4.219 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 7



Hoy dejo pasar el tiempo. 
Precisamente, "el tiempo", es ese algo 
que no hemos sabido valorar 
hasta ahora. 

Quizás y precisamente por ello, 
por tener esta restricción de salir de casa, 
este tener que quedarse encerrado 
entre las cuatro paredes, 
es cuando se pide y se valora 
todo ese otro tiempo 
en el que hemos tenido la libertad 
de poder hacer y deshacer, a capricho, 
dentro y fuera de casa, 
sin límite de plazos y de horarios. 

Pero basta de que algo nos lo impida, 
y nos lo ordene ,
para que nos sintamos prisioneros, 
aunque sea en nuestro propio beneficio.

De todas formas, estoy seguro de, 
que estas sensaciones 
las están pasando muchas personas. 

Diría que todas, pero seguro que me equivoco
ya que hay gente que lo sabe llevar mejor. 

Me gustaría saber la cantidad de depresiones 
que se activan, 
de pensamientos que giran y giran sin parar 
dando pie a especulaciones de mil formas. 
También me gustaría poder ver el fondo de las almas 
y leer en ellas los sentimientos diversos 
que pueden albergar en estos días. 
De todas formas sé que es inmoral esto último. 
Debo alejar ese pensamiento de mi cabeza. 
Cada uno lleva y tiene en su alma 
los sentimientos que ésta anhele, sueña o desea. 

Quizás ahora, el miedo, ahoga, 
toda esa parte romántica. 
Quizás ahora es un ruego y una petición 
a Dios, (para el creyente), 
y al destino, (para el incrédulo), 
para que todo esto pase y quede atrás. 
Quizás ahora se duermen los sentimientos 
y simplemente tratan de seguir el compás 
de los acontecimientos y el día a día.

De todas formas pienso que debemos seguir y buscar
esos latidos del alma, 
esos rayos invisibles que nos digan 
que seguimos vivos 
y de que estamos rodeados de poesía y de vida 
y que nada puede parar esta tormenta de luz y colorido 
que se nos ofrece a los ojos cada día.

Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/20

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