5.275 - LUZ, MÁS LUZ...!



La luz, más luz,

pedía el condenado

a las tinieblas.


Quiero aquel hilo

que había en el principio

con poca luz.


Era bastante

y, entonces, mis pupilas,

tenían vida.


Ahora la luz

me falta y se me impide

tenerla cerca.


Luz a los ojos

que diga que yo existo

y soy real.


Luz para el alma

que sufre, enamorada,

por tantas sombras.


Luz para el niño

que yace en su escondite

con mucho miedo.


Luz para el hombre

que busca por las playas

con su farol.


¡La luz, más luz!,

implora el condenado

en su agonía.


Rafael Sánchez Ortega ©

09/11/22

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