POR AQUELLAS SENDAS...



Por aquellas sendas,
donde tú pisaste,
volvieron mis ojos
de nuevo otra tarde.

Llegaron sedientos,
cargados de hambre,
buscando los pasos
que en ella dejaste.

Y entonces volvieron
cometas fugaces,
la luna de mayo
mirando los mares.

Dos labios unidos
temblando renacen,
mezclando sus besos
que son realidades.

Por aquellas sendas,
que tú me enseñaste,
crecían los bosques
formando pinares.

Había caminos,
silencios totales,
con sendas perdidas
y sombras fugaces.

También unos bancos
querían mostrarse
y en ellos calmamos
la sed del que arde.

La tierna caricia,
el dedo que hable,
robando el suspiro
del pecho insaciable.

"...Por aquellas sendas
vivimos instantes,
minutos preciosos
que extraña mi sangre..."

Rafael Sánchez Ortega ©
28/08/15

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