DÉJAME QUE TE ESCRIBA EN ESTAS LETRAS...


Déjame que te escriba en estas letras
para dejar impresas mis palabras,
en ellas te diré lo que yo siento
en forma de susurros para el alma.

Prometo que serán la melodía,
la música serena que reclamas,
la voz con el murmullo de las gentes
tomada de la vida que te aguarda.

No quiero confundir tus ilusiones
con sueños que se pierdan en la nada,
si acaso que despierte tu conciencia
del mundo que te axfisia y que te abraza.

Por eso van surgiendo en estos versos
palabras en sus frases enlazadas,
tratando de llevarte lo que grita
el alma de un poeta en la distancia.

La vida es un poema que se escribe
con sangre, con sudor y con mil lágrimas,
no es fácil resistirse a su autoría
y entonces la vivimos sin negarla.

Un día nos entregan la promesa
y al otro la sonrisa es secuestrada,
pasando de una nota de alegría
a otra que suspira y que se apaga.

No existe una razón al sentimiento,
se vive persiguiendo una alianza,
un mundo de utopía e ilusiones,
allí, donde el amor sea la llama.

El fuego que caliente nuestros cuerpos,
la hoguera en que se funda la esperanza,
el cáliz de los mitos y leyendas
y el bosque de los niños y las Hadas.

Por eso yo te pido que me dejes,
escribo para ti sin pedir gracia,
tan sólo que me atiendas un momento
y busques con tus ojos mi mirada.

En ella encontrarás esa respuesta,
las huella del que vive y el que ama,
surcando las arenas del desierto
detrás de poesías encantadas.

Un día sentirás que tu latido
resuena como música sin pausa,
y entonces un piano y mil violines
a ti te anunciarán de quien te habla.

Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/11

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