4.474 - ABRE LA PUERTA...



Abre la puerta

y deja que entre el viento.

Quiere charlar.


Él, como siempre,

recita letanías

y soliloquios.


Finge recuerdos,

de tiempos ya pasados,

en el presente.


Habla de días,

vividos con los hombres

entre las olas.


También de horas

gozadas en el campo

y en los trigales.


Dice de ratos

de siestas y reposos

junto a la iglesia.


Aquella boina,

nos dice, de un marino,

cosiendo el arte.


Surge el encanto

de voces y corales

en las tabernas


Y del silencio,

también rescata el viento

bellos instantes.


Por todo esto,

invítale y que pase,

"si llama el viento"...


Rafael Sánchez Ortega ©

10/10/20


El viento habla y gime, llora y sonríe. ¿Quién de nosotros no habrá, en algún momento, sido testigo de estas charlas?... Seguramente todos habremos escuchado al viento. Quizás hayamos estimulado el oído a su paso ante ese susurro que hemos creído oír. Quizás también hayamos escuchado el lamento y los gemidos en la tarde y hasta la sonrisa en los días calurosos del verano, ¡y qué decir de los suspiros que acompañan a los nuestros, tantas veces!

Es cierto lo que han dicho siempre muchas gentes y es que el "viento habla" y nos deja y nos confía sus mensajes.

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