EXTRAÑO...


Extraño la canción que, en la mañana,
abría las ventanas de mi casa,
un ave, prisionera, entre barrotes
dejaba en mis oídos esos sones.

Extraño la mirada de la estrella,
aquella tan lejana y pizpireta,
eterna compañera de la luna
en noches silenciosas y de bruma.

Extraño la canción de los piratas,
la dulce sensación de la pizarra,
la tinta y el cuaderno con borrones
y el rato de lectura del Quijote.

Extraño la mirada siempre inquieta,
del niño y compañero de la escuela,
la sombra del ciprés, un tanto oscura,
y el barco navegando en la laguna.

Extraño la canción que me enviaban
los ojos, inocentes, sin legañas,
quizás con los profundos goterones
de lágrimas corriendo sin un orden.

Extraño la mirada de inocencia
dejada por las olas en la arena,
y luego me recreo en su bravura,
resaca deslizante y bien desnuda.

Extraño la canción de la sabana
y el cruce repentino de las garzas,
espero contener las tentaciones
y así sorber el beso de sus bordes.

Extraño la mirada tan alerta
de viejos alcatraces que se secan,
no sé si buscarán otra ventura
o sueños con los nidos de tortuga.

"...Extraño la canción y tu mirada,
y extraño la pupila de tu infancia,
aquella que excitó mis tentaciones
haciendo de aquel niño hoy, ya, un hombre..."

Rafael Sánchez Ortega ©
22/12/16

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