4.240 - UNA ESPERANZA...



Una esperanza
estaba bajo un tilo
como soñando.

¿Y qué buscaba?...
¿quizás nuestros latidos
de enamorados?

Quizás los pasos
que dejan los ancianos
que van a verlos.

Llegó el otoño
y el tilo y la esperanza
envejecieron.

Atrás dejaron
momentos compartidos
con otras gentes.

Besos y abrazos
de jóvenes y amantes
con mil suspiros.

Y en el invierno,
nosotros regresamos
a los jardines...

Con nuestros sueños
dejados en las ramas
de un viejo tilo.

Y la esperanza
tatuada en ese tronco
de nuestras almas.

Rafael Sánchez Ortega ©
31/03/20

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