ES POSIBLE...

Es posible que lloren las estrellas
y su llanto nos llegue hasta nosotros,
en la luz palpitante que destilan
sin cesar los luceros temblorosos.

Pero basta que pasen los cometas
con la lágrima fácil del arroyo
y ese rayo que rasga en un segundo
cambia el llanto por risa y alborozo.

Es posible que asuste la tormenta
con sus rayos y truenos tan sonoros,
y hasta el miedo se meta en nuestro cuerpo
recordando los cuentos de los gnomos.

Pero basta que cesen los bramidos,
que los cielos se vuelvan más hermosos,
y calmemos entonces nuestros pechos
en la tarde lluviosa del otoño.

Es posible que sueñen las sirenas
y que entonen sus cantos primorosos
contemplando las olas que les llegan
con su blanca diadema por adorno.

Pero puede que cesen esos cantos
y los labios se queden como rotos,
cuando rujan de nuevo las mareas
entregando en la costa sus despojos.

Es posible que el viento del nordeste
deje huellas en cuerpos y en los rostros,
y que haga que tiemblen nuestros pechos
con su beso que llega tan ansioso.

Pero puede que luego, con la brisa,
ese viento nos diga lo que somos,
criaturas tan sólo simplemente,
intentando vivir día tras otro.

Es posible que amemos, sin saberlo,
rebuscando en el fuego sus rescoldos,
esa llama que un día suspiraba
y buscaba los leños y el coloño.

Pero tú, fiel poeta empedernido,
el que vives la vida con tus ojos,
vas dejando en tus letras lo que sientes
y el amor en tus versos cariñosos.

Rafael Sánchez Ortega ©
27/01/10

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