HUBO DÍAS...



Hubo días y mañanas soleadas 
y tranquilas 
y también pasaron otras que anunciaron
tempestades.

Hubo tardes muy movidas
que rompieron ese tiempo de la siesta.

Hubo noches y deseos, que mezclados,
extendieron la pasión por nuestros cuerpos juveniles
como adagio de una eterna primavera.

Hubo un día en que te vi y en que me viste, al natural,
cual reflejo inconfundible de un espejo en nuestros ojos.

Y hubo un día 
en que rompimos, sin palabras, todo aquello
y dejamos que volaran los cometas libremente,
que ascendieran por el aire los suspiros
y los sueños.

...Y ese día te perdí.

Rafael Sánchez Ortega ©
10/10/18

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