vida.


Para que vieran

mis ojos este mundo

de mil colores.


Para que oyera

la música en tus labios

con los poemas.


Y aquel susurro

naciente, de tus dedos,

cuando temblaban.


Ellas curaron

la fiebre de mi cuerpo

con su paciencia.


Y me calmaron

la sed con aquel néctar

que tanto añoro.


Benditas manos,

las tuyas, madre amada,

que nunca olvido.


Rafael Sánchez Ortega ©

04/07/21

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