ERA UNA BARCA SIN REMOS...



Era una barca sin remos
y un marinero sin mar,
eran dos hombres distintos
con una meta final,
el de buscar una estrella
de día y con claridad,
para encontrar el mensajo
de un poema singular,
en él se dicen mil cosas,
para bien y para mal,
y hasta se dan los consejos
que no se debieran dar,
porque la vida es un tango,
un baile en la soledad,
un caminar solitario
por la senda de cristal,
y aunque la vida vivimos
nos tenemos que marchar,
algún día, cuando sea,
desde un andén especial.

Era un niño al que, la luna
contemplaba sin cesar,
bien de día, bien de noche,
con su rostro angelical,
y los ojos temblorosos
de este arcángel singular,
se movían y buscaban
las estrellas del desván,
unas piezas de mecano,
una caña sin sedal,
una bici, sin las ruedas,
ni tampoco manillar,
pero el niño proseguía
la vigilia por la paz,
rebuscando en los baúles
las princesas de Astracán,
pero el libro de los cuentos
se ha perdido y ya no están,
sentimientos en el alma
y recuerdos que alcanzar.

"...Era un anciano y un niño
que contemplaban el mar,
el uno piensa en los remos,
el otro en la eternidad..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/18

No hay comentarios: