5.237 - UNOS LATIDOS...



Unos latidos

un tanto enloquecidos

te precedieron.


Te vi venir

y entonces mis sentidos

se dispararon.


Quería verte,

estar junto a tu lado,,

charlar contigo.


Y ¡cómo no!,

tenerte entre mis brazos

un largo rato.


Eran deseos

de un loco pensamiento

enamorado.


Pero llegaste

y hablamos de mil cosas

intrascendentes.


Era consciente

del tiempo, y que corría

contra nosotros.


Pero mis brazos,

nerviosos e infantiles,

no te abrazaron.


Mientras mis labios

cargados de palabras,

no te besaban.


Y allí quedé,

plantado en la alameda,

junto a mis sueños.


Rafael Sánchez Ortega ©

05/10/22


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