RECUÉRDAME...


Recuérdame el regalo que me hiciste
en forma de caricia, con un beso,
la cara que te puse, sorprendido
y luego proseguimos el paseo.

Estábamos entonces en la cima
y el mundo, a nuestros pies, estaba lejos,
teníamos un tiempo por delante:
"la eterna juventud con tantos sueños..."

Entonces no mirábamos las calles
con tanta muchedumbre de paseo,
si acaso en las gaviotas que pasaban
y puede que en las nubes de los cielos.

Queríamos ser libres, sin amarras,
volar con el nordeste e ir muy lejos,
allá donde la brisa se estirase
llegando con el fleco de los vientos.

Recuérdame, también, de tu mirada,
y la mía, buceando en los cuadernos,
buscábamos allí los Peter Panes,
también las Campanillas de los cuentos.

Tratábamos de ser muy diferentes,
que otros ocuparan nuestros puestos,
por eso perseguíamos quimeras
andando por sabanas y desiertos.

Dejábamos que el sol nos alumbrase,
de día, por los campos y senderos,
y luego por la noche era la luna
el faro que guiaba a tantos versos.

Por eso la razón no funcionaba
trazando. "sin palabras", con los dedos
extraños garabatos, sin sentido,
que el otro corazón tomó en silencio.

"...Recuérdame el regalo tan hermoso
que un día y otro día fue a mi pecho,
tus manos entregaron esa rosa
y el beso de tus labios sigue fresco..."

Rafael Sánchez Ortega ©
25/12/16

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