PARECE QUE YA TAÑE UNA CAMPANA...



Parece que ya tañe una campana
mandando su sonido por los valles;
es fácil que la brisa nos confunda
y sean fantasías de la tarde.

Ya pasan los ganados a la cuadra
y dejan que la luz los acompañe,
se vuelven al techado y al pesebre
en busca de la noche interminable.

Los prados se quedaron en silencio,
inquietos por el paso de las aves,
arriba se despiertan las estrellas
y cruzan los aviones regulares.

Se posan los milanos en los riscos
y cruzan las urracas los maizales,
los cuervos montan guardia en los vallados
y el hombre se protege cuanto sabe.

Es fácil que sus piernas delicadas
aguanten malamente, y hasta fallen,
los pasos que debiera dar despacio
tratando de llegar hasta el garage.

Allí le aguarda limpio un cochecito,
cargado de ilusiones y de viajes,
regalos inocentes de una infancia
que trata de evocar en este instante.

La vida se despide con el día
y alcanza con la noche su viraje,
la eterna dualidad de luz y sombras
marcando la antesala del que parte.

No obstante no olvidemos la esperanza,
aquella que nos dieron nuestros padres,
la misma que llevamos con nosotros
haciendo compañía a nuestros males.

"...Parece que ya suena una campana
aunque es un diapasón el que ahora late,
la tierna campanilla de la vida
y el alma y corazón que tú soñaste..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/12/16

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