SE COLUMPIAN LAS OLAS DESPACIO...


Se columpian las olas despacio
sobre un mar de celestes azules
y la brisa las peina sin prisa
para darle que hablar a las nubes.

Yo quisiera ser nube de invierno
navegar por los mares del mundo
y quisiera ser ola y ser buque,
y llegar a algún puerto seguro.

Y quisiera ser brisa en verano
la que roza la mar un segundo,
la que besa los labios curtidos
del marino de paso inseguro.

Pero soy ese cielo de otoño,
ese gris del martillo y el yunque
la sonora y ardiente campana
con sonidos tan duros y dulces.

Ven a mi, bravo mar de leyenda,
ya deseo tus cuentos oscuros,
los que narren batallas y viajes
y me dejen la paz y el arrullo.

Es posible que vengan las olas,
con los cuentos y sueños profundos
y me envuelvan sus lindas leyendas
con las sombras del mar y su flujo.

Pero quiero ser ave en la tierra
y sentir el calor de la lumbre,
y volar por los campos sin nombre
hasta el mar con sus ondas y bucles.

Yo no sé lo que piensan las olas
ni qué cantan los hombres forzudos,
los marinos que llegan remando
con el rostro curtido y tan puro.

Pero sé lo que sienten las olas
porque escucho el latir de su orgullo,
el tic-tac de la mar y resaca
cuando llega a la arena su embrujo.

Ese encanto especial de los mares
que ha salvado galernas y cruces,
y que viene hasta ti, cada día,
a dejar esos besos de octubre.

Rafael Sánchez Ortega ©
09/06/11

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