UNA ORACIÓN CON UN GRITO...



Una oración con un grito
viene a la mente, despierta,
en los versos que desgrana,
lentamente, este poema,
y es la oración por los hombres
y es el grito por la guerra,
para que cesen los odios
y las armas se detengan,
porque el político necio
y el cobarde con su lengua
van ofreciendo los cielos
con palabras y promesas,
y se olvidan de los hombres
que trabajan en la tierra
y desprecian a la vida
porque no les interesa...

Por eso gritan las masas
en las ciudades y aldeas
ya que la fuerza se impone
a las rosas y violetas,
de nada sirven miradas
ni razones muy concretas
ante la ley y el decreto
del gobierno sin cabeza,
por eso suenan los gritos
y las almas se despiertan
ante el desprecio a la vida
y al empleo de la fuerza,
y ese run run tan constante,
con resacas y mareas,
son los gritos de unos labios
que ahora dejo en el poema...

"...Que se congelen las armas
y se metan en neveras,
que las balas se transformen
en mariposas que vuelan,
que las bombas se desmonten
y se aprovechen sus piezas
para nuevas energías
y soluciones alternas,
que los fusiles se queden
en museos y novelas
y los obuses se callen
para siempre en las praderas,
que nunca caven los hombres
otros fosos y trincheras
ni construyan barricadas
para matarse entre ellas..."

"...Y que en la paz de los campos
surjan de nuevo las huellas,
por el trabajo del hombre
que nunca quiso la guerra..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/06/18

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