DESCANSEMOS...



Descansemos, un momento de la vida,
y sequemos de las frentes el sudor,
es posible que veamos mariposas
que nos llenen con su vuelo la visión,
y si el sueño se apodera de los ojos
y nos llega, desde el cielo, un resplandor,
no temamos porque venga la tormenta
con el rayo los granizos y el ciclón,
permitamos a que el cuerpo recupere
esa fuerza y ligereza con su ardor
y que luego, como un rayo solitario
continúe su camino con pasión,
habrá torres, no lejanas, que la esperan,
pararrayos en los bosques del señor,
y miradas en pupilas intranquilas
que mitigan a los miedos con tensión...

Pero el vuelo que empredían las gaviotas,
la subida que intentaban hacia el sol,
era muestra del cariño irreverente
que tenían y entregaban a su dios,
y los hombres que veían las gaviotas
recreaban esta escena con su voz,
a los niños, por las noches, en su cuarto,
y en los cuentos y en las nanas para dos,
eran barcos que surgían de los mares
caracolas y sirenas con candor,
y hasta el hombre que portaba la linterna
nos legaba su tic-tac en el reloj
y es que el tiempo que pasaba se quedaba
detenido en un estanque y sin color,
y la lluvia de los ojos proseguía
y quedaba enmudecida la canción...

"...Descansemos, un momento, nuestros pasos
y sintamos la locura del amor,
con los ojos cerraditos, y en silencio,
escuchemos lo que dice el corazón..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/06/18

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