5.236 - CUÍDATE MUCHO...



Cuídate mucho,

dijiste aquella tarde

y eras sincera.


Poco sabías

la suerte, y el destino,

lo que aguardaban.


Sopló el oeste

con fuerza de galerna.

Cerró la barra.


Y tú, llorando,

al cielo suplicabas

una plegaria.


"Que vuelva sano

y venga en su barquilla

sin un rasguño"


Pero temblabas,

el miedo era patente

y lo sufrías.


Dejaba el viento

sus golpes y gemidos

con fuertes rachas.


Y el mar, picado,

sus olas estrellaba

en los cantiles.


Canto del mar

y cantos de galerna

se producían.


Pero de pronto,

el cielo dio un respiro.

Se abrió la barra.


Y una barquilla

entró, con un suspiro,

por su canal.


"Cuídate mucho",

pensaba el marinero

enamorado.


Rafael Sánchez Ortega ©

04/10/22

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